El arte herreño tiene nombre propio

Como siempre, nos recibe con una sonrisa. Así es él, cercano y un verdadero apasionado del arte en todas sus categorías. Le gusta innovar, contar sus últimos proyectos y eso precisamente es lo que ha hecho Rubén Armiche desde 1988 cuando realizó su primera exposición. Con un currículum extenso, premios de los que no le gusta alardear, lo cierto es que no hay reto que se le resista a este artista herreño. Con echar un simple vistazo a sus trabajos, es fácil deducir lo que ama su isla, así como la pasión que le pone a cada una de sus obras. Quizás por ello nunca se ha decantado por una especialidad concreta, pues como afirma con rotundidad “el arte, es un todo que abarca desde la escultura hasta el diseño de dibujos animados”.

Igual realiza un caricatura que una escultura sobre Neptuno. Lo mismo que hace con su tiempo, el cual distribuye por un lado, a los mayores de la isla, a los que les enseña las principales técnicas en pintura. Por otro, a los más pequeños de la capital, a los que les muestra la parte más creativa de la informática.

Su estudio es un pequeño museo en el que predominan los colores, los pinceles y muy buenos recuerdos. Armiche transmite tranquilidad, la misma con la que diseña sus trabajos, desde cómics hasta cortometrajes, todos ellos muy vinculados a El Hierro como Cuentos de Bajada en el que sus protagonistas fueron los propios vecinos de la isla o la escultura que nos da la bienvenida al entrar a la capital herreña en homenaje a la Bajada. Y precisamente por esta última obra citada comenzamos a preguntarle.

Sus trabajos

Rubén, se trata de una escultura que no pasa desapercibida para nadie.

Para mí fue un proyecto vinculado al reciclaje, no se trata de solo de un monumento, si no de utilizar el arte que era lo que hacían los griegos, conseguir que algo tosco fuera bello. En dicha idea me centré yo. El pensamiento fue partir de residuos para conseguir algo bonito y a su vez transmitir a la población que la llamada basura puede tener otros usos.

Hablando de tus primeros pasos en el arte ¿Cómo fueron?

Créeme si te digo que las cosas no han cambiado mucho. El otro día me mandaron por whatsapp algo muy gracioso, se veía a una mujer que lloraba y decía que su hijo quería ser ilustrador (ríe). Cuando dices de pequeño que quieres dedicarte a la pintura, muchas personas responden a ello que tus obras solo se valorarán una vez que mueres, ya que es lo que ha pasado con muchos artistas, el reconocimiento les ha llegado una vez fallecidos.

Lo cierto es que siempre lo tuve claro, que quería ser artista y eso en parte se lo debo a mi familia, por su apoyo, que siempre se dio cuenta que tenía un punto diferente de ver las cosas, que soy un potro desbocado y que realmente no podían pararme. También los profesores que me fui encontrando por el camino se dieron cuenta de mi forma de plantear las cosas. Por otro lado, gracias a mi mujer que me decía que no solo era pintor, que podía hacer otras muchas cosas. Todo lo que te he contado me fue animando y debo decir que a veces eso no se encuentra en la enseñanza, te explicaré el por qué. A los niños que les encanta la creatividad los quieren controlar todo el tiempo y eso no ha cambiado, al niño que le gustan las matemáticas o la ciencia destaca, pero los que estábamos pintando en una mesa todo el tiempo, como estaba yo, que los viernes me hacían limpiarla, pues nadie se plantea por qué ese pequeño tiene eso dentro.

Con los años, al dedicarme a la enseñanza, yo he intentado fomentar ese espíritu creativo, nos parece que todo el mundo tiene este don y no es así, la gente copia muchísimo a otras personas. Cuando un niño es creativo hay que tirar para adelante y trabajar en ello.

¿Cómo desarrollas tu trabajo día a día en El Hierro?

Creo que la gran suerte que he tenido es que he estado bastante tiempo fuera y gracias a ello ves distintas poblaciones en las que se trabaja de diversas formas. Ahí me di cuenta que hay que confiar en las energías y la sensibilidad que te aporta según qué lugar. Por ejemplo, a mí las grandes ciudades no me aportan estímulos, y, sin embargo, me fijaba que cuando venía de visita a El Hierro me aparecían una gran cantidad de ideas. También es importante la tranquilidad con la que haces que generes mecanismos de autogestión de la realidad. En esta isla tienes que generar tu propio entretenimiento y eso hace que te vuelvas aún más creativo.

