Cuando Arona prefirió un parque acuático en vez de viviendas públicas en El Mojón, su “nueva ciudad”

Toni Ferrera

0

El Ayuntamiento de Arona rechazó construir viviendas de protección oficial (VPO) en El Mojón, el plan parcial de poco más de 900.000 metros cuadrados que acaba de desbloquear y promete ser la “nueva ciudad” de Tenerife, a cambio de impulsar posibles actuaciones públicas turísticas, como un parque acuático. El pleno del Consistorio lo decidió así en 1995, hace cerca de 30 años, cuando aprobó inicialmente dicho planeamiento, según documentación a la que ha tenido acceso este periódico. No consta que haya desplegado ningún proyecto por el estilo, no obstante, en los 332.000 m2 que ha pasado a gestionar del mencionado plan en concepto de aprovechamientos públicos. 

La negativa del Ayuntamiento a construir casas de VPO, que tan bien habrían venido en estos tiempos de emergencia habitacional, llegó después de que el Servicio de Urbanismo, Obras y Servicios Locales pidiera al promotor del plan de El Mojón por aquel entonces, Juan Francisco Reverón Villalba, que reservara parcelas “con el posible destino” a la construcción de viviendas sujetas a algún régimen de protección oficial. Esa propuesta, suscrita en un informe firmado el 7 de julio de 1995, fue enmendada por el alcalde del Consistorio, el ya fallecido Mario Spreáfico (del partido Centro Democrático y Social) para levantar, en cambio, “actuaciones de iniciativa pública” de acuerdo con la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias de ese mismo año. 

La enmienda fue aprobada por unanimidad y tenía como telón de fondo promover un parque acuático en suelo público. El Mojón incorpora en una de sus parcelas, concretamente en la L3, la tipología de espacio libre pensado para parques y jardines, pero también abre la puerta a edificar de manera “opcional” un parque acuático en esa misma zona. La jefa del Servicio de Urbanismo de Arona formuló objeciones a esta idea, “siendo más conveniente su ubicación”, si fuera a construirse, en un área recreativa de propiedad privada. También pidió un estudio “pormenorizado” de todos los gastos que implicaría su mantenimiento, sobre todo con relación al consumo de agua. Y llegó a afirmar que hacerlo iría “en contra” de las previsiones del Plan General de Ordenación (PGO) del municipio.

Sin embargo, Spreáfico, en la misma enmienda en la que pidió cambiar viviendas públicas por iniciativas turísticas, defendió, a diferencia de lo solicitado por Urbanismo, que el Ayuntamiento hiciera “optativo” que en el área pública del Plan Parcial “pueda o no” levantarse el citado parque acuático. Las revisiones del alcalde fueron incluidas en el documento que finalmente llegó a las manos del promotor para que este llevara a cabo las “modificaciones introducidas”. Reverón Villalba confirmó haberlo hecho meses después. 

La decisión del entonces alcalde sorprendió incluso a propietarios de terrenos en El Mojón. Ignacio García, representante de la entidad Club Caracola, sugirió que, “al menos en determinadas zonas”, debiera contemplarse como opcional la construcción de viviendas “de residencia permanente”. El hombre basó su alegación en el miedo a que las “favorables perspectivas del modelo turístico no fructificaran” o fuera “inconveniente” introducir más plazas alojativas al mercado. Ello provocaría que muchas parcelas se quedasen “sin edificar”, con la consiguiente expropiación o sanción a los promotores, obligados a construir en un plazo limitado. 

Lo cierto es que El Mojón sí incorpora parcelas destinadas a viviendas, pero siempre en suelo privado. De acuerdo con los planos anexados tras la aprobación definitiva del plan el 1 de octubre de 1996, habrá cuatro tipologías: casas aisladas, aterrazadas, aterrazadas hoteleras y agrupadas. Solo las aisladas contemplan alojamiento residencial. Cada una de ellas será construida en una parcela de mínimo 300 metros cuadrados. La suma de todos los inmuebles ocupará 55.806 m2, según los cálculos. 

