Catorce inmigrantes africanos muertos arribaron este miércoles a Gran Canaria tras haber embarcado rumbo a la isla en un cayuco que fue interceptado al sur de la isla con otros 46 ocupantes a bordo que sobrevivieron a la dura travesía a primeras horas de la mañana.
Localizados a dos millas de la costa sobre las 07.30 horas por los tripulantes de la patrullera Almirante Díaz Pimienta de la Guardia Civil, cuyos agentes hallaron inicialmente trece de los cadáveres en el fondo del cayuco y luego encontraron otro más flotando en el agua, los supervivientes de la expedición declararon que llevaban doce días navegando cuando fueron rescatados.
Estaban todos deseando bajarse del cayuco y muy cansados por la incomodidad de una travesía tan larga, que, además, debieron compartir con sus compañeros muertos en el fondo de la embarcación, según declaró un portavoz de la Cruz Roja que les atendió al llegar a tierra.
De su situación física, dijo que la mayoría estaban en relativo buen estado, dadas las malas condiciones del viaje, y sólo sufrían roces y quemaduras, si bien siete que se encontraban peor fueron trasladados por el Servicio de Urgencias Canario a diversos centros hospitalarios aquejados de hipotermia y deshidratación de carácter leve, salvo complicaciones, por lo que no se teme por su vida.
Así lo confirmó un portavoz del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad regional 112.
Tres de los heridos se encuentran en el Hospital Insular de Gran Canaria y dos en el Hospital Doctor Negrín, ambos en Las Palmas de Gran Canaria, mientras que otro fue trasladado al Centro de Salud de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana, y el séptimo al de Arguineguín, en Mogán, ambos al sur de la isla.
Todos los inmigrantes del cayuco son de origen subsahariano y todos los fallecidos varones, mientras que entre los supervivientes hay dos mujeres, según detallaron fuentes de la Guardia Civil.
Éstas relataron que la patrullera Almirante Díaz Pimienta de la Guardia Civil salió al encuentro del cayuco después de que su presencia fuera detectada, a unas dos millas al sur de Gran Canaria, a través de radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior.
Tras conducir la embarcación al puerto de Arguineguín y dejar a los inmigrantes en tierra, la patrullera volvió a alta mar y encontró y recogió un cuerpo sin vida de otro inmigrante, el número catorce, cuando flotaba a unas siete u ocho millas de la costa.
Las fuentes indicaron que no se descarta que puedan aparecer más cadáveres en el mar que los supervivientes pudieran haber arrojado por la borda, si bien a lo largo del día no se ha descubierto ningún cuerpo más.
Todos los inmigrantes del cayuco son de origen subsahariano y adultos todos los fallecidos varones, mientras que entre los supervivientes hay dos mujeres.
Ante las muertes de inmigrantes de este miércoles, que el presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castró, “lamentó” públicamente a través de un comunicado emitido ante el “doloroso” suceso, el portavoz de inmigración del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, pidió al Gobierno que “deje de dedicarse sólo a contar la cifra de cayucos y de inmigrantes muertos”.
Hernando, que lamentó la “nueva tragedia” en aguas canarias, exigió al Gobierno “tomar cartas en el asunto” y que ejerza una mayor presión diplomática sobre los países origen de la inmigración ilegal.
En respuesta a su intervención, que tachó de “deplorable”, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, dijo que el hallazgo de los inmigrantes muertos representa “la expresión más dramática” de la inmigración ilegal, cuyos “únicos responsables son los traficantes” de seres humanos.
En todo caso, Comisiones Obreras de Canarias exigió “más medios de salvamento marítimo y verdaderas políticas de cooperación al desarrollo en África” para evitar más muertes de inmigrantes como las de hoy, ante las cuales ha convocado concentraciones para mañana.