Un activista se encadena a una excavadora para bloquear las obras del proyecto turístico Cuna del Alma

Una persona se sube a una excavadora y se encadena a ella en la zona donde se están realizando las obras de proyecto turístico de lujo Cuna del Alma

Canarias Ahora

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Una persona se ha encadenado a una excavadora en la zona donde se prevé construir el proyecto turístico de lujo Cuna del Alma, en Arona (sur de Tenerife), después de que las obras se reaunudaran el pasado 15 de noviembre, apuntan fuentes de la plataforma Salvar el Puertito.

En un vídeo compartido en redes sociales, puede apreciarse a ese activista subido a la excavadora afirmando que “esta obra la tiene que parar el pueblo ya que las instituciones corruptas (...) están vendiendo el Puertito de Adeje”.

Desde que se reanudaran las obras, las palas están “arrasando los cardones y poniendo en peligro las poblaciones de viborina triste y otras especies protegidas en el espacio”, apunta Salvar el Puertito. “Además de poner en jaque a los bienes arqueológicos que aún perviven en el lugar”, continúa.

La plataforma ha realizado un “llamamiento urgente” para que la población ayude a la persona encaramada en la excavadora, “dado que su integridad física corre peligro”, advierte, “de la misma forma que en ocasiones anteriores, cuando hubo agresiones y se llegó a poner en grave riesgo la vida de las personas que protestaban por las ilegalidades que se están cometiendo”.

“Es un atentado ambiental en toda regla”, sentencia la organización Salvar el Puertito. “Esto no va a quedar así. No lo vamos a permitir”, remacha.

Las obras en el Puertito de Adeje se han reactivado después de que el Ayuntamiento autorizara el traslado de la viborina triste, la planta de especial protección hallada en la zona hace más de dos años que paralizó durante un tiempo el proyecto. El Consistorio había declarado de interés general de primer orden la ejecución del plan urbanístico, del que se han abierto un total de tres expedientes, todos archivados o caducados, para construir viviendas y así justificar el “tratamiento” sobre especies protegidas, como la viborina.

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