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Canarias se mete en el círculo vicioso de la pobreza: salarios bajos, menor consumo y agobios para llegar a final de mes

La pobreza se concentra y consolida en España en las regiones del sur (la rica mitad norte y la más pobre mitad meridional, todo un clásico), y en ese bloque también ha metido de lleno la cabeza la comunidad autónoma de Canarias. Los datos estadísticos oficiales no dejan de advertirlo, y ahora es eso mismo lo que también se manifiesta en los registros de la Encuesta de Presupuestos Familiares (2023), con indicadores definitivos calculados a precios corrientes o nominales y publicada estos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Canarias es, después de Extremadura y por debajo de Murcia, tercera, y Andalucía, cuarta, la región que segundo peor gasto por residente tiene en toda España, a una distancia de nada menos que casi 25 puntos (86,7) respecto al promedio nacional (100), con 11.373 euros en 2023 en las islas, una cifra solo algo superior a la de Extremadura, con 11.103 euros. Ya se ha dicho que la variable canaria es peor que las de Murcia y Andalucía, las cuatro regiones que conforman el bloque sur.

Esas mismas comunidades españolas son además las que peores salarios netos pagan a sus residentes empleados y también, en algunos casos, como ocurre en Canarias, donde los precios medios de la cesta de la compra más se han incrementado, junto a otros productos y servicios de consumo obligado, como son la energía eléctrica, el combustible, la vivienda, el agua… Hay que recordar que Canarias cerró el año 2023 como la región más inflacionista en España, con un IPC general del 3,8% y la mayor subida anual en alimentos, del 10%.

Además, es la segunda comunidad española con peor calidad de vida, según el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) para 2021, el más reciente, por ahora, y en breve se conocerá, a través de un estudio encargado por el Gobierno de Canarias ya finalizado y aún no presentado, que es una de las comunidades españolas con peor reparto de la riqueza.

La combinación, entre otros, de esos factores, los bajos salarios y el encarecimiento del coste de la vida, han conducido en 2023 a que los hogares y las personas residentes en esas regiones sean los que obtienen los registros con peores consumos absolutos dentro de España y además se conviertan, como consecuencia de las dificultades para llegar a final de mes o para atender necesidades básicas en el hogar familiar, en las que mayores niveles de pobreza laboral muestran dentro de España, lo que confirma la existencia de una España rica, la mitad septentrional del país, y una España más pobre, la tradicional del sur. Y lo que es peor: la escasa convergencia en renta y capacidad de gasto (renta disponible) entre una parte y la otra. En la sección más pobre, ya parece que Canarias ha metido la cabeza de lleno.

El comportamiento medido a escala nacional

Según los datos recogidos por la encuesta reseñada para 2023, los más actualizados, el gasto medio por hogar aumentó en España el 3,8% en 2023, hasta los 32.617 euros, mientras que el gasto promedio por persona se elevó el 4,3%, con 13.120 euros al año en términos absolutos. Los grupos donde hubo mayores subidas relativas en consumo fueron los de restaurantes y hoteles, ocio y cultura, y vestido y calzado. En cambio, los únicos con caídas se localizaron en comunicaciones, y bebidas alcohólicas y tabaco.

Los hogares con menor gasto (el llamado quintil 1), donde se halla Canarias, dedicaron el 63,5% de su presupuesto a desembolsos en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, y en alimentos y bebidas no alcohólicas, la cesta de la compra. En cambio, los hogares que más gastan (el quintil 5) en España, con País Vasco a la cabeza, pudieron dedicar más de un tercio de su presupuesto (34,7%) a transporte, restaurantes y hoteles, y a ocio y cultura. Nada que ver con los anteriores. Fue la comunidad autónoma del País Vasco (15.572 euros) la de mayor gasto anual por persona residente, con Extremadura asumiendo el peor registro, con 11.103 euros (84,6 de España, en medida 100 -13.120 euros, con más 4,3%-), seguida de Canarias, con 11.373 (86,7).

A escala nacional, el gasto medio por hogar aumentó en la mayoría de los grupos de consumo. Los que obtuvieron mayores crecimientos fueron restaurantes y hoteles, con una tasa anual del 13,2%, por el aumento del gasto en restauración y servicios de alojamiento; y ocio y cultura, con una variación del 9,1%. Por componentes, el mayor incremento se dio en los paquetes turísticos en medida para toda España. El grupo de vestido y calzado alcanzó una tasa del 8,1% y crecimientos en sus dos elementos. En cambio, los únicos grupos en los que disminuyó el gasto medio por hogar fueron las comunicaciones, con una variación del -3% y un gasto de 899 euros, y bebidas alcohólicas y tabaco, con una tasa del -1,2%.

El repaso a lo ocurrido por comunidades autónomas

Las comunidades autónomas con mayor gasto medio por persona en el año 2023 fueron País Vasco (15.570 euros), Islas Baleares (14.769) y Comunidad de Madrid (14.650). En el lado opuesto, se hallaron Extremadura (11.103 euros), Canarias (11.373) y Región de Murcia (11.620), con los menores gastos por persona residente. El gasto medio por persona en el País Vasco fue el 18,7% mayor que la media nacional, mientras que el de Extremadura se situó un 15,4% por debajo de dicha media, en un nivel muy parecido al de Canarias.

Hay que decir que la Encuesta de Presupuestos Familiares suministra información anual sobre la naturaleza y el destino de los gastos de consumo, así como sobre diversas características relativas a las condiciones de vida de los hogares. 

Los gastos de consumo se refieren tanto al flujo monetario que destina el hogar al pago de determinados bienes y servicios de consumo final como al valor de los bienes percibidos en concepto de autoconsumo, autosuministro, salario en especie, comidas gratuitas o bonificadas y alquiler imputado a la vivienda en la que reside el hogar (cuando es propietario de ella o la tiene cedida por otros hogares o instituciones). Los gastos se registran en el momento de adquisición, independientemente de que el pago sea al contado o a plazos.