La secretaria de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, Loreto González Cabanas, manifestó este miércoles a ACN Press, en relación con el aterrizaje de emergencia de un avión de Spanair en Sevilla, que “el Estado debe poner medios para que no pasen estas cosas a través de inspecciones, porque las compañías siempre buscan el máximo beneficio y para eso van a rebajar todo lo que puedan los costes de mantenimiento y seguridad”.
González fue una de las 18 supervivientes de aquel otro fatídico vuelo en el que perdió la vida su hija, junto a otras 153 personas, el 20 de agosto de 2008, cuando ambas volvían a Gran Canaria desde su natal tierra gallega de Monforte de Lemos.
Este miércoles, en declaraciones telefónicas a esta agencia, dijo sentirse “muy impresionada”, tanto por el aterrizaje forzoso de este otro vuelo JK5042 procedente de Madrid, como por el informe del incidente que tuvo lugar en 2007 en Lanzarote, cuando un MD-83 que Air Comet había alquilado a la compañía austriaca Mapjet estuvo a punto de estrellarse por las mismas razones que el JK5022.
En dicho informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Aviación Civil (CIAIAC) dado a conocer hace pocos días, se indica que, catorce meses antes del siniestro de Barajas, este otro avión de características similares despegó también sin flaps.
Como en el caso de Barajas, tampoco funcionó el sistema de alerta sonora (TOWS) de una mala configuración, si bien se estima que finalmente pudo remontar el vuelo, tras grandes alabeos, al tener el viento de cara y contar el MD-83 con más potencia que el MD-82 de Barajas.
“Me he venido a pasar estos días de Navidad a Francia con unos amigos, porque estoy anímicamente muy mal y echo mucho de menos a mi hija”, agregó la secretaria de la asociación de afectados del JK5022, “pero aunque sea lo único que haga ya en la vida voy a tratar de seguir luchando para que estas cosas no vuelvan a pasar y mejore la seguridad aérea”.
Responsabilidades
González no quiso valorar el hecho de que haya sido un avión de Spanair el que haya aterrrizado de emergencia en Sevilla, pero recordó que su asociación “está empeñada en saber qué pasó” aquel 22 de agosto “y que se asuman las responsabilidades penales a que haya lugar” para “que aquello no vuelva a repetirse”.
En este sentido dijo que “el Estado tiene que tomar medidas con las compañías de bajo coste para que tengan un nivel de calidad” y “las inspecciones tiene que llevarlas a cabo Aviación Civil de manera directa aumentando su personal”.
“Por grandes que sean las indemnizaciones que se puedan percibir, a las compañías siempre les compensará ahorrarse el mantenimiento y la seguridad mientras, como media, tengan un muerto cada dos ó tres años”, agregó.
Esta trabajadora del Instituto Social de la Marina de unos 57 años también recordó que en el informe de la CIAIAC sobre el JK5022 se indica que la avería de la sonda de temperatura (RAT) que se estima pudo afectar al sistema de alerta sonora, al estar ambos alimentados por el mismo relé, ya “había sido detectada en vuelos anteriores”.
Dicha circunstancia se repite en el informe del incidente de Air Comet, en el que al despegar previamente desde Barajas con destino a Lanzarote el avión, ya se produjeron anomalías en la sonda de temperatura.
Fomento
“Fomento tiene mucho que hacer todavía para mejorar la seguridad”, manifiestó González Cabanas a esta agencia tras señalar que en el siniestro que ella sufrió “tardaron muchísimo tiempo en llegar los servicios de emergencia”.
“Supongo que estoy viva porque Dios lo quiso, pero también creo que fue posible porque soy médico y les dije lo que tenían que hacer”, manifestó, “es algo que sigue sin dejarme dormir por las noches”.