Si el éxodo rural originado con la revolución industrial dejó los campos vacíos y aumentó considerablemente la media de edad de una población que había crecido con la firme convicción de que el trabajo se encontraba en la tierra, la crisis económica ha obligado a una sociedad cosmopolita a replantearse una vuelta a sus raíces.
Sin embargo, poseer una explotación agrícola no resulta fácil en un terreno fragmentado, que sufre de sed al no disponer de presas llenas durante todo el año y que, por el contrario, se encuentra rodeado del agua salada que es preciso sortear para la venta y recepción de productos ecológicos y su viabilidad económica.
La dificultad aumenta cuando unas pocas empresas se hacen con el mercado y, al mismo tiempo que importan desde otros países las semillas que posteriormente venden a los agricultores canarios por el precio que consideren, compran a los mismos el producto ya cultivado siguiendo la misma doctrina, para luego distribuirlo en los supermercados.
Es el escenario que ha tenido lugar en Canarias durante las últimas décadas y que ha derivado en que el sector agrario del Archipiélago produzca tan sólo el 10% de los alimentos que llegan a las mesas de las familias de las Islas, mientras que el porcentaje restante proviene del exterior, según explica a Canarias Ahora el presidente de la Cooperativa Cosecha Directa, Antonio Suárez.
Suárez indica que las Islas han perdido en las últimas décadas dos terceras partes del terreno cultivado con la consiguiente disminución de la biodiversidad y de los trabajadores del sector. “'Nos llenamos la boca diciendo que el sector agrario puede crear bastante empleo, pero no hay una política práctica donde se genere empleo'”, apostilla.
Cosecha Directa ha liderado desde su constitución, hace apenas dos años, una batalla contra lo que denomina el “'oligopolio'” de la papa, para luchar por una economía social y un mayor reparto de la riqueza. Además de contribuir, mediante la unidad del sector, a que el consumidor no sufriera una serie de incrementos desmesurados en su cesta de la compra, pero que al mismo tiempo los precios tampoco “'masacraran'” al agricultor y al ganadero.
Suárez no tuvo reparos en explicar la estrategia del “'oligopolio'” importador de la semilla de papa en Canarias y su forma de obtener mayores beneficios a costa de los agricultores. En este punto, lamenta que “'consiguen lo que les interesa, que es vender la semilla lo más cara que se pueda, y comprar luego a los mismos agricultores, lo más barato que se pueda, como si tienen que importar de fuera para hundir los precios'”.
Para conseguir hacer frente a las pocas manos que manejan el mercado, han aglutinado hasta 140 socios y trabajadores de otras cooperativas para prefinanciar varios contenedores provenientes, en el caso de la papa, de Reino Unido, lo que ha obligado a las empresas competidoras a abaratar los precios.
Batalla al “oligopolio”
El país anglosajón constituye uno de los pocos Estados a los que el Archipiélago puede comprar este tipo de semillas, al tratarse de un territorio aislado y conformado por islas, para prevenir los focos de bacterias provenientes de terrenos continentales.
En Inglaterra y Escocia, unos pocos mayoristas exportan el producto a otras pocas empresas canarias que “'se han distribuido el mercado por provincias'”, denuncia Suárez. La iniciativa de Cosecha Directa no ha sido bien recibida por algunos importadores, exportadores, y gente del propio sector que han intentado arrebatarle la representación de la semilla.
En ese sentido, precisa que “'para fijar los precios, estas entidades importan papa de consumo de manera que haya más oferta que demanda y puedan bajar el precio del producto al agricultor isleño'”, lo que supone una “'esclavitud'”. Algo que queda plasmado en el Acuerdo de Promoción de la Papa de Gran Canaria 2011 firmado entre importadores y partes interesadas, sin contar con los propios trabajadores de la tierra. Para Suárez esto deriva en “'indefensión del propio sector'”.
Abaratamiento de la semilla de papa
A mediados del mes de noviembre, unos 60 agricultores acudieron a recoger unos 50.000 kilos de semillas de un contenedor proveniente de tierras anglosajonas e importado gracias a la unión de los trabajadores, que “'pueden comprar sus sacos directamente aquí o prefinanciar el contenedor, de forma que a todos les cuesta igual el kilo de papas'”, explica Suárez.
