Canarias atraviesa este fin de semana una importante ola de calor que ha llevado a las Islas a estar en aviso rojo. Las altas temperaturas han venido acompañadas también de calima. Una investigación científica realizada en Francia ha evidenciado que este polvo en suspensión arrastrado por el viento desde el Sáhara transporta elementos radioactivos que se depositan en el suelo de los diferentes países europeos.
Este estudio fue realizado por diferentes investigadores y liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas de Francia después de un episodio extremo de calima que tuvo lugar en Europa en 2021. Las Islas Canarias fueron entonces uno de los territorios más afectados por ese fenómeno, dada su cercanía al continente africano.
Los científicos identificaron cesio y berilio en la calima que cayó sobre los Pirineos, tal y como ha publicado este sábado El Periódico de Aragón. Según la investigación, la acumulación de polvo en zonas de hielo y nieve puede perjudicar a los ecosistemas que allí habitan. El oscurecimiento del entorno hace que se absorba más radiación solar y se caliente más el lugar, haciendo que se derrita el hielo.
Son varios los estudios que han identificado la presencia de material radioactivo en la calima. En 2021, la Asociación francesa por el Control de la Radiactividad en el Oeste (Acro) publicó los resultados de una investigación que demostró que la calima que había llegado entonces a Francia y Suiza presentaba niveles anormales de cesio-137.
El cesio es un isótopo radiactivo que se produce de la fisión provocada por una explosión nuclear. Además, el estudio desveló que estos valores, que no son peligrosos para la salud, proceden precisamente de los ensayos nucleares realizados por Francia en el desierto de Argelia en los años 60.
Ese mismo año, el portal Euronews publicó que el Laboratorio de Física Médica y Radioactividad Ambiental de la Universidad de La Laguna de Tenerife había localizado también potasio 40 y cesio 137 en el polvo en suspensión. Además, puede transportar plomo 210, procedente de fuentes naturales. A pesar de todo, los niveles de estos elementos en el polvo sahariano no son nocivos para la salud.
El laboratorio canario también ha hallado restos radiactivos de los accidentes de Chernobil y Fukushima, en niveles que no presentan peligro alguno para la vida.