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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Un ‘contramonumento’ dignificará a los represaliados del franquismo en la ciudad canaria con más vestigios del dictador

José Sosa Déniz, Domingo López Torres, Rodrigo Coello Martín… Son algunas de las personas que fueron represaliadas en Canarias tras el golpe de Estado y que ahora serán visibilizadas en un monumento colectivo que dignifique su memoria y la lucha de los familiares por sacar la verdad a la luz. Los artistas Eugenio Merino y Miguel G. Morales resignificarán el Espacio Cultural El Tanque, situado en Santa Cruz de Tenerife,  donde aún se respira impunidad al mantener casi ochenta vestigios en sus calles, entre ellos, un monumento dedicado al dictador Francisco Franco. “Nuestra intención fue siempre traer el proyecto a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Es una ciudad que no cumple la ley vigente de Memoria Histórica y que humilla a miles de víctimas y familiares de la represión franquista en Canarias a través de los vestigios fascistas presentes en el espacio público”, resumen los artistas que han dedicado gran parte de su trayectoria a investigar sobre el franquismo y sus obras son reflejo de ello.

De hecho, según el Catálogo de Vestigios de Canarias (elaborado por un equipo de expertos liderado por la catedrática de Historia del Arte María Isabel Navarro) la capital tinerfeña presenta “uno de los casos más intensos” de España con una gran concentración de elementos conmemorativos del régimen “de dimensiones monumentales en una superficie muy reducida”. Entre todas las capitales canarias albergan unos 200 vestigios según un último borrador de este catálogo, que Santa Cruz de Tenerife ha recurrido ante la Justicia, que lo ha suspendido de momento y ha protegido cautelarmente dicha escultura hasta que se resuelva un expediente.   

Merino y Morales recuerdan que la frase del escritor austriaco Robert Musil, “no hay nada en el mundo tan invisible como los monumentos”, no funciona en esta ciudad. “Para los demócratas no hay nada más visible que un monumento franquista”. Para ambos, situar el monumento al golpe de Estado “como reclamo turístico” (como hizo un concejal del PP de la ciudad)  es una forma “de llevarlo al imaginario popular haciendo que se desvanezca su intención original”. Lo que plantean es un “contramonumento” ante esa desmemoria que pretende “dar voz a aquellos que no la tuvieron o más bien se la robaron”. Además es una obra efímera y su propia desaparición es necesaria para hablar de eso, de los desaparecidos forzosos“. 

El lugar donde se realizará este memorial a las víctimas no es casual. El Espacio Cultural El Tanque pertenece a la antigua refinería de Santa Cruz de Tenerife y el petróleo que estuvo alguna vez en este espacio “fue enviado premeditadamente por empresarios y altos funcionarios de la refinería para abastecer el golpe de Estado y la guerra que se estaba perpetrando en España”, destacan los artistas. El Tanque fue además foco de la lucha obrera y el movimiento sindical desde los años 20. 

Una primera “piedra” para reflexionar sobre la desmemoria

El próximo 29 de junio se colocará “la primera piedra” del monumento, simbolizado con las fotografías de los represaliados. La primera de ellas será colocada por la presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas, Pino Sosa, que localizó los restos mortales de su padre en el Pozo de Tenoya 83 años después. José Sosa Déniz era latonero del barrio de Las Chorreras y desapareció cuando Pino tenía apenas 40 días de vida. A su madre le dijeron que se había marchado en un barco francés, pero su incansable lucha le llevó a localizarlo tras la exhumación de este pozo. 

Sosa pegará la fotografía de su padre en una muro de grandes dimensiones pintado de negro. Pero a ella se sumarán otras muchas fotografías de represaliados. “Proponemos un monumento vivo, efímero, que se irá construyendo con la acción de los familiares. Por eso se pide la participación de todos aquellos que tengan familiares represaliados y quieran visibilizarlos”, destacan los autores. 

Los artistas quieren que la persona que visite el monumento colectivo a las víctimas tenga la información precisa de la investigación que se ha llevado a cabo. “Dejaremos que sean ellos, los familiares de las víctimas los que protagonicen la acción y que seamos todos  espectadores de una realidad política y social”. La ciudadanía podrá participar en la construcción de este monumento colectivo enviando las fotografías y los nombres de las persona represaliadas al correo electrónico monumentoalaoscuridad@gmail.com

También plantean esta obra como reconocimiento a investigadores que han trabajado en los márgenes para buscar la verdad e historiadores que han posibilitado una respuesta al relato oficial. Además de a Pino Sosa, mencionan a Ricardo García Luis, que se interesó por el tema desde hace décadas. Con las diversas investigaciones que se han realizado en el Archipiélago se conoce que al menos entre 1.500 y 3.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas en Canarias. Entre los métodos empleados se encuentra el ahogamiento forzoso como uno de los más comunes, y el mar es una de las tumbas del fascismo en Canarias, además de los pozos y otros puntos como la Sima de Jinámar o la fosa común del Cementerio de Vegueta. Además, al menos 45 canarios fueron deportados a campos de concentración Nazis. 

Proyectos para subvertir el control del poder

Por ello, los artistas plantean el monumento como una llamada a la “restitución de la dignidad de miles de demócratas de Canarias que murieron impunemente”. “El sencillo gesto de pegar un cartel de un familiar olvidado por nuestra sociedad desmonta los discursos que relacionan ”abrir las heridas“ con la función de la memoria histórica. La desmemoria es la política del olvido”, apuntan. Ambos subrayan que el arte es una herramienta de transformación social, pero es la política la que debe combatir los discursos neofascistas. “La cultura siempre está bajo el control del poder, y es a través de proyectos como este, que intentamos subvertirlo”. 

Ya el pasado año Merino y Morales hundieron en el fondo del mar una placa en homenaje al poeta Domingo López Torres con un  Monumento a la Oscuridad, que era también una crítica a una sociedad que ha invisibilizado a las víctimas del franquismo. El poeta fue arrojado como otras cientos de personas al mar tras el golpe de Estado, una práctica común por los franquistas que metían a estas personas en sacos con piedras para que nunca salieran a flote. 

Ahora, con este contramonumento, Miguel G. Morales y Eugenio Merino dan un paso más en su investigación sobre la visibilización de las personas desaparecidas en la represión, en una ciudad como Santa Cruz que está siendo incapaz de despojarse de sus vestigios fascistas incumpliendo la ley de Memoria Histórica. El proyecto está comisariado por Adonay Bermúdez y se podrá visitar desde el 29 de junio hasta el 10 de septiembre en el Espacio Cultural El Tanque, c/ Adán Martín Menis s/n en Santa Cruz de Tenerife, espacio adscrito al Gobierno de Canarias.

En el espacio también se podrá acceder a todos los archivos que han servido como base para esta investigación y se podrá ver el manuscrito original de ‘Lo Imprevisto’, obra decisiva de Domingo López Torres escrita en la prisión de Fyffes. Los artistas le han propuesto al músico José A. Fajardo la adaptación musical de algunos de estos poemas, que podrán ser escuchados en un concierto que se desarrollará en el interior del Tanque y como parte del mismo memorial. Las personas que visiten el espacio, quedarán envueltos por el silencio sepulcral, como si de un templo de culto se tratase y en un ambiente casi místico. El acceso será público y gratuito.