De camino a Alajeró, el municipio más cercano al aeropuerto de La Gomera, la carretera está invadida a ambos lados por excavadoras y operarios, que no dejan de aparecerse a lo largo de todo el recorrido. Las labores se centran en acondicionar la vía y crear un nuevo carril. Es jueves por la mañana y queda muy poco para las elecciones municipales, insulares y autonómicas. Como era de esperar, las obras están en su habitual boom previo a la campaña electoral.
Aquí, en La Gomera, una isla no capitalina de poco más de 20.000 habitantes, es especialmente notorio. El Cabildo insular ha concentrado en los últimos seis meses cerca del 60% del gasto en obras públicas de toda la legislatura, unos 17,7 millones de euros, según información extraída de la Plataforma de Contratación del Sector Público (PLACSP). El dinero debe gastarse antes de una nueva llamada a las urnas. Y si de algo puede presumir este lugar, es de haber engordado su erario más que cualquier otro de Canarias.
La inversión presupuestada por parte del Gobierno canario en La Gomera ha pasado de promediar los 24,3 millones de euros anuales entre 2015 y 2019, con Fernando Clavijo (CC) al mando, a alcanzar los 56,1 millones al año con Ángel Víctor Torres (PSOE) como presidente. El incremento es del 130,6%, el valor más alto del Archipiélago por delante de El Hierro (110,3%), La Palma (89,4%) y Lanzarote (62,7%).
La clave radica, claro está, en que por primera vez en la historia de Canarias hay un partido gomero en el Gobierno regional.
En 2019, la Agrupación Socialista Gomera (ASG) obtuvo poco más de 6.000 votos que le valieron para cosechar tres escaños gracias a la ley electoral canaria, que da mucho más peso al territorio que a la población y premia a los partidos que se hacen fuertes en una sola isla. De este modo, ASG logró un diputado por cada 2.000 papeletas, mientras que otras formaciones, como PSOE o PP, tuvieron que superar las 20.000 para hacerse con un representante en Gran Canaria o Tenerife.
El sistema electoral canario ha llegado a ser considerado como uno de los más injustos del mundo por esto mismo. La reforma acordada hace unos años, ya en forma de ley, apenas ha cambiado las reglas del juego. Tanto con la fórmula antigua como con la nueva, los posibles pactos para gobernar hace cuatro años habrían sido exactamente iguales. Y en ese contexto, ASG tiene mucho que decir.
Este partido, liderado por Casimiro Curbelo, también presidente de la isla de La Gomera desde 1991, fue la llave de la gobernabilidad en las pasadas elecciones. La agrupación de PSOE, Nueva Canarias y Podemos sumaba 34 sillones, mientras que la de Coalición Canaria, Ciudadanos y PP ascendía a los 33.
La mayoría parlamentaria en Canarias se alcanza con 36 escaños, así que Curbelo, con sus tres diputados, podía mirar para cualquier lado y decidir con quién negociar. Y así lo hizo. Coqueteó primero con la derecha, pero finalmente se decantó por un pacto progresista, el denominado Pacto de las Flores, que podría reeditar la coalición en los comicios del 28 de mayo, según varias encuestas. Para ello, parece condición sine qua non volver a contar con el beneplácito de Curbelo, quien ha dejado abierta la puerta a otros acuerdos en función de los resultados electorales y podría volver a tener “la sartén por el mango”, como dicen los gomeros.
“Es un buen político. Lo sabe todo. Cómo llevar este sistema y el poder. Torres gobierna gracias a él. Y si quisiera que fuera otro, pondría a otro. Así funciona él”, dice un hombre que prefiere no revelar su identidad en el Café Kiosko La Vega, en Alajeró, el único establecimiento abierto a las 10:00 de la mañana de este jueves.
“Tú te presentas ante él ahora, pasa un año, vienes de nuevo y seguro que se acuerda de tu nombre. ¿Por qué te crees que llegaron las ayudas a La Palma [tras la erupción volcánica]? Porque él dijo: hay que ayudar a esa gente”, continúa el hombre.
La visión mayoritaria de Curbelo en La Gomera es la de un presidente que ha traído pan. Que ha sacado a sus vecinos de la pobreza. Que ha afianzado el progreso. Que ha peleado por el avance de todas las islas no capitalinas (La Palma, El Hierro, La Gomera, Lanzarote y Fuerteventura) y que difícilmente dejará el cargo antes de morir.
“Yo creo que no se irá hasta que no le dé algo”, apunta Gladys, profesora de 52 años. “La gente mayor aquí es muy agradecida. Y siempre ha estado muy contenta con Casimiro”.
