Los profesores canarios sufrieron en el curso pasado 149 agresiones, ocho menos que el año pasado, según datos recogidos por El Defensor del Profesor, figura creada por el sindicato ANPE Canarias. Sin embargo, a pesar de haber menos agresiones, se ha producido un aumento en la gravedad de estos ataques. Por ello, el sindicato insta a la Consejería de Educación a poner en marcha un servicio de atención psicológica y jurídica para los docentes agredidos.
Desde ANPE aclaran que este problema, aunque es minoritario en los centros de las Islas, exige “mucha mayor atención por parte de la Administración y de la sociedad en su conjunto”. Los datos expuestos en la memoria entregada a la Consejería suponen una disminución del 8% del los casos registrados entre un curso y otro.
Sin embargo, a pesar de esa disminución, el sindicato ha observado un incremento en la gravedad de los mismos.“ El profesorado, al denunciar la agresión sufrida, comunica todas las situaciones violentas que ha padecido simultáneamente, en la mayoría de los casos, por lo que una sola denuncia puede influir de varias maneras en su tipificación estadística”, aclara ANPE.
En el curso 2014/2015 se han multiplicado las situaciones de agresión de alumnos hacia el profesorado pasando de 41 a 70 denuncias relacionadas con faltas de respeto, de 30 a 64 relacionadas con insultos y de 8 a 22 agresiones físicas. Aunque los problemas se plantean en todos los niveles educativos, es en Secundaria donde se concentra la mayor parte de los casos (62), seguida de Primaria (46) e Infantil (27).
El 95% de los docentes atendidos en el servicio manifiesta que el problema por el que ha acudido a él le afecta de manera muy significativa a la hora de dar clase. Una cifra que implica un considerable incremento con respecto al curso 2013/2014, lo que está en concordancia con el aumento en la gravedad de los casos atendidos. “Ante este panorama, el desconcierto de un porcentaje importante del profesorado es cada vez mayor, pero también lo es la desmotivación del alumnado”, apunta el sindicato.
“Mantener a los estudiantes en unas enseñanzas porque les obliga la Ley, sin posibilitar itinerarios adaptados a sus aspiraciones, ha convertido algunas aulas en un calvario para aquellos alumnos y alumnas cuyos intereses nada tienen que ver con los objetivos del curso, lo que muchas veces se deriva en conflictividad y conductas disruptivas. Esto genera en el profesorado sensación de un fuerte desánimo, al sentir que no es posible cumplir con los objetivos y contenidos señalados cada día, dedicando más tiempo a controlar el aula que a dar los contenidos establecidos”, explica el presidente de ANPE Canarias, Pedro Crespo.
Para este sindicato es muy esperanzador que la consejera de Educación, Soledad Monzón, se haya comprometido públicamente, en el pleno del Consejo Escolar de Canarias, a asumir por parte de la Consejería el servicio de atención psicológica y jurídica para los docentes agredidos. “Estamos muy satisfechos con tener la palabra de la consejera, pero necesitamos que las buenas intenciones se materialicen. Es una cuestión de solidaridad y de reconocimiento social hacia los trabajadores”, señala Crespo.