Algunas islas con mejores datos epidemiológicos, otras con una situación más preocupante. Sin embargo, hace algunos días parece haberse posado una tendencia generalizada en Canarias: el estancamiento de su incidencia acumulada a 14 días a las puertas de las vacaciones de Semana Santa más inciertas.
Lanzarote (ahora, en nivel 2) no comenzó el año con buen pie. A pesar de que terminó 2020 con unos datos epidemiológicos bastante favorables, con una incidencia a 14 días muy por debajo de la media regional, las vacaciones navideñas empujaron a la isla a registrar sus peores datos desde que comenzó la pandemia, lo que hizo que fuese la primera isla, junto a La Graciosa, en entrar en nivel de alerta 4 por la crisis sanitaria, el máximo establecido por el Gobierno canario. El 25 de enero, Lanzarote alcanzó su pico más alto de IA a 14 días, con 781 casos por cada 100.000 habitantes. A partir de ese momento, las medidas de protección decretadas para invertir esta situación alarmante empezaron a surtir efecto, logrando que ya en marzo se volviese a situar por debajo de la media canaria. Actualmente, la línea de incidencia sigue una línea recta.
Algo parecido le ha pasado a El Hierro (nivel 1), que también registró sus peores datos pandémicos durante la tercera ola pero, en su caso, en el mes de febrero, aunque siempre es conveniente destacar que, debido a su demografía, cualquier mínimo cambio puede hacer ascender o bajar la curva de manera vertiginosa. En cualquier caso, la isla más occidental registra por el momento el segundo mejor dato de IA a dos semanas, con 24 casos por 1000.000 herreños. Esta amable cifra solo la supera una isla, La Gomera (nivel 1).
El pequeño repunte de casos del pasado diciembre ha quedado en una anécdota, ya que la curva de la IA a 14 días de La Gomera se ha borrado completamente y, en su lugar, se ha impuesto una línea recta casi perfecta. Desde el 24 de enero hasta el 12 de febrero, La Gomera tuvo de manera consecutiva cero casos por cada 100.000 personas, una suma que ha ascendido tímidamente, pero que no hace que se dibuje ninguna curva en los gráficos, y en su lugar, causa que el primer lugar donde se detectó el coronavirus en España se posicione como la isla con mejores datos.
La Palma (nivel 1) tampoco tiene nada que envidiar a sus vecinas. También por debajo de la media regional en su IA a dos semanas, la isla bonita puede decir que no ha tenido ningún repunte realmente significativo. Durante este año, todavía no ha logrado los cero casos por cada 100.000 palmeros, como La Gomera, pero puede alardear de no haber superado la media canaria de incidencia acumulada desde el pasado verano.
Fuerteventura, la isla con más movimiento
La suerte de las islas occidentales parece acabar ahí, sin embargo, pese a que Tenerife sigue siendo una de las islas más afectadas por la COVID-19, con una IA a 14 días de 152 casos por cada 100.000 habitantes a 23 de marzo, su tendencia también parece haber entrado en una línea estable desde hace pocos días, aunque, eso sí, con una intención más ascendente que en pendiente. Con una incidencia ligeramente más favorable, Gran Canaria sigue casi la misma tendencia que su vecina occidental. Su curva de IA a dos semanas parece bailar cerca de la media regional, pero no termina ni de acercarse ni mucho menos logra ponerse por debajo.
Finalmente, la que sí que está muy lejos de desescalar la línea que marca la media es Fuerteventura, la isla con una mayor IA a 14 días en todo el Archipiélago y la que, quizás, muestra más movimiento a diferencia del estancamiento en el que ha entrado el resto de la comunidad. Este miércoles, registraba 177 casos por cada 100.000 residentes, una suma preocupante que ha hecho que el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Lloret, haya asegurado que la situación de la pandemia epidemiológica en la isla “empieza a ser muy crítica” porque no se consigue “frenar los contagios”.
Son, precisamente, estas tres islas (Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura), las que hacen que la ocupación de las UCI (Unidad de Cuidados intensivos) en Canarias estén en riesgo alto. Los datos más preocupantes los presenta Fuerteventura, con un 22,73% de las camas ocupadas por pacientes con COVID-19; le sigue Tenerife con una ocupación en UCI del 20,12%; y, por último, Gran Canaria, que alcanza el 16,89% en ocupación en críticos.