La popularidad del líder de ASG abruma. Ya lo era antes, cuando todavía no había fundado un partido de su puño y letra para ganar influencia en la política canaria. Pero es que ahora, con el conocido papel que ejerce a nivel autonómico, todavía más. “Con él estamos de puta madre, porque vienen perras”, asegura una persona que también prefiere mantenerse en el anonimato.
Otras voces, eso sí, son más críticas. “Siento que nada ha cambiado en todos estos años, ni siquiera con ASG en el Gobierno de Canarias. No ha habido avances ni un modelo de desarrollo, y aquí los jóvenes no tienen futuro. Algunos vienen en verano y se lo pasan genial. Pero lo que es desarrollarse profesionalmente… Pues no”, señala Gladys.
Lo cierto es que la realidad social de La Gomera es de las peores del Archipiélago. La isla colombina presenta la renta media por hogar más baja de toda la comunidad (26.509 euros anuales), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El porcentaje de domicilios en pobreza moderada es del 23,65%, el más elevado de Canarias, de acuerdo con las últimas cifras de la Encuesta de Ingresos y Condiciones de Vida de los Hogares Canarios (EICV-HC). Y aunque el PIB insular aumentó un 82,66% entre los años 2000 y 2019, en El Hierro, la isla vecina, lo hizo un 121,95%.
Las cifras sugieren que a La Gomera no le está yendo tan bien como a otras islas con Curbelo como presidente. Y eso que el actual líder de ASG lleva muchos años en puestos de representación política. Primero fue alcalde de su ciudad natal, San Sebastián de La Gomera (1983-1991), con el PSOE. Luego alcanzó la presidencia insular (1991-actualidad). Y entre 1993 y 2011 también fue senador, poco antes de protagonizar un mediático altercado en un club de alterne que le obligó a dejar su escaño en la Cámara Alta.
A partir de ahí, Curbelo fue portada de medios nacionales por ese conflicto en una sauna de Madrid, pero también por haber sido imputado en el llamado caso Telaraña, en el que se le acusaba de recibir sobornos a cambio de la recalificación de terrenos. En el primer procedimiento reconoció su culpa, según informó el periódico El Español, y en el segundo salió absuelto por falta de pruebas.
Ambas causas motivaron al PSOE a prescindir de él poco antes de las elecciones de 2015, a lo que Curbelo respondió: “No hagan eso, [que] les monto un partido y les gano las elecciones”, según reconoció él mismo en un programa de la Radio Televisión Canaria (RTVC).
Desde entonces, ASG domina La Gomera: gobierna en la isla, en cuatro de los seis municipios de la misma, cuenta con tres de los cuatro diputados autonómicos de la circunscripción insular y ha gestionado durante esta legislatura la consejería de Turismo, Industria y Comercio del Ejecutivo canario, además de entidades públicas de gran relevancia como VISOCAN y Puertos Canarios.
“Todo funciona según lo que diga Casimiro. En función de cómo está pactado su gobierno”, considera Adrián, camarero de 27 años en el local Breads & Sweets, ubicado en pleno centro de la capital isleña.
El joven empleado asevera que conoce a Curbelo, “un hombre cercano, normal, que sale a caminar por las tardes”. Adrián está preparando unos bocadillos mientras exclama desde el fondo del restaurante que “aquí [en La Gomera] hay muchas ayudas, tanto para empresas como para sanidad, ayuda escolar, vivienda, etc.”. Y razón no le falta.
La Gomera lidera en el Archipiélago la tasa por cada 1.000 habitantes de ayudas al domicilio y apoyo a la unidad convivencial (93,95), según las estadísticas del Plan Concertado de Prestaciones Básicas de Servicios Sociales. La isla también es la que más dinero aporta por residente a este cometido (63,8 euros) y cuenta con al menos un trabajador social por cada 290 personas, la mejor ratio de Canarias (en Lanzarote, por ejemplo, la relación en este sentido es de un especialista por cada 1.270 personas).
Juan (nombre ficticio) ahonda en esta cuestión y cuenta la historia de cómo Curbelo observó a un vecino suyo intentar subir unas escaleras con muletas, lo auxilió y al día siguiente llamó a un albañil para construirle una rampa. “Él te escucha. Te ayuda. El 80% de la gente te dirá eso”, agrega otro hombre que estaba cerca, escuchando.
El aluvión de ayudas, subvenciones y todo tipo de prestaciones complementa un mercado laboral donde la hostelería (24,14%), la administración pública (15,88%) y la construcción (9,29%) copan la mitad de las ocupaciones. Y donde la convocatoria recurrente de planes de empleo de seis meses de trabajo es criticada por prácticamente toda la región.
