La nueva normalidad es que las palabras “cuarta ola” se conviertan en trending topic nacional un martes cualquiera de marzo. La idea de un repunte explosivo de los casos estaba ya en el ambiente. Países como Francia, Alemania o Italia parecen estar ya viviéndolo, pero todavía España no se incluía en esos planes hasta este lunes, cuando esa realidad se barajó como posible y sentó como una jarra de agua fría.
Los indicadores epidemiológicos indican de manera clara que las cosas no están yendo bien o, por lo menos, no lo bien que deberían. Comunidades como Madrid y Navarra, ambas rebasan la incidencia de 200 casos por cada 100.000 habitantes, están en riesgo muy alto de acuerdo con el semáforo de Sanidad. Sin embargo, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, y quien ha encendido la mecha este lunes, ha puntualizado varios aspectos con respecto a la cuarta ola. Primero, ha reconocido que “hay un ascenso estable claro de la evolución” epidemiológica en el país, lo que posiblemente sea “una cuarta ola”. Lo cierto es que se han notificado a lo largo de la última semana 43.000 nuevos contagios y más de 2.000 personas han fallecido por la enfermedad del SARS-CoV-2.
“Cualquier escenario es posible”
Sin embargo, también ha explicado que “cuando hablamos de olas”, no es lo mismo si se plantea a nivel nacional que regional, ya que hay comunidades autónomas que ni siquiera han pasado por la tercera. Ante este pequeño halo de esperanza para algunas zonas, queda preguntarse: ¿Canarias se salva de la cuarta ola?
“En el contexto de una pandemia, cualquier escenario es posible”. Así lo asegura Amós García, jefe de Epidemiología del Servicio Canario de la Salud (SCS) y presidente de la Asociación Española de Vacunología. Para hacer esta afirmación, García hace un sondeo de la situación pandémica de algunos países europeos y de varias regiones de España, que coquetean con cifras propias de la cuarta ola. “Situándonos en el contexto de Canarias, nosotros seguimos en esa meseta que no hay manera de doblegar”, aunque es cierto que la incidencia acumulada (IA) a 14 días lleva un claro ritmo descendente en el Archipiélago desde el pasado 26 de marzo.
Ese estancamiento de la situación, sumado al hecho de que “la vacunación no está yendo todo lo rápido que quisiéramos, porque no nos llegan las vacunas suficientes”, y a que la Semana Santa es un periodo en el que se “suele tener más tiempo libre, por lo que la gente se distensiona más”, hacen que la cuarta ola sea una posibilidad en la Islas.
“Había que salvar el verano en 2020, esa salvación condicionó la segunda ola pandémica; había que salvar la Navidad, lo que motivó la tercera ola; y me preocupa que vuelva a pasar después de Semana Santa”, teme el jefe de Epidemiología del SCS, aunque añade que, precisamente por ese miedo, se han reforzado las medidas de cara a esta semana festiva, pese a no tener un riesgo alto como otras regiones, como Madrid, por ejemplo.
Por otro lado, la llegada de la vacunación puede hacer que esa cuarta ola sea, por otro lado, menos mortal. Casi el 70% de los mayores de 80 años han recibido al menos la primera dosis. “Los ingresos en planta, en UCI y la mortalidad por COVID-19 están claramente ligados a la edad, son las personas mayores las que tienen mayor riesgo de sufrir consecuencias severas”, algo que, por primera vez desde el comienzo de la pandemia, puede cambiar ante un repunte de casos. Además, este lunes, Canarias superaba las 100.000 personas inmunizadas frente a la COVID-19 al haber recibido las dos dosis de la vacuna.
“Calma, paciencia y prudencia”, se repite Amós García.