La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, que dirige Raúl García Brink, y, el personal de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales iniciará los próximos días la campaña de quemas prescritas en la Cumbre de la Isla, en una tarea que se desarrollará a lo largo de todo este mes de octubre y cuyo principal objetivo es reducir el combustible forestal y evitar fuegos forestales.
El Cabildo explica en un comunicado que con la llegada de la época de peligro medio-bajo de incendio forestal en Gran Canaria, regresan las quemas prescritas que estaban suspendidas en verano y entran en vigor de nuevo los permisos para realizar quemas agrícolas, razón por la que la Corporación Insular llama a mantener las precauciones y conocer bien las medidas de prevención que hay que seguir.
Federico Grillo, jefe de la Sección de Emergencias de la Institución insular, señala que el objetivo de esas áreas cortafuegos es frenar el avance de los grandes incendios y, por tanto, no dejar que se propaguen, como ya ha sucedido en muchas ocasiones, en las que se han podido para las llamas y ha sido posible defender el terreno y detener la llegada de grandes fuegos.
“El objeto de estas quemas prescritas es evitar un futuro incendio forestal, por ello se realizan en los meses húmedos, para generar incendios controlados de baja intensidad que solo afectan al sotobosque”, ha detallado. “Es tremendamente importante que tengamos la Isla cada vez más cubierta con este tipo de infraestructuras, por lo que es posible que las y los ciudadanos vean humo, que en principio será bastante blanco, debido a la humedad y al vapor de agua. Pero no deben alarmarse, porque en todos esos puntos siempre habrá personal especializado y con medios de seguridad extrema”.
Durante todo el mes de octubre será posible observar columnas de humo en cumbres y medianías, sobre todo los días despejados, por lo que los técnicos del Cabildo llaman a la calma, ya que con mucha probabilidad se tratará de quemas prescritas.
Las quemas prescritas imitan a los fuegos que, de manera natural, se dan en la naturaleza. No es lo mismo el fuego en verano que el fuego en invierno ya que, con el tiempo húmedo, las llamas son pequeñas y por tanto se elimina parte de la vegetación seca sin peligro de que se convierta en un gran incendio forestal.
El objetivo es reducir el combustible forestal para evitar las consecuencias de un futuro incendio y, por eso, se realizan en meses húmedos con fuego de baja intensidad. En la actualidad estas quemas las hace personal especializado, que garantiza su eficacia y seguridad y controla que no afecte negativamente al ecosistema.
Las zonas donde se realizan quemas prescritas son conocidas como áreas de baja carga. Entre sus ventajas, destacan la disminución de la velocidad de propagación en caso de incendio, lo que facilita su extinción, reducen el lanzamiento de pavesas (brasas voladoras), reducen los daños al ecosistema y ayudan a defender infraestructuras estratégicas o zonas de especial interés, ademaste otros beneficios ambientales.
Las quemas se realizan desde los meses octubre a junio, cuando las condiciones meteorológicas son más adecuadas. Las quemas prescritas están prohibidas en la época de riesgo alto de incendios, del 1 de julio al 30 de septiembre, y durante el año cuando se declara la Alerta por Riesgo de Incendios Forestales.
Precisamente, la efectividad y la necesidad de las quemas prescritas se ha podido observar en los últimos grandes incendios que ha sufrido la isla.
Quemas agrícolas
La disminución del nivel de riesgo de incendio forestal que se da con la llegada del otoño también conlleva que se vuelvan a activar los permisos para realizar quemas agrícolas en las fincas cultivadas, por lo que el Cabildo pone a disposición de la ciudadanía una herramienta formativa pensada en clave popular y accesible, en forma de vídeo conducido por el reconocido humorista Maestro Florido, que se publica estos días en las redes sociales de Gran Canaria Mosaico y de la Consejería de Medio Ambiente, Clima y Energía, y que estará disponible igualmente para centros educativos, instituciones y organizaciones sociales.
Las quemas agrícolas son una buena herramienta de prevención de incendios ya que reducen los restos de poda y rastrojos, pero deben realizarse siguiendo una serie de medidas preventivas y siempre con autorización previa.
Antes de emprender una quema es necesario solicitar autorización. Es obligatorio realizar siempre las quemas con precaución y cumpliendo los condicionantes, ya que las quemas agrícolas mal ejecutadas son una de las principales causas que originan los incendios forestales.
Algunas de las medidas preventivas de obligado cumplimiento, que pueden ser consultadas en www.grancanariamosaico.com, son contar con autorización en vigor, comunicar a CECOPIN 24 horas antes de realizar la quema, limpiar la vegetación 2 metros alrededor del futuro fuego, hacer montones de 0,5 metros cúbicos como máximo, disponer cerca una manguera con presión, suspender la quema en caso de viento fuerte, apagar las brasas dos horas antes de la puesta de sol, no quemar nunca plásticos o basura y, por supuesto, no abandonar la quema y dejarla sin supervisión. Las quemas dentro de un bidón, si bien están permitidas, requieren respetar las mismas normas.
Convivir con el fuego
Los grandes incendios forestales han dejado de ser algo excepcional en Gran Canaria. En los últimos 20 años, nueve grandes incendios forestales han afectado gravemente a nuestra isla, a nuestros bosques y cultivos, a casas y bienes, a la economía, la sociedad y, lamentablemente, hasta a la población. Más de 32.000 hectáreas se han visto calcinadas.
Gran Canaria Mosaico es una estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por el Cabildo de Gran Canaria que promueve la recuperación de paisajes mosaico basados en el equilibrio entre los espacios naturales y las actividades rurales tradicionales, así como la adaptación de la sociedad para convivir con el fuego.
Un paisaje mosaico es aquel donde conviven diferentes tipos de bosques y naturaleza con sembrados, pastos o zonas de baja carga y donde cada una de estas piezas pone obstáculos al fuego, que se propaga más lento y hace posible que los servicios de emergencia puedan sofocarlo en mejores condiciones.
La población rural de las medianías y cumbres de Gran Canaria, con sus actividades cotidianas, crea un mosaico de parcelas cultivadas, zonas de pastoreo y aprovechamientos forestales que actúan como cortafuegos productivos y persistentes.