MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
España es uno de los países de la Unión Europea con las tasas más altas de resistencias bacterianas a antibióticos, junto con Grecia, Italia y Portugal, provocado sobre todo por el uso inadecuado de estos medicamentos ya que “existe poco conocimiento sobre lo que son y para qué sirven”.
Así lo ha asegurado el vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC), Álvaro Pascual, con motivo del Día Mundial de la Salud que se celebra este jueves 7 de abril, recordando que la resistencia bacteriana es mayor que en otros países del centro y norte de Europa.
“Es una cuestión cultural”, reconoce en declaraciones a Europa Press este experto, que trabaja como jefe del Servicio de Microbiología en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, ya que los ciudadanos españoles tienen “poco conocimiento de lo que son los antibióticos”.
De hecho, encuestas europeas han evidenciado que cuando se pregunta sobre si se puede utilizar un antibiótico para combatir la gripe, los españoles son los que más contestan afirmativamente.
Hay quienes recurren a estos medicamentos “ante cualquier infección”, e incluso reclaman su uso a los profesionales sanitarios, “teniendo la sensación de que es un medicamento seguro, que no tiene efectos colaterales”, cuando, a diferencia de otros, genera resistencias si no se usa de forma adecuada.
Pascual reconoce también que en España “tradicionalmente” se dispensaban en unidades que no coinciden con el tratamiento del paciente, lo que “ha fomentado el acopio” por parte de muchos ciudadanos, que los guardaban en casa para próximas ocasiones.
A esto hay que sumar que muchos ciudadanos son “poco obedientes”, con respecto al resto de Europa. “De este modo, si me mandan un tratamiento de tres pastillas al día durante cinco días, y al tercer día me encuentro bien, entonces lo abandono”, advirtiendo de que el abandono prematuro también es muy negativo para la aparición de resistencias.
A fin de revertir esta situación, el doctor Pascual ha reconocido que es clave el papel de los profesionales de enfermedades infecciosas y los laboratorios de microbiología, que deben conocer las tasas de resistencia de cada microorganismo “para establecer políticas adecuadas a cada área”.
Una de las bacterias que causan más resistencia es el 'staphylococcus aureus' resistente a meticilina, cuya tasa media de resistencia es del 30 por ciento, “muy superior a las tasas europeas”.
El problema de ésta y otras bacterias, según este experto, es que “causan muchos problemas en los hospitales” ante el riesgo de infección nosocomial y, frente a las que son multirresistentes, existen pocas alternativas terapéuticas para combatirlas.