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Canarias abre la puerta a la entrada de directivos privados en puestos de gestión en la sanidad pública

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

“Impulsar la gestión profesionalizada mediante el desarrollo de procedimientos abiertos de selección de puestos de gestión”. Este objetivo, incorporado al Compromiso para la mejora de la sanidad pública en Canarias, un documento presentado a finales de 2017 por el Ejecutivo regional con una ficha financiera de 190 millones de euros y el respaldo de las organizaciones sindicales mayoritarias en el sector, colegios profesionales y asociaciones de pacientes y familiares, comienza a cobrar forma.

El Servicio Canario de Salud (SCS) se ha propuesto cambiar la fórmula para elegir al personal de alta dirección y, para ello, ha presentado una propuesta que ha despertado elogios, por cuanto supone la introducción de un proceso selectivo para acabar con las designaciones a dedo, pero también el recelo de un sector de los profesionales, que teme que se produzca el desembarco de directivos procedentes del ámbito privado en la sanidad pública.

Según el modelo de convocatoria facilitado por la Consejería de Sanidad a los sindicatos en la última mesa sectorial, celebrada el pasado miércoles, el proceso de selección de los puestos directivos (gerentes, directores y subdirectores médicos y enfermeros...) se dividirá en dos partes. En la primera, los aspirantes al cargo deberán acreditar ante el departamento de Recursos Humanos el cumplimiento de determinados requisitos  (titulación, formación y experiencia) para acceder al puesto. Sin embargo, será el director del SCS quien resuelva la convocatoria, sobre la base de esos requisitos, del proyecto técnico que deben presentar los candidatos y, si así lo requiere, de una entrevista personal con los considerados idóneos.

La coletilla que ha generado las mayores suspicacias en torno a la nueva fórmula, sobre todo por parte del sindicato Asaca, que lo ha denunciado públicamente a través de mensajes difundidos en sus redes sociales, aparece, sin embargo, en el primer punto de las bases, referido a los requisitos de los aspirantes. El modelo repartido por el SCS recoge que optarán a estos puestos de responsabilidad aquellos trabajadores que ostenten la condición de personal estatutario, laboral o funcionario público, todos ellos con vínculo jurídico con la administración. El párrafo que ha generado la discordia se inserta a continuación. “Podrá asimismo participar el personal ajeno a la administración que cumpla los requisitos establecidos, en cuyo caso la vinculación se efectuará mediante el régimen laboral de carácter especial de alta dirección”, dice.

La Consejería de Sanidad ha rescatado un decreto de 1985, dictado por el entonces denominado Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para abrir la puerta a la entrada de directivos del sector privado en el Servicio Canario de Salud. Los puestos de gestión en la sanidad pública de las Islas se han provisto históricamente por el sistema de libre designación y siempre entre el personal de la administración. Sin embargo, este régimen especial de alta dirección, que contempla la introducción en el sistema público de gestores privados, también aparece mencionado, con remisión al estatal de 1985, en otro decreto firmado en 1999 por los entonces presidente y consejero de Sanidad del Gobierno regional, Manuel Hermoso y Julio Bonis, respectivamente, sobre la provisión de puestos de trabajo en los órganos de prestación de servicios sanitarios del Servicio Canario de Salud.

La propuesta presentada en la última reunión de la mesa sectorial ha contado con el apoyo de los representantes de CCOO, UGT y Cemsatse, mayoritarios en la sanidad pública canaria, y con la oposición de Intersindical Canaria, Sepca y Asaca. Esta última asociación, que obtuvo representación por primera vez en las últimas elecciones sindicales en el SCS, lamenta que la Consejería de Sanidad haya aprovechado un cambio que considera necesario, la incorporación de procesos selectivos abiertos y públicos en la elección del personal directivo, para colar un añadido que, en su opinión, despliega “una alfombra roja” para el desembarco de directivos de la sanidad privada en la sanidad pública.

Asaca considera que tanto la administración como los sindicatos que la apoyan en esta propuesta, CCOO, UGT y Cemsatse, difunden “una falacia” al defender que el personal externo mejora la gestión pública. Este sindicato se muestra partidario de que sean trabajadores públicos, vinculados a la administración, quienes ocupen los puestos de alta dirección, “siempre y cuando se seleccionen convenientemente y se les facilite formación en gestión”. Teme, además, que este cambio en los procesos de selección sea una muesca más en la estrategia privatizadora que atribuyen al actual consejero, José Manuel Baltar, ex gerente de Hospitales San Roque y vicepresidente de la patronal de clínicas privadas.

La organización sindical recela también de la fórmula elegida por el Servicio Canario de Salud para los procedimientos selectivos. Asaca se pregunta si el mecanismo planteado por la consejería descarta las designaciones a dedo o, simplemente, “las traslada de la gerencia a la dirección del SCS”, a quien da más poder.

El nuevo sistema de elección recuerda al que han implementado desde hace años los hospitales canarios para designar a los jefes de servicio, un modelo que ha puesto en entredicho la Justicia por la subjetividad de los tribunales, presididos por los gerentes de los centros, a la hora de valorar los proyectos técnicos presentados por los aspirantes al cargo, una labor que ahora recaerá en el director del SCS.