El director de Recursos Humanos del Servicio Canario de Salud (SCS), Francisco Artiles, presentó el pasado lunes su dimisión al consejero de Sanidad, el socialista Blas Trujillo, según han confirmado fuentes internas del área. La decisión del alto cargo se produce tan solo tres días después de que se formalizara en el Consejo de Gobierno el polémico nombramiento de Conrado Domínguez como máximo responsable del organismo autónomo, cargo que ya ocupó durante la segunda mitad de la pasada legislatura, con el Gobierno en minoría de Coalición Canaria (CC). Una designación que ha provocado un profundo malestar en un sector del PSOE, con epicentro en la isla de Tenerife y con ramificaciones en Gran Canaria, y en otro de los partidos que sustentan al Gobierno regional, Sí Podemos, para quien el regreso de Domínguez ha supuesto una “quiebra de la confianza” en sus socios. No obstante, la entrada de la formación morada en el Comité de Gestión de la Emergencia Sanitaria de la COVID-19 para vigilar de cerca las acciones del nuevo director del SCS, a quien vinculan con los intereses de la sanidad privada en las Islas, ha logrado apaciguar los ánimos y evitar la ruptura del denominado pacto de las flores.
La renuncia de Artiles se suma a los ceses anunciados el pasado viernes, tras la segunda sesión de la semana del Consejo de Gobierno, por el portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez. Además de Alberto Pazos, que en julio se había convertido en el tercer director del SCS en el intervalo de un año, han salido el director de Programas Asistenciales, Octavio Jiménez, y la secretaria general técnica, María Soledad Sanabria, que han sido sustituidos, respectivamente, por Elizabeth Hernández y Abraham Luis Cárdenes, también presentes en el anterior equipo de Sanidad, el que lideraba José Manuel Baltar, el gestor procedente de la sanidad privada que Fernando Clavijo (CC) eligió como consejero tras la ruptura del pacto con el PSOE a principios de 2017.
Artiles ha durado en el cargo poco más de un año. Fue nombrado a finales de agosto de 2019 por la entonces consejera Teresa Cruz en sustitución de Antonia María Pérez, una histórica en el sector que había sido rescatada para el puesto por Baltar tras su llegada. La trayectoria profesional del dimisionario alto cargo, licenciado en Derecho, especialista en dirección de Recursos Humanos y funcionario de carrera, había estado ligada hasta ese momento a la Intervención General y a labores fiscalizadoras sin relación con el ámbito de la gestión sanitaria. La Consejería de Sanidad ha confirmado que el cese a petición propia del alto cargo está incluido en el orden del día del Consejo de Gobierno de este jueves y atribuye la decisión a la “sobrecarga laboral” que ha supuesto este año en su función.
El paso de Artiles por la Dirección General de Recursos Humanos del SCS ha estado marcado por las dos amenazas de huelga, una en octubre de 2019 y otra en enero de este año, que lanzaron los sindicatos mayoritarios en la mesa sectorial (CCOO, UGT y SATSE) a cuenta de la convocatoria de la Oferta Pública de Empleo de los años 2016 y 2017 y la adicional de 2019 para los especialistas facultativos de área, unas oposiciones que pretenden dar estabilidad a una plantilla con más de 2.000 médicos interinos, una tasa de temporalidad del 65%, la mayor de todo el Estado. Esas mismas centrales (en el caso del sindicato de enfermería SATSE junto a los profesionales médicos con los que convergen en CEMSATSE) habían emitido en la campaña electoral de 2019, a pocos días de la celebración de los comicios, un comunicado en el que pedían la continuidad de “los equipos técnicos y de gestión” en Sanidad tras un balance que consideraban “muy positivo”. A principios de año, exigieron el cese de la entonces consejera, Teresa Cruz; de la directora del SCS, Blanca Méndez, y del propio Artiles. “No sirven, tienen una nula experiencia y conocimiento sanitario y no se dejan aconsejar ni asesorar”, llegaron a decir.
El origen de ese conflicto radicaba, precisamente, en una de las promesas que Conrado Domínguez trasladó verbalmente (no dejó constancia por escrito) a esos sindicatos poco antes de abandonar el puesto, la de descentralizar la OPE de médicos especialistas, es decir, que las oposiciones se convocaran por gerencias, de manera que los profesionales solo puedan aspirar al área de salud a la que se presentan. Sin embargo, los decretos de las ofertas de 2016 y 2017 establecían una fórmula centralizada, que implica que los candidatos se presentan a la vez en todas las islas y pueden optar a una plaza en cualquiera de ellas en función de la puntuación y de sus preferencias. Artiles advirtió entonces de que el sistema pretendido por los sindicatos mayoritarios colisionaba con la legalidad vigente y recordó el caso de la última OPE descentralizada, que acabó con numerosos procesos anulados tras ser impugnada por el Sindicato de Médicos. En la reunión de la mesa sectorial celebrada a finales de octubre, los representantes de esas centrales sindicales se levantaron en señal de protesta y el hasta ahora director de Recursos Humanos manifestó en varios medios de comunicación locales que la posición de estas organizaciones respondía a una “estrategia de enfrentamiento” que habían mantenido desde la llegada del equipo de Teresa Cruz por sus buenas relaciones con el anterior, el de Baltar y Domínguez.
En enero se volvió a reproducir el conflicto y los sindicatos amenazaron con una huelga general para el 12 de febrero. Como en la primera ocasión, la intervención del presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, y su compromiso de buscar fórmulas alternativas para esa OPE de médicos especialistas lograron contener las medidas de protesta que pretendían ejercer esas centrales, que ahora han visto satisfechas sus expectativas con el regreso de Domínguez al SCS.
Este periódico ha intentado contactar con Artiles para conocer las razones de su dimisión, pero en una primera comunicación telefónica se excusó alegando que estaba en una reunión, siendo infructuosos los sucesivos intentos de recabar su versión durante la tarde de este miércoles.