La coincidencia de todas las fuentes relevantes que se utilizan en los análisis para proyectar, con el máximo acierto posible, cómo será este año turístico en Canarias, y también en España, es plena. Nadie lo duda, y así será salvo catástrofe imprevisible.
Organismos oficiales públicos, como el INE, el canario Istac, AENA y otros, junto con los informes emitidos por las patronales turísticas locales y nacionales, no dejan lugar a la duda: el año 2024 se prevé como un ejercicio turístico de nuevo récord histórico, el segundo consecutivo en las islas, si así fuera, tras la marca absoluta máxima en número total de llegadas de visitantes de 2023 (14,2 millones con origen fuera de España y dos de nacionales, hasta completar 16,2 -fuente: Promotur-).
Con ese balance anual, se superó el umbral de 2017, el de referencia anterior, este con 15,97 millones de personas recibidas en el archipiélago (14,3 de extranjeros y 1,6 de peninsulares). Luego, después de 2019 y con dos años previos normales, se dio el parón en la afluencia de visitantes impuesto por la pandemia de la covid, con turismo cero o casi en los años 2020 y 2021 (cuatro y seis millones de visitantes por año) y con el inicio de la recuperación de esta actividad productiva, a gran velocidad y con ansiedad por viajar, a partir de la primavera de 2022, cuando ya hubo 14,6 millones de turistas en el año (fuente: Promotur).
El año en curso da más razones a los críticos
El estudio y la asimilación de las variables de todos esos organismos en relación con el turismo en España y Canarias proyectan un año 2024 más saturado de turistas en las islas que el de 2023, con un umbral de llegadas en torno a los 17 millones de personas en el año en curso.
Esta previsión, sin duda, refuerza la principal queja, quizá la demanda central, de las manifestaciones convocadas en Canarias este 20 de abril, bajo el lema uniforme de Canarias tiene un límite (Canarias se agota) y con convocatorias en las ocho islas y en ciudades del resto del país y capitales extranjeras, estas testimoniales. Las citas isleñas son todas este sábado, a partir de las 12.00.
Canarias ya se llenó de turistas, extranjeros y peninsulares, en su temporada alta de 2023-24 (octubre-marzo), y tendrá aún más visitantes este verano respecto al periodo estival de 2023, la temporada baja que se inició después de Semana Santa, en la última semana de marzo de este año, y con sus peores meses en abril, si no cae esa celebración religiosa, mayo y parte de junio.
Se apunta que estos tres periodos mensuales también sean mejores este 2024. Y, por cierto, Canarias ya recibió más personas para hacer turismo en las islas en los dos primeros meses del año con datos oficiales, con un aumento relativo del 13,5% en relación con el mismo bimestre de 2023 (enero-febrero); esto es, 3,1 millones de personas totales (fuente: INE, Frontur). El marzo actual también superará al del año pasado.
Verano con los dos calores: el turístico y el atmosférico
El verano, según indicadores de referencia como la oferta disponible de plazas aéreas en vuelos con destino a Canarias, que es como recalan todos los turistas en las islas, tiene mejores expectativas que en 2023, pues los asientos en venta de los aviones, para conexiones regulares, crecen casi el 10%, lo que indica que julio, agosto y septiembre también serán meses más potentes en este 2024 que en el mismo periodo precedente. Suma y sigue.
Pero incluso hay más: queda por ver, por medir, de qué manera, principalmente en el comportamiento de la demanda potencial extranjera estival, afectará el principal conflicto bélico hoy en Próximo Oriente, la intervención de Israel en la franja palestina de Gaza, con el asesinato de miles y miles de civiles, en el desplazamiento de turistas desde los destinos principales de la cuenca mediterránea oriental (Turquía, Egipto, Grecia…) hacia España y Canarias, en este caso en busca de una oferta más segura para la práctica del turismo de sol y playa.
Hay que recordar que durante el desencadenamiento de la Primavera Árabe, en el trienio 2011-2013, Canarias se vio claramente beneficiada por esas revueltas sociales en el norte de África (Túnez, Argel, Egipto…), lo que contribuyó a que recalaran en las islas, se calculó entonces, más de un millón de turistas extranjeros prestados. Algo parecido se puede producir ahora, lo que daría una suma todavía mayor en el periodo estival, gracias a esta afluencia no esperada, coyuntural, inducida por la guerra en Próximo Oriente y sus efectos en la región.
Todo bien o muy bien, con el camino despejado
Teniendo en cuenta que los ritmos actuales en llegada de turistas se hallan por encima del 10% para extranjeros y en el 5% para los peninsulares (menor en invierno para este segmento), que son las marcas de los meses de temporada alta en 2024 (enero y febrero, pero con marzo también en escalada); que el verano, según las plazas aéreas disponibles y la posible redistribución de extranjeros por la guerra en el Mediterráneo oriental, se prevé con afluencia por encima de la del estío de 2023, y que la temporada alta, de octubre a abril (2024-25), no suele fallar en Canarias y sigue sumando cifras más elevadas en turistas desde 2022 en adelante, el año 2024, salvo que alguna coyuntura imprevista lo impida, se recordará en las islas por su nueva cifra récord de turistas, que puede estar, según los crecimientos proyectados, en torno a los 17 millones totales de visitantes. Se parte de 16,2 millones, el dato suma a 31 de diciembre de 2023.