El porcentaje de estos metros con respecto al total del planeamiento es ínfimo, poco más del 6%. Pero es que El Mojón nació con un carácter “primordial del uso turístico”, no residencial. Lo deja bien claro la memoria del plan. Es una iniciativa urbanística pensada en la “población flotante que se renueva cada 15 días”, los turistas extranjeros que llegan a la isla en avión o barco y carecen de vehículo propio, “no pudiendo”, por tanto, “considerar las edificaciones existentes como de uso residencial permanente”. El documento hace una radiografía de los futuros vecinos de El Mojón: visitantes de más de 50 años que no vienen con niños en edad de estudiar, a no ser en la época de vacaciones.

“La finalidad de El Mojón es la de cubrir una demanda de este tipo de instalaciones de alta calidad, sobre todo por extranjeros que decidan pasar sus vacaciones en el sur de la isla [de Tenerife]”, resume el texto. Los terrenos destinados a apartamentos turísticos alcanzan los 196.234 metros cuadrados, a alojamientos turísticos-hoteleros unos 120.750 m2 y a hoteles un total de 114.942 m2. Estos corresponden el grueso del aprovechamiento privado del planeamiento. El público supone 332.904 metros cuadrados, divididos entre: vías, aparcamientos y peatonales (120.037 m2), zonas ajardinadas (115.736 m2), un parque urbano (52.818 m2) y tres parcelas para equipamientos cultural, deportivo y docente (44.000 m2). 

Canarias Ahora ha preguntado al Ayuntamiento de Arona si ha contemplado la proyección de un parque acuático, como permite el Plan Parcial de El Mojón, en algún punto de esos metros a recepcionar, pero a fecha de la publicación de este artículo no ha habido respuesta. El exalcalde de la localidad, el socialista José Julián Mena, ha asegurado a este periódico que nunca impulsó nada por el estilo en los ocho años que estuvo al cargo (2015-2023).

El Consistorio de Arona, por otro lado, adelantó el año pasado que ya había 15 proyectos privados para El Mojón con el visto bueno y que la inversión esperada total rondaba el millón de euros, con marcas como Lidl o McDonald’s.

El partido Nueva Canarias (NC), por su parte, ha cargado contra el último desbloqueo de la iniciativa, impulsado por el actual grupo de gobierno en Arona, conformado por Coalición Canaria (CC), Partido Popular (PP) y Más por Arona, porque, ha asegurado, es una muestra del “modelo desarrollista” que CC y PP despliegan en el Archipiélago y que deja “en papel mojado” su discurso de apoyo a las manifestaciones del 20 de abril contra la masificación turística en las Islas.

El Mojón es una gran bolsa de suelo ubicada junto a dos núcleos eminentemente turísticos del sur de Tenerife, Los Cristianos y Las Américas, que elevará el número de visitantes en Arona, el segundo municipio de la isla que más extranjeros recibe cada año, solo por detrás de su vecino Adeje.

La localidad vivió el pasado mes de marzo el desahucio de 90 familias de un edificio inacabado sin alternativa habitacional. Al menos 15 eran menores. La concejala de Servicios Sociales, Ruth Martín, reconoció que “la situación en el sur está desmadrada”. En el edificio a desocupar podían leerse mensajes como “alcaldesa, sí hay solución, no seas parte de la corrupción”, “no vivienda VV stop vacacional”, “lo único que queremos es un hogar para nuestros hijos” o “el precio del alquiler nos ahoga, ayuda”.

Martín reconoció entonces que en Arona había “poblados chabolistas, urbanizaciones de caravanas y remolques, muchísima gente viviendo en coches, cuevas y casetas”. Para la concejala, la causa principal es la Ley de Vivienda que, según afirmó, “ha provocado la psicosis del propietario y la mayoría de ellos han retirado viviendas del mercado residencial y las han llevado al vacacional”.

El Consistorio no ha optado por el momento a solicitar la declaración de zona tensionada.