El Cabildo de Gran Canaria ha aumentado los medios para la lucha contra el fuego este verano, con más vehículos y personal que el año pasado, lo que permite disponer de un total de 235 personas, ha informado este martes el presidente de la corporación insular, Antonio Morales (NC)
El operativo cuenta con seis nuevos vehículos y una ampliación de la contratación de refuerzo de cuatro a seis meses, del 15 de mayo al 15 de noviembre.
Este personal, que asciende a 89 trabajadores, estará ubicado en los seis puntos de vigilancia contra incendios, con 30 vigilantes en total, así como el refuerzo para las brigadas, tres pilotos, dos mecánicos, dos analistas y dos técnicos de Protección Civil, lo que hacen un total de 89 personas.
El resto de las funciones las asume personal propio de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, hasta un total de 235 efectivos, ha indicado el consejero del área, Miguel Ángel Rodríguez. El dispositivo cuenta también con dos helicópteros con base en Artenara; el primero, disponible durante seis meses, de mayo a noviembre, y el segundo, de junio a octubre.
En cuanto a los medios terrestres, hay cinco nuevos vehículos de transporte ligero y una autobomba, que se suman a las otras doce autobombas y seis nodrizas que ya operaban.
El técnico del Cabildo de Gran Canaria Federico Grillo ha indicado que, en caso de necesidad, Gran Canaria puede llegar a contar con 800 efectivos, ya que se unirían medios de otras islas, del Gobierno de Canarias y de la Unidad Militar de Emergencias.
Morales ha pedido que los ciudadanos extremen la precaución, ya que entre 1999 y 2017 se contabilizaron en Gran Canaria un total de 1.028 fuegos forestales que afectaron a una superficie de 25.544 hectáreas. Grillo ha indicado que los ciudadanos son más conscientes del riesgo durante el mes de agosto, pero no tanto en julio.
Asimismo, de los 84 fuegos registrados en Canarias durante el año pasado, 39 tuvieron lugar en Gran Canaria, lo que supone un 51,2% del total. La mayoría fueron conatos (menos de una hectárea) y cuatro de ellos fueron incendios (más de una hectárea).
La causa principal de los fuegos es la imprudencia, sobre todo por las quemas agrícolas en entornos rurales o forestales, con cinco fuegos, y las relacionadas con el uso imprudente de distintos medios de ignición, con otros cinco fuegos.
Respecto a los fuegos intencionados, que es la siguiente causa, destaca el propósito de limpiar los terrenos para el aprovechamiento ganadero, con un total de tres incendios forestales.
En los últimos años se ha intensificado la investigación sobre situaciones que se repiten en un mismo entorno, por lo que se sospecha de la intencionalidad de algunos de los fuegos, ha dicho Trillo.
Uno de los fuegos intencionados registrados el año pasado fue el gran incendio forestal de Gran Canaria declarado en septiembre en Tejeda, que afectó a 1.909 hectáreas. Tanto la investigación de este fuego como del otro incendio forestal intencionado que tuvo lugar en la misma zona en mayo, permitió localizar al presunto responsable, relacionado con la limpieza de terrenos para destinarlos al ganado.
El tercer incendio forestal intencionado durante 2017, se produjo en las inmediaciones del barrio de Cazadores, en el municipio de Telde, donde hay una alta tasa de incendios forestales reiterados.
El consejero de Medio Ambiente ha recordado que el 1 de julio comienza la época de alto riesgo, en la que no están permitidas las quemas agrícolas ni los espectáculos pirotécnicos en terreno forestal. Se podrá hacer fuego en las barbacoas de mampostería de las áreas recreativas y en las cocinas de gas con bombonas de hasta 13 kilos pero está prohibido hacer fuego en las barbacoas portátiles.
El 30 de septiembre finaliza la temporada de alto riesgo y comienza un periodo de medio riesgo, que se extenderá hasta el 30 de octubre, cuya fecha de final de campaña dependerá de las condiciones meteorológicas.
Durante las declaraciones de alerta por alto riesgo de incendios forestales, está prohibido todo tipo de fuego, así como el uso de maquinaria que genera deflagración como radiales, motosierras, equipos de soldadura o motodesbrozadoras, en montes y terrenos forestales.