¿Y qué dicen las organizaciones empresariales?
La patronal, o las patronales, dicen que sí, que así será o al menos es lo previsto, lo que ya contemplan y además desean. Los datos cantan ese futuro a corto plaza sin desafinar. Es la ley de las variables conocidas y proyectadas de forma indirecta, la lectura de las estadísticas… No suelen fallar, como será una certeza que la corrección del modelo turístico en Canarias, si la presión popular lo fuerza o desencadena, no será reconocible este año, esto seguro (para 2024 tenemos más de lo mismo, incluso con males pronunciados), y tampoco a muy corto plazo. El cambio o ajuste, como se quiera llamar y siempre que se conjugue con voluntad política verdadera (regulaciones legales eficaces), va para largo…
En el capítulo de las organizaciones empresariales, Exceltur, por ejemplo, reconoce ese panorama con claridad en su análisis del primer trimestre de 2024 y avance del ejercicio en curso, servido hace pocos días, donde asegura que la actividad turística en España ha tenido un crecimiento en los 12 últimos meses (del primer trimestre de 2023 al mismo periodo de 2024) del 13,8% nominal o el 8,9% real. La economía española mejoró en ese mismo intervalo al 1,8% real. Nada que ver con lo alcanzado por el turismo, que sí actuó como gran motor productivo en el país. En Canarias ocurrió algo parecido, pero con mayor influencia general de ese sector en el todo.
Pero es que la misma entidad, integrada por firmas multinacionales españolas del turismo (alojamiento convencional), subraya el “fuerte aumento del gasto en destino” de la demanda extranjera (+25,7%, una animalada), propulsado por el mayor número de turistas (+15,6%) y por las estancias más largas (+18,7%). Son registros nacionales del primer trimestre, pero Canarias, como el resto de regiones con función turística masiva dentro del país, están en esa horquilla. Le va bien a todo el mundo, a los agentes que controlan el negocio.
Las comunidades autónomas con aumentos relativos más significativos en los ingresos turísticos fueron en ese periodo (enero-marzo) las siguientes: Comunidad Valenciana (+23,5%), Andalucía (18,1%), Murcia (+16,7%) y Canarias (+12,4%). Influye en esta clasificación que la Semana Santa haya sido esta vez en marzo y el tiempo caluroso en muchos días de los meses de invierno.
El alquiler vacacional, en el punto de mira del negocio tradicional
Las patronales son conscientes del descontento social de este bum prolongado en el negocio turístico y sus efectos colaterales en varios ámbitos relacionados con la sostenibilidad: la social, la económica, la natural.... Quizá por esto, o bien por eso y por la existencia a la vez de una conciencia real sobre lo que representa la sostenibilidad integral en los nuevos tiempos, Exceltur, en su último informe trimestral, dedica un extenso apartado (muchos de los puntos incluidos coinciden con la batería de reclamaciones reflejo de la protesta de este 20 de abril en Canarias) a identificar cuáles son los caminos que se deben activar con el fin de disponer de un “sector turístico más responsable, comprometido y con el mayor propósito” de que se convierta en “el turismo que todos queremos”. Para ello, sostiene la organización empresarial, se debe actuar en varios frentes:
-En el alivio de la saturación de espacios, servicios e infraestructuras, con estrategias de desarrollo socialmente más aceptables y sostenibles.
-En una movilidad turística donde el transporte colectivo y los servicios de movilidad compartida sean prioritarios, con el firme compromiso de que todos esos medios de transporte renueven sus equipos para hacerlos más eficientes y sostenibles, incluidas las líneas aéreas y el combustible más ecológico SAF.
-En profundos cambios en los hábitos de los visitantes... En síntesis, nuevas estrategias, tanto para procurar el disfrute más experiencial del turista como la mayor reconexión con sus valores, salvaguardando las identidades del entorno, la cultura y la ciudadanía en los destinos.
-En el creciente rechazo ciudadano ante la cada día más difícil coexistencia y convivencia entre turistas y residentes en ciertos destinos desbordados, ante el perturbador crecimiento sin control de las viviendas turísticas, con todas sus externalidades negativas.
-En la madurez, bordeando la obsolescencia, en la que aún se hallan algunos destinos pioneros, el principal sostén del segmento de sol y playa. Requieren grandes transformaciones competitivas, con prioritaria dotación de fondos públicos y estímulos a la inversión privada.
-En una mejora de la capacidad de atraer y retener el mejor talento a todos los niveles profesionales, bajo unas condiciones de contratación que brinden las mejores propuestas…, para elevar la imagen y el sentimiento de pertenencia al sector.
-En la capacidad de articular una verdadera y recíprocamente más comprometida gobernanza público-privada en las diversas instituciones y ámbitos de gestión turística, capaces de llevar a buen término la nueva visión en políticas turísticas y coinversiones.