Varios sacos se trasladaron a Lanzarote, donde se ha instaurado una asociación relacionada con Cosecha Directa, y otros tantos a Fuerteventura, ya que una parte de los majoreros optó por pagarse el viaje, porque “'les sale más rentable que comprarlos allá'”.
La unidad del sector ha provocado que las empresas competidoras se hayan visto obligadas a bajar sus precios “'de forma considerada'”. “'Hemos podido decir que tenemos el poderío suficiente para influir en el precio, cosa que antes no podían hacer los agricultores'”, apostilla.
Sin embargo, recuerda que en el ámbito de la papa, donde son conocidas empresas como Copacan Canarias S.L. “'estamos dando un follón desde hace un año'”. Suárez señala que los contenedores traídos por la Cooperativa se vacían durante la misma tarde, algo que no ocurre con otras entidades que se aseguran los beneficios a costa de subir el coste del kilo. Hasta la fecha, Cosecha Directa ha hecho llegar al puerto grancanario tres de dichos contenedores y este mes de enero está previsto que lleguen otros dos.
Algunas empresas competidoras han considerado menos lesivo colaborar con los agricultores mediante convenios, de modo que “'la tarta se puede repartir entre todos'”, afirma Suárez. Dichas empresas “'ganan su dinero, pero ya la especulación es lo que queremos quitar del mercado'”.
Asimismo, la Cooperativa cuenta con ayudas a la importación provenientes de la Unión Europea (UE), como el Régimen Especial de Abastecimiento (REA) que aporta 97 euros por cada tonelada que se importa, lo que suele abaratar en unos dos euros el precio del saco en el caso de la papa. Suárez explica que en muchos casos, el agricultor no tiene dinero para cubrir una parte de los gastos del contenedor, con lo que se ha convertido en costumbre que el importador sea el que financie hasta que coseche el producto o le deje unos meses sin pagar.
La cooperativa ha llegado durante el presente año a acuerdos con entidades para financiar la semilla, que se paga en junio de 2014 a cargo a las ayudas del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (Posei). En el caso de la variedad 'sovereing', por ejemplo, el saco tiene un coste de 16,80 céntimos, lo que a juicio del presidente de la Cooperativa es “'rentable'”.
En ese sentido, denuncia que “'existe esclavismo muchas veces con esto'” y precisa que “'muchos agricultores no sabían que existían esas ayudas que no terminaban de reflejarse en su realidad, ahora sí les están llegando'”. La importación de la semilla más cara tiene un coste de 15.000 euros para 1.000 sacos, lo se traduce en 25.000 kilos y unos 2.000 euros de ayudas.
Para Suárez es fundamental que los trabajadores del campo canario sean conscientes de la necesidad de organizarlo, para que cada uno se comprometa a hacerse con un número determinado de sacos y la producción sea suficiente para poder alcanzar las grandes superficies comerciales, que siempre tienen que mostrar el producto en sus estanterías y no pueden depender de la coyuntura.
Algo semejante a lo sucedido con las setas que “aquí siempre se han producido, pero ha sido en momentos determinados, con lo que no se puede llegar al mercado”.
Ampliación hacia las setas
Recientemente ha llegado al Puerto de La Luz y de Las Palmas un cargamento de setas importadas por Cosecha Directa, con el consiguiente abaratamiento del coste. Suárez indica que traer un kilo de micelio a Canarias cuesta unos 300 euros, por lo que “no lo hace cualquiera”. Sin embargo, los 40 productores interesados en este último envío recibido el presente mes han hecho llegar al Archipiélago 400 kilos de este producto, con lo que su precio desciende a 1,9 euros el kilo, lo que “'ya es viable'”.
Una cantidad que Suárez prevé que sirva para producir unos 1.000 kilos de setas. “'Si damos un paso más y hacemos el laboratorio en Gran Canaria para crear esos micelios, ya te vale la mitad y ese creemos que ese es el camino diferente a como se está trabajando ahora'” añade.
Por otro lado, la Cooperativa apuesta por dar un paso más y pasar al sector ganadero, donde “'ya tenemos una lista de socios que nos comprarían la paja para el ganado, porque vamos a abaratar los costes'”.
