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Fallece el histórico militante del PCE Domingo Valencia, último represaliado republicano del Golpe de Estado de 1936

Domingo Santana Armas, histórico militante del PCE

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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El histórico militante comunista grancanario Domingo Valencia ha fallecido este miércoles en Las Palmas de Gran Canaria a los 99 años de edad. Su cuerpo será velado en la sala 107 del tanatorio de San Miguel, en la capital grancanaria, hasta la incineración, que se realizará este jueves a las 14:30 horas, según ha informado a esta redacción el Comité Insular de Gran Canaria del Partido Comunista de España.

Domingo Santana Armas, más conocido por sus camaradas como Domingo Valencia, fue el primer joven menor de edad en ser condenado por la Dictadura de Franco. “El último superviviente republicano que pasó por un Consejo de Guerra franquista”, como han recordado este miércoles desde el PCE. El Partido entiende que “se merece un reconocimiento por su inquebrantable defensa de la legalidad republicana, por su humilde y valioso ejemplo y por la fidelidad que guardó siempre al PCE, en el que siempre militó”.

Nacido el 5 de noviembre de 1920 en el barrio agrícola de Tinoca, cuando aún la zona formaba parte del Ayuntamiento de San Lorenzo y no había sido absorbido por Las Palmas de Gran Canaria, el segundo de los cuatro hijos del matrimonio compuesto por Alfredo Santana y Encarnación Armas (familia humilde, albañil y trabajadora agrícola), indica el PCE en una nota en la que recoge también una breve semblanza de su camarada fallecido: “La muerte temprana de su madre por tuberculosis llevó a Domingo con 7 años a casa de su abuela paterna, Lolita, en el populoso barrio capitalino de La Isleta. Esa época la recordaba Domingo como ”de mucha necesidad, como época de miserias“.

Con 14 años abandona La Isleta para volver a Tinoca, a trabajar. Muy pronto adquirió conciencia obrera e ingresó en las Juventudes Comunistas en 1934. Conoció a Eduardo Suárez, el primer diputado comunista de Canarias; los discursos de Eduardo Suárez producen admiración en Domingo, quien elogia las extraordinarias cualidades humanas y políticas del diputado comunista, así como su excelente oratoria, diciendo de esta que “cuando hablaba, hasta las piedras corrían detrás de él”.

El auge del Frente Popular y las duras condiciones económicas y sociales, en que el caciquismo de la época tenía a la clase obrera, facilitó que el joven Domingo Valencia, adquiriera conciencia obrera y compromiso de clase. Conciencia y compromiso que nunca le faltó, al camarada Domingo Valencia, a lo largo de sus 97 años de vida.

Ha actuado siempre, como lo que fue, un miembro de la clase obrera, un comunista.

Nunca se resignó ante las injusticias, la opresión y la miseria. Su actitud ante la infamia y los fascistas le llevaron a tomar partido por la dignidad humana y con ello puso en riesgo su vida y su libertad en diversas ocasiones. Su estimable ejemplo, de resistencia y lucha contra el fascismo y contra las injusticias han dignificado su vida y la causa comunista.

Su talante y compromiso le llevó a ignorar los bandos fascistas emitidos el 18 de julio de 1936, al participar junto a otros comunistas y republicanos, en una concentración a las puertas del ayuntamiento de San Lorenzo, como repudio a la rebelión fascista. Su actitud en defensa de la legalidad republicana le supuso la detención en los cuartelillos de Tamaraceite, para luego pasar por diversas secciones, por la prisión de Barranco Seco, el Campo de Concentración de La Isleta y el Lazareto de Gando (donde habían más de mil prisioneros). En el peregrinar por los centros de detención pasó un calvario de torturas, humillaciones, trabajos forzados, miserias (chinches, piojos, desnutrición, enfermedades, etc.).

Un consejo de guerra lo había condenado a 16 años y un día de prisión mayor, por rebelión militar (Causa nº 33/36). Gracias a la presión de sus familiares, la condena se quedó en seis años.

Durante su presidio conoció a muchos dirigentes republicanos como, a Luis Fajardo (último alcalde republicano de Las Palmas de Gran Canaria), a Boix Roig (gobernador civil de Canarias), a Pancho García (presidente del Cabildo de Gran Canaria), a Felo Monzón, a Juan Rodríguez Doreste, del que dice “era un carca recalcitrante” y que se arrimó a los golpistas.

El presidio también le llevó a tomar conciencia de la inhumanidad del fascismo, de sus brutalidades, los asesinatos, los fusilamientos, las arbitrariedades y monstruosidades de las que fue testigo directo y que él no puede olvidar y por ello se encarga de recordarlo a cada ocasión propuesta o que surja.

