Un bombero se tropezó con el operario muerto en Marsans

Lo que parecía un incendio sin complicaciones se convirtió en una tragedia. Un hombre de 45 años fallecía a mediodía de este domingo en la sucursal de viajes Marsans en la calle de Viera y Clavijo de Las Palmas de Gran Canaria víctima de un siniestro que, a primera vista, plantea algunos interrogantes.

Nadie avisó a los bomberos de que en el interior del establecimiento había una persona, lo que resultaba extraño tratándose de un domingo. Por lo tanto nadie pensó en tareas de rescate hasta que uno de los funcionarios literalmente se tropezó con el cuerpo del operario, que yacía en el suelo envuelto en humo y llamaradas, entre temperaturas que oscilaban entre los 800 y los 1.200 grados centígrados.

Al tropezarse con él y, casi a ciegas, comprobar que se trataba del cuerpo de una persona, el bombero se despojó de su máscara de oxígeno y se la colocó en la boca porque en aquellos momentos el operario aún estaba vivo. Falleció en la calle y el bombero que lo rescató del fuego sufrió una leve intoxicación por humo.

Los funcionarios del Cuerpo de Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria se encontraron también con otras sorpresas, como gran cantidad de puertas cerradas y cajas desordenadas o amontonadas de modo llamativo.

Pero nadie se atreve a avanzar conjeturas. De las investigaciones se hizo cargo el juez de guardia, Tomás Martín, titular de Instrucción 3 de Las Palmas de Gran Canaria, que se personó en el lugar de los hechos para levantar el cadáver del operario y hacer las primeras diligencias.