La COVID-19 ha dado una tregua de dos meses a Canarias. 60 días en los que ha dejado que el volcán de La Palma sea el auténtico protagonista de la agenda informativa, quedando en un segundo plano en los medios de comunicación. Una tregua que, como demuestran los últimos datos expuestos por la Consejería de Sanidad del Gobierno regional, parece llegar a su fin: la curva de contagios ya se dibuja en un tímido pero constante ascenso.
La experiencia acumulada en estos casi dos años de pandemia vaticinan un nuevo cambio de ritmo en el reporte diario de contagios, que puede acelerarse más, si cabe, ante la inminente llegada de las navidades y la aparición de la subvariante Delta Plus, más contagiosa que su “madre”, la variante Delta, procedente de la India y con un gran arraigo en Reino Unido.
El nuevo linaje ya ha sido detectado en varias comunidades autónomas, según el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, es el caso de Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid o la Comunidad Valenciana. Por ahora, Canarias se descuelga de esta lista. Tal y como informan desde la Consejería de Sanidad canaria a este periódico, “siguen si reportarse novedades” en cuanto a la detección de la Delta Plus.
También la experiencia ha demostrado que todas las variantes terminan aterrizando, en menor o mayor medida, en las islas. Pasó antes con la Alpha (de Reino Unido), la Beta (de sudáfrica) o la Gamma (de Brasil).
Desde que en julio se comenzaran a detectar casos de la subvariante en el Reino Unido, principal fuente de turistas para Canarias, la situación epidemiológica ha empeorado de forma notable en aquel país. Si a finales de junio se notificaban poco más de 20.000 nuevos contagios diarios y menos de 300 casos de incidencia acumulada, ahora se mueven en más de 50.000 nuevas infecciones diarias y una IA que roza los 900 positivos.
En el otro lado de la moneda, la vacunación. Según el último informe de Sanidad, en las islas 1.672.112 personas han recibido al menos una dosis, lo que representa el 85,28% de la población mayor de 12 años, y el porcentaje sigue incrementándose paulatinamente, y que podría contrarrestar la catástrofe de una posible nueva ola.
Las curvas dibujan su ascenso
Las incidencias acumuladas (IA) a 7 y 14 días en Canarias ya se dibujan en claro ascenso desde mediados de octubre, cuando se consiguió el mejor dato de los últimos tiempos, solo comparable con aquel remoto mes de agosto de 2020, cuando los isleños abandonaron el confinamiento tras la primera ola de contagios.
A 7 días, se pasó, entre el 16 de octubre y el 7 de noviembre, de 15,3 casos por cada 100.000 habitantes a 29,9 casos. A 14 días, el ascenso fue de 33,9 a 58,7 contagios por cada 100.000 habitantes, en el mismo periodo de tiempo. La tendencia diaria es, como se puede comprobar en las siguientes gráficas, al alza.
Así las cosas, las incidencias de todas las islas pasan de riesgo mínimo a riesgo medio. Preocupa, especialmente, la trazabilidad de los casos de coronavirus en Tenerife, que solo ha conseguido rastrear el origen y destino de un 48,9% de sus contagios.
Por otro lado, se han detectado en los últimos 30 días 2.284 casos de COVID, y solo han recibido el alta médica 1.633 personas. Diariamente son más de un centenar los contagios que se van sumando, con menor incidencia los fines de semana. Entre octubre y noviembre perdieron la vida por la enfermedad 16 personas.
El año pasado, por estas mimas fechas, Canarias se asomaba a la tercera ola de la pandemia con la isla de Tenerife impulsando hacia arriba la media del archipiélago y los contagios disparados. Esto llevó al Gobierno canario a tomar medidas drásticas en la isla, como el cierre perimetral de la misma y toque de queda justo en plenas fiesta. Sin embargo, esas restricciones, más severas que en el resto de islas, tuvieron sus resultados, y mientras que en enero se disparaban los casos en todo el país, en Tenerife la curva caía con fuerza. La vacunación entonces solo acababa de comenzar, con lo que aún no influía en el número de casos ni en su gravedad.
Mantener o mejorar las cifras actuales se antoja complicado con el turismo llamando a la puerta, las Navidades a la vuelta de la esquina y la relajación en las restricciones, que, aunque justas, puede coger a Canarias con la guardia bajada. Habrá que esperar.