“Esos convenios se han adueñado de La Gomera. Influyen demasiado, porque suelen ser trabajos fáciles [como la conservación de la red de senderos] y decentemente pagados. Trabajas seis meses, paro, y vuelves otra vez. Y así tienen dominada a media isla”, añade Adrián. “Me choca un poco, la verdad. Esas personas están seis meses trabajando y otros seis meses en el paro. Creo que llama al conformismo y la vagancia, no al esfuerzo”, opina Joanna, de 25 años.
La combinación de ambos factores invita a las figuras más críticas a tildar la política de ASG y Curbelo de “clientelar”, de que hay una tendencia a favorecer a determinadas personas u organizaciones para lograr su apoyo, sobre todo cuando los comicios están a la vuelta de la esquina. Un análisis de la serie histórica del número de parados en La Gomera revela que el porcentaje de desempleados cae normalmente en la primera mitad de año, pero que lo ha hecho con especial fuerza en 2011 y 2015 (años de celebración de elecciones), con descensos del 36 y 36,4%, respectivamente.
“Él tiene a sus partidarios, pero también hay gente que no lo puede ni ver”, confiesa un hombre que ha pedido no desvelar su identidad en el restaurante El Pajar de La Gomera, en pleno centro de la capital. El dueño del establecimiento, Miguel, a quienes algunos se refieren como “ahijado” de Curbelo, asegura que el líder de ASG comió allí el día anterior (miércoles), y que una persona “se largó corriendo” nada más verlo. “Yo no me escondo para decirte que le voto. Conmigo se ha portado bien”, remacha.
En el local comienza entonces una discusión acalorada sobre qué ha hecho Curbelo para La Gomera y cómo afrontan la próxima llamada a las urnas. Uno de los comensales pide que no le tiren de la lengua porque “yo sé muchas cosas”, reitera. Otro cuestiona: “¿has visto alguna calle por aquí mal asfaltada?”. Pero todos son conscientes de que los votos escrutados en esta isla, que apenas representan el 1,29% de toda Canarias, podrían ser claves para dirimir la gobernanza del Archipiélago. Y con eso están encantados.
“A los de las islas capitalinas [Gran Canaria y Tenerife] no les hace gracia. Pero aquí hemos sufrido un aislamiento durante muchos años. Y hemos estado abandonados. Eso funciona así”, dice uno. “Ya te digo yo que, si Fuerteventura pudiera tener una cuota mayor, la tendría. Lo que pasa es que Casimiro ha conseguido que una isla pequeña tenga una cuota de poder importante”, comenta otro.
La discusión también llega a Agulo, un pequeño municipio de calles rocosas y casas de colores donde ASG monopolizó el 75% de los votos en las municipales de 2019. A las 17:00 de la tarde, el sol ya no pega tan fuerte y Francisco, de 50 años, y Adalberto, de 70, están sentados en una terraza. El primero no duda en afirmar que le parece “fantástico” que “las islas menores les toquen las pelotas a las mayores”. “Si no fuera por eso, ¿qué comíamos? Si no fuera por Casimiro, ¿qué vendría a La Gomera?”, pregunta.
Adalberto, por su parte, está afanado en clasificar a Curbelo como un político “elitista”, que dice “primero mi isla, que es la mía, después voy a por La Palma y El Hierro”. Mientras, Francisco, su primo, continúa a lo suyo. “Si no fuera por la ley electoral, el gomero no comía. Bueno, sí, nos comeríamos la mierda, así de claro. ¿Qué pasa ahora? ¿Que deciden 6.000 votos más que 300.000? Pues jódete. La tortilla se ha virado”.
El viaje termina en Vallehermoso, otro bastión de ASG, el pueblo más cercano a Agulo y el segundo municipio más pobre de toda Canarias (la renta media por hogar es de 21.095 euros anuales), según cifras del INE. Una mujer que ha solicitado ser identificada como Santa revela que Casimiro es llamado “el Papi” en esta zona. “Aquí la gente le tiene mucho respeto”, agrega.
La búsqueda en esta demarcación se centra en charlar con una persona joven. Algunos vecinos han confesado que son ellos los que presumiblemente representan a la clase más insatisfecha con Curbelo, pero es difícil encontrarlos. La Gomera registra el índice de juventud más bajo del Archipiélago, según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), así que no es tarea fácil.
Poco antes de caer la noche, en una calle empinada, a punto de alcanzar la plaza municipal, una joven camina con dos amigas más. La pregunta era evidente: ¿qué opinas de Curbelo y de lo que ha hecho para la isla? Ella responde: “No sé si te voy a servir de mucho, porque mi opinión está sesgada. Fui concejala de ASG en el municipio”.