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El año agridulce del sector audiovisual canario: más producciones locales frente a la lucha por mantener sus incentivos

La Piel del Volcán, Entre perro y lobo, Solo una vez o La Viajante, son producciones canarias que se encuentran o que han estado recientemente en las salas de cine. “Nunca ha habido en cartelera tantas producciones simultáneas de Canarias, pero al mismo tiempo, se produce la ironía de que es el peor momento para las salas de cine”, explica Sebastián Álvarez, productor de Volcano Films y uno de los impulsores del Clúster Audiovisual de Canarias. El sector viene de atravesar un año complicado por la pandemia en el que ha visto peligrar los incentivos fiscales que le convierten en uno de los lugares más atractivos para producir largometrajes o series de televisión. El punto polémico se produjo en mayo del pasado año cuando el Gobierno central publicó un real decreto en el que unificó en todas las comunidades autónomas en diez millones de euros el tope máximo para que las producciones se pudieran acoger a deducciones fiscales, sin mantener un trato diferencial con el Archipiélago, cuyo Régimen Económico y Fiscal (conjunto de medidas que pretenden compensar de forma directa su insularidad y la lejanía con el resto del Estado) recoge que las producciones rodadas en las Islas podrán acogerse a deducciones fiscales por un máximo de 5,4 millones de euros. 

Ante la presión realizada desde Canarias, el pasado 24 de junio se fijó en otro real decreto un nuevo tope en 12,4 millones de euros para esta comunidad, una medida que mantiene en parte una diferencia con el resto del país, pero que es calificada de “insuficiente”, ya que el Archipiélago defiende que se mantenga un diferencial del 80% en estas deducciones con respecto al resto del Estado, como se había venido produciendo hasta ahora. Esta cuantía actualmente equivaldría a un tope de 18 millones y no de 12,4. “Desde el Clúster Audiovisual creemos que es mejor ahora 12,4 que nada”, como mal menor, explica Álvarez, que cree que hay que “ir a por el 18 y a por todo lo que nos corresponda desde el punto de vista legal y jurídico”. A juicio del Clúster (formado por 65 empresas), esta situación lo que provoca es inseguridad jurídica en el sector. “Las productoras extranjeras para venir necesitan un marco jurídico seguro para saber que el plan financiero que ellas tienen es viable y ahora mismo estamos en una especie de limbo”, indica. 

Solo en 2020, marcado por el año de la pandemia, figuran hasta siete producciones susceptibles de acogerse a incentivos fiscales. Según datos de la Tenerife Film Commission, en la isla esta industria dejó ese año 13,2 millones, mientras que el anterior fueron 20 los millones que reportó. Gran Canaria Film Commission contabiliza que en esta isla el impacto económico estimado en 2019 fue de 15,8 millones y en 2020 fue de 10,3 millones, un cómputo en el que se contabilizan largometrajes, series de televisión y otros programas, documentales, series de animación y también producciones publicitarias (aunque estas últimas no se acogen a las deducciones fiscales). Pero las islas capitalinas no son las únicas que atraen a esta industria. El pasado año, La Palma, por ejemplo, contó con el rodaje de la película Midnight Sky-Netflix, de George Clooney, justo antes de que llegara la pandemia. El sector generó en 2020 un impacto de 3,5 millones en la isla, un millón más que en el ejercicio anterior, según datos de La Palma Film Commission. Sin olvidar otras islas como Fuerteventura, escenario de superproducciones de Marvel; Lanzarote, con Marte o la isla del Meridiano, con la famosa serie nacional Hierro

¿Qué reportan al sector canario las producciones internacionales?

Sebastián Álvarez recalca que cuando esas grandes producciones eligen las Islas cuentan con los servicios de “toda la cadena de valor” y menciona hoteles, instalaciones técnicas, entre otros. “En Canarias, toda la oferta turística, servicios y transporte hacen que el servicio audiovisual sea mejor porque las grandes producciones con grandes artistas necesitan que el hotel no esté a más de 30 minutos y que sea de cinco estrellas”, añade. Por ello, apuesta por que se aproveche el buen clima, las infraestructuras, la conectividad, esos incentivos que si se mantienen “son los mejores de Europa”, así como ese “espectro de localizaciones muy amplias, ya que tenemos jungla, desierto, paisajes con corte lunar, podemos recrear el Caribe…”

El productor cree que apostar por el sector audiovisual es hacerlo por la diversificación de la economía. “En un par de años vista, el sector audiovisual puede condicionar el PIB Canarias”, afirma y pone el ejemplo de Malta, que recuerda que casi es más conocida por sus producciones audiovisuales que como destino turístico. Desde el Clúster Audiovisual de Canarias lamentan, no obstante, la situación de “inseguridad jurídica” con la que se encuentra el sector. Desde las productoras internacionales “se están valorando otros destinos”, lamenta Álvarez ya que “cuando una producción audiovisual que se va a gastar 20 millones en Canarias y tiene una deducción de casi 10 millones, pero en 2020 lo cerramos en un tope de 12,4 y nadie sabe cómo vamos a cerrar 2021 todavía… porque ¿nos quedaremos en 5,4? ¿conseguiremos el 18? y esa es la incertidumbre”. El productor añade que “no hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión”. 

Álvarez también menciona otros factores que han hecho mella desde la pandemia en el sector. Señala que su productora fue de las primeras en rodar un spot publicitario tras el confinamiento, “pero muchas empresas tenían producciones ya previstas para 2020. En nuestro caso teníamos dos y eso quedó todo parado”, apunta. Uno de los problemas es que en el caso de las producciones de Estados Unidos, hasta este mes no disponían de visados de trabajo para que entrara un actor y un equipo a rodar, “pero parece que este mes por fin vamos a regularlo”, aclara. 

El despunte del cine canario

El cine canario vive un momento histórico. Producciones como La Piel del Volcán, dirigida por Armando Ravelo, están llenando salas de cine en Madrid. “Es un momento dulce porque nunca ha habido en cartelera tantas producciones simultáneas en la historia de Canarias, pero al mismo tiempo se produce la ironía de que es el peor momento para las salas de cine y en esa lucha estamos”, explica. Volcano Films es una de las productoras de La viajante, dirigida por Miguel Mejías y producida también por Digital 104 y Angharad Rojo. Se estrenó en cines el pasado 2 de julio y las expectativas son buenas. 

Define al cine canario como de autor, comprometido y con una narrativa emocional. “Lo bueno es que hay todo un camino para posicionarnos con un sello propio”. Sí lamenta que en los últimos años las ayudas concedidas por parte del Ejecutivo regional al sector no hayan sido periódicas. “Salvo Extremadura, el resto de las comunidades llevan 25 años con ayudas al sector audiovisual regulares, directas a proyectos”, apunta. En las Islas, “hemos tenido hitos, desaparecen durante seis años, vuelve a haber ayudas y eso un poco ha mermado la capacidad de los autores canarios”. Este año, el paquete de ayudas del área de Cultura del Gobierno de Canarias supera los 10 millones. 

Álvarez defiende la industria audiovisual como generadora de empleo y como sector ecológico “que no contamina el cielo, ni el agua ni recurre a materias primas”. Sostiene que las personas que llevan años en el gremio nunca habían estado “tanto en el candelero”, por lo que apuesta por potenciar desde las coproducciones, por atraer al Archipiélago producciones medias y a gran escala, nacionales e internacionales, “porque todo eso muscula al sector”. En las próximas semanas, el Ejecutivo canario espera llegar a un acuerdo con el Estado, de manera que se salvaguarde ese diferencial de Canarias recogido en su Régimen Económico y Fiscal.