Tienes limitación de ciertos estímulos visuales o relaciones con otros artistas, pero la verdad es que hoy en día internet te facilita mucho las cosas a la hora de establecer la comunicación en tu campo.

Tecnologías y arte

Dentro del plano artístico has tenido que adaptarte con el paso de los años a esas nuevas tecnologías…

Lo único negativo que tienen esas tecnologías, por destacar algo, es la excesiva gratuidad en todo, pero si es verdad que yo me di cuenta que internet es un buen canal para difundir tus trabajos y que los puedan ver en cualquier rincón.

Siempre me ha gustado el mundo audiovisual que está más relacionado a estas tecnologías. Yo venía de la pintura y el cómic y de ahí ya me pasé a esta animación que te comento. No se trata de parcelas independientes, comprobé que al venir las nuevas tecnologías con fuerza pues intenté unir todo ello para desempeñar el trabajo que desempeño diariamente.

Las nuevas tecnologías son grandes pilares que si sabes utilizar, puedes obtener fabulosos resultados. Yo imparto informática creativa en las aulas, es fundamental que los alumnos utilicen estas herramientas para desarrollar sus capacidades.

La animación

Rubén, podemos decir que en la isla de El Hierro también se crean dibujos animados…

Por supuesto. Me he planteado un tipo de animación llamada limitada y se suele hacer en Japón o en China, es lo que conocemos como el manga y partiendo de ahí comencé a desarrollar cortometrajes. En concreto ya he hecho seis y uno de mis mayores proyectos fue Cuentos de Bajada. Un trabajo que se hizo con toda la isla, el apoyo de las instituciones, con un casting previo tanto para adultos como para niños y todo el mundo participó. Con eso aprendí que se podía hacer algo interesante y grande, partiendo siempre de las limitaciones existentes, pero afortunadamente salió un trabajo low cost por decirlo así, pero muy competente.

Hace poco me comentaban que por qué no me dedicaba a temas más generalistas y no tan canarios. A ello siempre responderé con un rotundo no, el truco está en contar nuestra historia de manera audiovisual, porque ello es lo interesante. Pienso que los niños canarios tienen derecho a ver dibujos realizados aquí, en su tierra y que hablen canario. A mí eso me emociona mucho, es maravilloso escuchar nuestro acento.

Haces referencia al campo audiovisual, pero podemos decir que has tocado todos los campos del arte…

Sí, yo siempre digo que el arte es creatividad en todas sus áreas. Por eso, cuando a mi me dicen que soy pintor me están ofendiendo de alguna forma, cuando se refieren a mí como escultor, pues es como si me quedara cojo (ríe). No sabría como definirme, la verdad.

Actualmente, el modelo se está desmoronando, todo el tema de galerías, de como se muestra la obra. En el arte, como en todo en la vida, debes actualizarte de forma constante.

El Hierro y el arte

Centrado en la isla del meridiano ¿Consideras que se puede potenciar aún más todo lo vinculado al arte?

Sí, aunque la población en ocasiones pueda pensar que el arte no es necesario. Lo cierto es que desde que nos subimos por la mañana en el coche y escuchamos una canción, hasta el diseño de ese vehículo, todo es arte. Siempre vinculamos este término a un cuadro o una pintura y el arte va mucho más allá.

En este sentido, yo siempre trato de hacer un efecto llamada, es decir, a esos jóvenes con talento que se han tenido que marchar de la isla. Me gustaría poder llamarlos y decirles vente para El Hierro que vamos a realizar una producción y además de poder comer quesadillas, vas a dibujar todas las mañanas y por ello te voy a pagar. Eso sería maravilloso. Hay que apostar por lo audiovisual, no se necesitan grandes espacios para esto.

Tras 25 años en la profesión, te costará muchísimo elegir algunos de esos trabajos, los que te han llegado muy dentro, por decirle de algún modo…

Puf, es muy difícil. Cada vez que haces un proyecto existe una pasión detrás. Te diría Cuentos de Bajada, los murales para el Ayuntamiento de Valverde, el tríptico para la Iglesia de La Concepción que tiene una gran historia detrás. Es cuando el mecanismo de la creatividad conecta con lo que estás haciendo en ese momento. El tema de los cómics que he realizado llegó mucho a los niños. Quiero pensar que algunos de los trabajos que hago son semillas que germinan.

El público al final es el que consume y valora lo que uno hace. Y bueno, los años colocan las cosas en su sitio. Cada día solo intento que la gente perciba lo que yo veo. Lucho por ello, apostemos por nosotros mismos y por la creatividad.