Deyan contaba con una orden de busca y captura

La Policía Nacional se enteró de que Deyan Valentinov Deyanov tenía una requisitoria del juzgado de Instrucción 4 de Arona para la búsqueda, detención y puesta a disposición judicial, justo después de haber decapitado a una mujer en Los Cristianos, en Arona, el 13 de mayo de 2011, pese a que la orden fue cursada con anterioridad.

La segunda sesión de juicio con jurado en el que a Valentinov se le acusa de asesinato ha dejado entrever la sucesión de negligencias y errores que desembocaron en este trágico suceso. Ni la Policía local, ni la Nacional, y tampoco el aparato judicial actuaron a tiempo, pese que el conocido como “el decapitador” había dado en numerosas ocasiones claros, durante tres meses antes del asesinato, síntomas de la esquizofrenia paranoide crónica que padece.

Sin ir más lejos, durante gran parte de la vista oral ha estado repitiendo constantemente “soy Jesucristo”.

Uno de los agentes de la Policía Nacional que declaró este miércoles afirmó que Deyan ya constaba en la base de datos de antecedentes policiales por protagonizar uno tras otro incidentes violentos en Los Cristianos, algunos de ellos muy graves.

La requisitoria para buscarle y detenerle se debía, precisamente, a una causa por lesiones graves que pesaba sobre él, por haber agredido con una piedra en enero de 2011 a un vigilante de seguridad al que le partió tres piezas dentales. También en ese mes consta otro arresto por lesiones menos graves.

Solo una semana antes de decapitar a Jennifer Mills Westley mientras sufría un brote esquizoide, la Policía registró una pelea en un centro comercial de Los Cristianos, y dos semanas antes fue arrestado por encontrarse bebido y lanzando botellas de cristal contra el escaparate de un establecimiento.

Dado de alta sin ninguna vigilancia

Tras las lesiones graves al vigilante, Valentinov fue ingresado en la unidad de psiquiatría del Hospital de La Candelaria, y en su historial médico consta que oye voces, claro signo de esquizofrenia paranoide, pese a lo cual fue dado de alta, sin que interviniese el Ministerio Fiscal de oficio para que un juzgado civil ordenase el internamiento terapéutico del ahora acusado, y se le asignase un tutor de los servicios sociales para vigilar que Valentinov seguía el tratamiento que debe llevar de por vida.

No solo eso, sino que tras cortarle la cabeza a Jennifer, un forense que le reconoció le consideró apto para declarar ante la jueza de Instrucción 2 de Arona, pese a que se encontraba en la fase aguda de su enfermedad, con delirios constantes.

Según explicó el abogado de la defensa, Francisco Beltrán, a CANARIAS AHORA, también fallaron los servicios sociales de Arona, que a su vez deberían haber solicitado a un juez de lo Civil el internamiento terapéutico del procesado.

La cadena de errores que desembocó en la muerte de la ciudadana británica no se queda en España, sino que también salpica al hospital psiquiátrico de Gales en el que estuvo internado dos meses y del que también le dieron el alta, sin control ni vigilancia alguna.

El veredicto se conocerá, presumiblemente este viernes. Mañana, jueves, se practicarán las pruebas periciales, y fiscal y abogado de la defensa expondrán ante el jurado sus conclusiones provisionales.