Análisis

Canarias recibió durante la crisis de los cayucos de 2006 más de 10 millones de turistas

Foto de archivo de turistas en el sur de Gran Canaria.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —
5 de diciembre de 2020 20:57 h

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En el año 2006 Canarias recibió 31.678 migrantes en la entonces denominada “crisis de los cayucos”. Sin embargo, ese mismo año llegaron a las islas 10,3 millones de turistas, según las cifras de Promotur, la empresa pública de Turismo del Gobierno regional. Entonces, dirigentes políticos y medios de comunicación hablaban de una buena tendencia con respecto al año anterior, 2005, cuando además las Islas recibieron 4.715 migrantes de “forma irregular”, como destaca el Ministerio de Interior. Se trata de un dato que desmonta lo defendido este fin de semana por Vox en las Islas, partido que ha organizado una serie de manifestaciones en las que su líder Santiago Abascal ha afirmado que la inmigración irregular “está destruyendo la imagen de Canarias, una tierra que se desangra”. 

Los datos positivos en turismo se mantuvieron también en los años posteriores en los que duró la llegada de migrantes procedentes de las costas africanas. En 2007 y 2008, Canarias superó igualmente los 10 millones de turistas. Visitantes que además valoraron la seguridad, a la que se apela de forma reiterada cuando se habla de migración y puntuaron el destino con casi un 8 en este aspecto, según el estudio de Promotur. En esos dos años, el Archipiélago recibió además 12.478 y 9.181 migrantes llegados en pateras o cayucos. 

Hasta el mes de noviembre de este año, según el Ministerio de Interior, Canarias ha recibido 19.566 migrantes, 17.573 más que en 2019, lo que refleja su vinculación con el hecho de que la pandemia ha golpeado económica y socialmente de forma más dura a muchos de los países africanos, lo que se suma a que existe un conflicto armado en Malí. 

Cero turístico desde marzo

Canarias entró en cero turístico el pasado mes de marzo. Los hoteles fueron llamados a su cierre, con algunas excepciones como aquellos que acogían a personas en estancias de mayor duración y otros tantos que fueron declarados como servicios esenciales para hospedar sanitarios y otros profesionales. En junio, los buenos datos epidemiológicos de Canarias animaron a los touroperadores y al Gobierno regional a ser optimistas y a pesar que se podría salvar en un 40% al menos la temporada de verano. Sin embargo, en agosto, los contagios no dejaron de aumentar en la isla de Gran Canaria, una cuestión que coincidió con las restricciones impuestas más tarde por Alemania o Reino Unido (principales mercados isleños) para volar a Canarias y que situaban el umbral máximo de incidencia para no declarar al Archipiélago como “zona de riesgo” en 50 casos por cada 100.000 habitantes. Cuando los resultados comenzaron a mejorar en octubre, Europa comenzó a vivir una oleada de brotes que volvió a mermar las expectativas isleñas de cara a su temporada alta, el invierno. 

Este mismo sábado se han superado en Reino Unido los 1,7 millones de casos de coronavirus y los 61.000 fallecidos con la enfermedad desde el inicio de la pandemia. Precisamente, el turismo procedente de este país supone un tercio de los visitantes del Archipiélago, pero en islas como Tenerife la cifra es de un 46,0% y en Lanzarote un 28,4%. Sin embargo, la situación de estos países emisores de turismo no es mencionada en las visitas de dirigentes de Vox al Archipiélago. 

Actualmente, Canarias presenta los mejores datos epidemiológicos del país, aunque preocupa la evolución de Tenerife, que no ha conseguido frenar su volumen de contagios diarios rebasando este mismo sábado los 100 casos de nuevo. Al mismo tiempo, España ya exige una PCR a sus visitantes, una cuestión que no comparte el Gobierno de Canarias, que lucha para que también se admitan los test de antígenos. Este sábado, el presidente del Cabildo de Tenerife señalaba que el elevado coste de estas pruebas está frenando la llegada de turistas. 

Pese a estos datos, la diputada de Coalición Canaria en el Congreso, Ana Oramas, también aseguraba hace unos días que uno de los motivos de la caída turística que atraviesa Canarias es la crisis migratoria que sufre. “¿Tú irías de vacaciones a Lesbos o a Moria?”, planteó en una entrevista concedida al Programa de Ana Rosa de Telecinco. Además, lamentó que la imagen de migrantes hacinados en el muelle de Arguineguín abra las portadas de la prensa alemana o británica.

Migración y hoteles 

Una de las cuestiones más criticadas por la ciudadanía y las ONG es la gestión de la acogida migratoria. El denominado “muelle de la vergüenza”, en Arguineguín, llegó a albergar a miles de personas hacinadas, sin duchas y durmiendo sobre cartones. La llegada de recursos dignos de acogida se ha hecho esperar y ha evidenciado una descoordinación ministerial. 

Ante esta situación de crisis humanitaria, varios hoteles del sur de Gran Canaria principalmente ofrecieron sus instalaciones para alojar a estas personas, de manera que pudieran dormir sobre una cama y contar con un techo y ducha. Se trata de una cuestión que  el Gobierno ha asegurado que es “temporal” y ya se están habilitando otros espacios donde puedan hospedarse estas personas. La Justicia además ya ha aclarado que no pueden estar más de 72 horas retenidos. 

Es el hospedaje de estas personas en hoteles la cuestión que mayor controversia está generando, alentada por el ultimátum de la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno que ha dado al Estado hasta final de año o, de lo contrario, amenaza con sancionar hoteles. El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, ha rechazado dicho ultimátum y reiteró que el alojamiento de migrantes en complejos turísticos, unos 6.000, es una medida “temporal”. 

Frente a estas cifras, Abascal ha insistido este sábado en Lanzarote en que “se trata de una inmigración masiva promovida por los poderes, las élites y las oligarquías políticas españolas y europeas. Estamos ante una invasión migratoria”. Al mismo tiempo, unas mil personas se han manifestado en Las Palmas de Gran Canaria contra el hecho de que se aloje a estas personas en establecimientos turísticos con una pancarta que rezaba “basta ya, sal a la calle con nosotros” y en la que, según recoge Efe se vivieron momentos de tensión, que acabaron sin incidentes. mayores. 

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