Padre e hijo, Arsenio Escolar e Ignacio Escolar, dos periodistas con visiones tan iguales como diferentes sobre el periodismo. Coinciden en la honestidad como seña de identidad, pero les separa la opinión que tienen sobre el presente y el futuro de la profesión.
Los dos periodistas, en un cara a cara en el Foro de Periodismo Gran Canaria 2018, organizado por Canarias Ahora, empezaron hablando de una parte más personal de su relación como padre e hijo. Ignacio Escolar, director de eldiario.es, explicó que su pasión por el periodismo venía de la influencia de su madre y de su padre, ambos periodistas. “Crecí rodeado de periódicos, cómo no me iba a interesar después por esta profesión”, contó el periodista. Arsenio Escolar, fundador de 20 Minutos, también habló de los principios de su hijo: “Cuando Ignacio empezó a estudiar periodismo muchos me decían que éramos hermanos; de hecho me decían que yo era el pequeño”, relata Arsenio provocando la risa de los asistentes. Llegó incluso a reconocer que Ignacio estudió periodismo en contra de su propio criterio.
Arsenio explicó que la trayectoria de ambos periodistas ha sido muy parecida y que suelen estar muy de acuerdo. Eso sí, Arsenio matizó sus palabras: “Yo creo que el papel tiene futuro y estoy a punto de lanzar un nuevo medio impreso”, adelantó el veterano periodista. No piensa lo mismo Ignacio Escolar, quien defendió un modelo digital en el que sean los lectores quienes paguen por la información para conseguir una sólida independencia editorial. Un ejemplo de este modelo es su medio, eldiario.es, que “ha pasado de solo 12 redactores a 80 y con más de 30.000 lectores que pagan por la información”, explicó Ignacio. Este modelo contrasta con un periodismo que necesita de la publicidad institucional para sobrevivir. El 80% del presupuesto de un periódico digital se utiliza para pagar nóminas y colaboradores, mientras que en la prensa escrita se dedica gran parte de los ingresos en pagar el elevado coste industrial “y eso lleva a pérdidas que tienen un impacto en la fragilidad editorial del medio”, relató Ignacio.
En este sentido, hizo mención a un estudio que demuestra que en España la prensa del papel tiene menor credibilidad que la prensa digital, algo que no ocurre en otros países. Para Ignacio, la razón está en la publicidad institucional “que además es opaca y arbitraria”, ha añadido. “La cantidad de publicidad institucional que hay en España no existe en otros países”, comentó. El padre escuchó atentamente a su hijo, pero sin terminar de convencerse. Arsenio continuó defendiendo un modelo que “antes vendía menos ejemplares y era rentable”, por lo que ahora no tiene excusas para no serlo, según defendió.
Tampoco coincidieron en su valoración sobre el periodismo actual. El padre es pesimista y el hijo es un optimista convencido de las oportunidades que se abren para el periodismo en el presente. Ignacio reconoció que la crisis supuso un golpe muy duro para el periodismo, incluso más que para otras profesiones. Sin embargo, Ignacio consiguió ver una oportunidad en la adversidad: “Florecieron nuevos modelos de hacer periodismo en el que los lectores son los protagonistas”, aseguró.
El futuro es incierto para Arsenio y no tanto para Ignacio. El hijo vaticinó un futuro en el que existirán dos tipos de modelos periodísticos: “Un modelo de contenidos de baja calidad, muy barato y otro modelo que se dedicará a un periodismo de contrapoder que se financiará de lectores y será mucho más exigente”, explicó Ignacio.