Presiones y transparencia
Suárez rechaza la idea de que Cosecha Directa entre en el juego de la importación como lo han hecho hasta la fecha algunas empresas canarias y señala herramientas como la transparencia y la información para conseguir mantener su propósito. Algo que, según lamenta, ha brillado por su ausencia en el sector del Archipiélago durante años, mientras que ahora “'sabe, factura en mano, cuánto vale la semilla, con lo que no le va a hacer gracia que tu le sumes un 100% o 80%'”.
“'Queremos involucrar al agricultor, para que vea que todo se hace gracias a la ayuda mano con mano. Por eso queremos hacer hincapié en la prefinanciación'”, manifiesta.
Aunque afirma no haber recibido presiones desde las empresas competidoras de las Islas, donde “'la cosa está saliendo bastante bien'”, puntualiza que otras entidades que operan en Escocia o Inglaterra sí que han entablado conversaciones para frenar la actividad de la Cooperativa, porque “'desde hace años se ha creado un oligopolio al que no le interesa que estemos rompiendo el mercado y abaratando la semilla de papa'”. En este punto dice saber que “'existen presiones a los que nos venden la semilla, para que no lo hagan. Quieren romper la unión que podamos tener mediante la rebaja del precio'”. Motivo por el que hace hincapié en la necesidad de que el agricultor “'sea consciente de lo que hacemos y trabajen con fidelidad, más que con precio”'.
Según ironiza, las buenas intenciones mostradas por los representantes políticos, como el consejero insular de Agricultura, Francisco Santana, para copar el 45% de producción interna y equilibrar los precios, no se está viendo reflejado. Por esta razón, fija el objetivo de que la Cooperativa consiga organizar a los agricultores, que “'están muy atomizados'”, para posteriormente conseguir que la producción tenga un carácter constante y así poder acceder a las grandes cadenas de distribución.
“'Tenemos que trabajar y quitarnos los pajaritos de la cabeza, como pensar que esto de aquí a mañana se va a arreglar. No se va a arreglar, porque ahora la parte dominante es la compradora y la vendedora no domina absolutamente nada. Vamos a intentar hacer fuerte al sector'”, concluye.
La constitución de Cosecha Directa
Cosecha Directa se fraguó hace cerca de dos años por un grupo de agricultores que consideraban que el panorama del sector agrícola canario estaba empeorando a medida que pasaba el tiempo, con costes de producción insostenibles, a pesar de que “'somos conscientes de que puede generar empleo y ser un referente económico'”, afirma el presidente de la Cooperativa, Antonio Suárez.
Suárez explica que el sector en Canarias resulta inviable al encontrarse totalmente intervenido y lamenta que “'cualquier cosa que vayas a hacer siempre tiene que ir a morir en pocas manos, nuestra idea es unir al sector para concentrar esa oferta y ser fuertes en el mercado'”.
En la actualidad, Cosecha Directa cuenta con 140 socios y no sólo importa semillas de papa y setas, sino que trata de abrir otros canales de diversificación en las Islas mediante la formación y la ampliación de los cultivos canarios. Al respecto, precisa que se han plantado 5.000 varas de espárragos, además de ajos. “'La idea es en todo momento crear empleo aquí y producir aquí, no importar del exterior'”, apostilla.
La entidad aboga por implantar “'el puro y duro asociacionismo y cooperativismo para, codo con codo, poder llegar al mercado'” señala Suárez que define la labor de Cosecha Directa como “'dar cobertura técnica a los trabajadores, encargarse de abaratar los costes de producción mediante la importación y entablar convenios con clientes bajo con un mismo logo'”.
Creación de la UPA en Canarias
Antonio Suárez se convertirá próximamente en el representante de la delegación canaria de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) que prevé que se constituya este enero. Esta organización se encargará principalmente de aportar formación a los trabajadores del sector agrícola canario mediante cursos.
Unos cursos, como el de cultivo de setas, que se ha llevado a cabo recientemente en Gran Canaria y en el que participaron 30 personas, la mitad de ellas desempleadas. Además del que se desarrolla en la actualidad en el municipio de Firgas, en el que todos los participantes se encuentran en paro.
Para Suárez, UPA constituye el “'complemento perfecto'” a Cosecha Directa, que define como “'el brazo ejecutor económico, de amparo social y de proyectos'”.
[Este es un contenido Premium de CANARIAS AHORA SEMANAL. Hazte Lector Premium para leerlos todos y apoyar a sus periodistas]