El 19 de julio de 1939 fue amnistiado. Tres días después le reclutan para ingresar en el ejército donde le tuvieron cinco años más.

El 30 de febrero de 1944 se casa con Encarnación Montesdeoca Miranda con quien tuvo cuatro hijos: Alfredo, Domingo, Encarnación y Juan José.

Militante comunista

Ingresó en las Juventudes Comunistas con 14 años. Los principios comunistas los asume Domingo Valencia y los defiende de forma inquebrantable, poniendo en riesgo su libertad y su vida por esos principios. Estando en presidio ingresa y se organiza en el PCE. Sus camaradas le enseñan a leer y escribir en prisión. Fue su camarada Juan Santana Hernández, estando en prisión, quien le da la primera afeitada y le deja el bigote “con cuatro pelos” y en memoria de él, que fue fusilado pocos meses después, ha llevado siempre el bigote característico que nunca se ha afeitado. Este bigote simboliza no solo la memoria, sino el compromiso inquebrantable de Domingo Valencia con la causa obrera y con la República.

Tras el cautiverio, cuando ingresa en el ejército, lleva consigo los contactos para organizarse con los comunistas que hacen la milicia.

Una vez ha salido del ejército, vuelve a ponerse al servicio del PCE, que le encarga dar cobijo en su domicilio al legendario Juan García El Corredera (quien a la postre fue ejecutado a garrote vil el 19 de octubre de 1959). A finales de la década de los 50 y por mandato de la dirección del Partido, acoge durante más de dos años a Germán Pírez (secretario General del PCE en Canarias) y cuenta de Germán “… puso en riesgo varias veces a mi familia porque era un fumador empedernido y por el humo del tabaco los vecinos se dieron cuenta que allí había alguien, estuvieron a punto de delatarlo”, pero Domingo Valencia lo sacó a tiempo a casa de su tía Lola, hasta que dejó de estar perseguido.

Domingo Valencia recibe, guarda y distribuye propaganda del PCE; participa en frecuentes recogidas solidarias de dinero, para afrontar necesidades de los compañeros. A todo esto, hay que decir que, Domingo Valencia además ha sido un camarada fiel al PCE y disciplinado, llevando con acierto todas las encomiendas mandadas por el Partido Comunista de España.

En la transición y periodo democrático participó en las principales luchas obreras, apoyando al movimiento de parados, la Coordinadora Popular por la Viviendas Públicas, las primeras huelgas generales en contra de las sucesivas reformas laborales, etc., etc..

Domingo es invitado a dar charlas en la Universidad y en distintos lugares como testimonio vivo de lo que fue el golpe militar, las bestialidades y crímenes fascistas, la represión franquista y de cómo se organizaba la resistencia de los comunistas. El solía decir “no soy un intelectual, soy un simple trabajador”, pero la frescura de su intelecto fue notoria y hasta hoy fue memoria viva e incuestionable, porque llevaba las cicatrices marcadas en la piel y en su conciencia.

Ha estado presente en múltiples ocasiones en los homenajes por la Memoria Histórica en reconocimiento a los republicanos desaparecidos que dieron su vida por la República, siendo testimonio vivo del sufrimiento infligido por los fascistas y combatiendo el olvido y la negación de los crímenes del régimen dictatorial.

Como él mismo ha dicho y ha quedado escrito, “nunca dejé de ser un comunista, no he sido un hombre muy inteligente, pero sí un luchador firme, nunca he dejado de luchar por nuestra causa…”. En relación con la primera parte de su afirmación quizá quería decir que no es ilustrado, pero quien bien le conoce afirma que, inteligente, consciente y consecuente lo fue y mucho. Respecto de su ejemplo combativo, es incuestionable.

El calvario del presidio, las torturas, humillaciones, etc. etc. le sirvió a Domingo como experiencia vital que marcó su carácter, impregnó su ideología y le hizo descubrir la flaqueza de algunos dirigentes que ante la adversidad fueron timoratos y hasta traidores de la causa republicana, y Domingo no dudó en señalarlos y tildarlos de lo que fueron.

El PCE quiere mostrar su gratitud a Domingo Valencia, por su ejemplo de lucha incesante por los derechos de los trabajadores, por tu defensa de la dignidad humana y de la causa comunista.

Gracias Domingo Valencia por tu resistencia, por tu compromiso inquebrantable, por tu honestidad, por tu humildad y por tu ejemplo“, concluye la semblanza remitida por el PCE a esta redacción.

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