La madre de los niños desaparecidos en Córdoba: “Soy capaz de perdonar si vuelvo a ver sus caritas”

HUELVA, 16 (EUROPA PRESS)

Ruth, la madre de los dos menores y hermanos supuestamente desaparecidos la semana pasada en el Parque Cruz Conde de Córdoba, ha asegurado que es “capaz de perdonar y olvidar si vuelvo a ver sus caritas y escuchar mamá”, al tiempo que ha insistido en que “quien los tenga, si los deja libres, contará con mi perdón”.

En una carta, a la que ha tenido acceso Europa Press y que ha sido leída por una portavoz de la familia este domingo en una manifestación que ha tenido lugar en Huelva, la madre de los pequeños pide la colaboración de cualquier persona que pueda dar una pista sobre su paradero y da las gracias a su familia y amigos por todo “el apoyo, fuerza y cariño” que le están dando.

Ruth, que no ha tenido fuerzas para asistir a la manifestación celebrada en Huelva, a la que han acudido centenares de personas, asegura también en su carta que necesita tener a sus hijos a su lado y que éstos sepan “que los quiero y que no los he dejado solos”.

En una emotiva carta, la madre describe a sus dos hijos. De la niña, que tiene seis años, dice que es “muy inteligente, responsable y muy buena”, que le encanta su colegio, su maestra y sus amigas. “Está muy contenta porque está en primaria y sus compañeros de clase me preguntan cuándo podrán bajar su sillita para que ella vuelva”, ha añadido.

Asimismo, ha indicado que la noche antes de irse a Córdoba con su padre le preguntó cuánto tiempo iba a estar allí y que ella le contestó que su padre les traería el domingo, a lo que la pequeña respondió: “¡claro, el lunes hay colegio!”. Ya desde casa de su abuela, según prosigue la madre, llegó a decir “vivir, vivimos en Huelva y a Córdoba vamos en vacaciones”.

Sobre el pequeño, de dos años, asegura que se lo pasa muy bien en su guardería, que es “muy cariñoso”, aunque “inquieto y travieso”. “Su seño Yolana, Pepa la directora, la cocinera, la seño Marta del año pasado y todas las demás lo echan de menos”, ha apuntado Ruth.

Asimismo, ha indicado que cuando el año pasado aún no andaba y su padre lo dejaba en la guardería por las mañanas “todas las señoritas querían cogerlo para llevarlo a su clase porque a todas les gustaban sus abracitos”. “Tiene una sonrisa que ilumina todo y ya sabe dar besos”, concluye la madre.