MADRID, 09 (EUROPA PRESS)
Un derivado del popular 'curry' indio podría ofrecer un nuevo tratamiento para los enfermos de tendinitis, según han demostrado investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y la Universidad Ludwig Maximilians de Munich (Alemania) cuyos resultados se publicarán en 'Journal of Biological Chemistry'.
Se trata de la curcumina, colorante natural procedente de la cúrcuma que podría ser utilizado para suprimir los mecanismos biológicos que despiertan la inflamación en las enfermedades relacionadas con el tendón.
Uno de los directores de la investigación y doctor en la Escuela Universitaria de Medicina Veterinaria y Ciencia, Ali Mobasheri, asegura que “esta investigación no sugiere que el curry sea la cura para las enfermedades inflamatorias tales como la tendinitis o la artritis, sin embargo, podría conducir a los científicos hacia un nuevo tratamiento de estas afecciones dolorosas a través de la nutrición”.
Para el experto, este hallazgo puede ser la base para “futuras investigaciones y terapias complementarias destinadas a reducir el uso de antiinflamatorios no esteroideos, los únicos fármacos disponibles actualmente para el tratamiento de la tendinitis y varias formas de la artritis que se asocian con efectos secundarios debilitantes”.
El principal objetivo del estudio era observar los efectos que la curcumina había tenido en las propiedades inflamatorias y degenerativas inducidas por las moléculas de señalización, llamadas interleuquinas. Los resultados mostraron que la introducción de la curcumina en el sistema de cultivo inhibe NF-kB y evita la conexión y la promoción de una mayor inflamación.
La curcumina ha sido utilizada durante siglos en la medicina tradicional de la India como un agente antiinflamatorio y un remedio para los síntomas relacionados con el síndrome del intestino irritable y otros trastornos. Recientemente, los estudios han vinculado la curcumina a los usos potenciales en el tratamiento de la artritis y una serie de enfermedades reumáticas, incluso se podría usar como un agente para eliminar las células cancerosas o hacerlas más sensibles a la muerte por quimioterapia y radioterapia.
EL VINO TINTO Y LA OSTEOPOROSIS
Los resultados de esta investigación son consecuencia de otro estudio realizado también por la colaboración entre Nottingham y Munich, publicado en el 'Journal of Biological Chemistry' a principios de este año. En este caso, los investigadores descubrieron que un compuesto encontrado en el vino tinto, llamado resveratrol, podría tener un potencial terapéutico para la pérdida ósea relacionada con la osteoporosis en pacientes de edad avanzada, mujeres post-menopáusicas y pacientes con artritis reumatoide.
De esta manera, estos resultados también suponen un paso importante en la búsqueda de nuevos fármacos para tratar enfermedades como la osteoporosis, tratadas en la actualidad con calcio, suplementos de vitamina D y una clase de medicamentos conocidos como bifosfonatos.