CÓRDOBA, 29 (EUROPA PRESS)
Las nuevas labores de búsqueda de pistas sobre el paradero de Ruth y José, los dos niños desaparecidos en Córdoba hace cerca de nueve meses, que se han retomado esta semana en las parcelas de la finca de los abuelos paternos en Las Quemadillas, con un amplio dispositivo con un georradar, utilizado ya en otras fases del caso, además de los geólogos de distintas universidades de España, han concluido sin resultados que esclarezcan la investigación.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes cercanas al caso, quienes han detallado que los trabajos han finalizado pasadas las 14,30 horas de este viernes. No obstante, las labores se prolongarán al menos una semana más en las parcelas de la finca, sin que esté previsto rastrear el río Guadalquivir, como ya se ha hecho en otras ocasiones y sin resultados.
Al respecto, dicha decisión se ha acordado este jueves en una reunión en los juzgados en la que han estado presentes el juez del caso José Luis Rodríguez Lainz, el abogado que ejerce la defensa, José María Sánchez de Puerta; la letrada de la acusación particular, María del Reposo Carrero; el comisario Serafín Castro, y los geólogos y arqueólogos de las universidades de Huelva, Córdoba y Madrid.
En dicho encuentro han analizado los trabajos y han confirmado la continuidad de los mismos la próxima semana en las distintas parcelas de la finca, donde aún continuarán los expertos a la espera de estudiar los resultados, tal y como ha indicado la letrada de Ruth Ortiz, quien precisamente ésta última se ha acercado unos instantes a la finca en la mañana de este jueves, aunque no ha entrado.
En declaraciones a Europa Press, el abogado Baldomero Sánchez de Puerta, que también ejerce la defensa de José Bretón, padre de los niños y único imputado en la causa, ha explicado que “los técnicos siguen buscando y excavando con esfuerzo en puntos calientes o anómalos que ellos han detectado, pero siguen sin encontrar nada”.
En concreto, las prospecciones en los terrenos con el georradar se dan por concluidas, así como la labor de los geólogos, mientras que ahora continuarán trabajando en los próximos días los arqueólogos, sin que hasta ahora el dispositivo facilite resultados y pruebas, salvo el hallazgo de unos restos óseos de animales que, a juicio de la acusación particular, “no significan nada”.
Entre otras labores, los expertos de las universidades de Huelva y Córdoba y la Politécnica de Madrid han sido requeridos para realizar termografías para lo que se han servido de un helicóptero con el objetivo de detectar anomalías del subsuelo por las diferencias de temperatura de los elementos, como tuberías o enterramientos.
LOS NIÑOS “NO ESTÁN EN LA FINCA”
No obstante, según el responsable de la empresa del georradar, Luis Alvial, “hay un 99 por ciento de probabilidades de que los niños no estén en ninguna de las dos viviendas”. Y respecto a la zona del huerto, “el porcentaje de no encontrar nada es del 95 por ciento”. A ello se une la opinión del abogado de la defensa, José María Sánchez de Puerta, quien sostiene que “si después de esta búsqueda no se obtienen resultados, solo se demuestra que los niños no están ahí y perfectamente pudieron llegar al Parque Cruz Conde”.
Los trabajos de hace dos semanas se efectuaron con el uso de maquinaria pesada, como máquinas excavadoras y otros medios sofisticados, y en todo momento con la presencia del padre de los niños, quien también estuvo en el registro de la casa de dos plantas, y concluyeron sin resultados.
Aparte de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), participaron en el dispositivo miembros del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas de Policía, especializado en detectar zulos, entre otras materias; especialistas de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes (Etsiam) de la Universidad de Córdoba (UCO), y operarios del Ayuntamiento de Córdoba.
“MATARLOS Y HACERLOS DESAPARECER”
Cabe destacar que, según recoge el auto de procesamiento, el progenitor llegó a las 13,46 horas a la finca acompañado por sus dos hijos y no salió hasta las 17,30 horas. Durante ese espacio de tiempo, a juicio del juez, Bretón aprovechó para realizar el plan que supuestamente ideó desde hacía casi un mes, después de que su mujer decidiera finalizar la relación matrimonial.
En el último auto, el juez José Luis Rodríguez Lainz relata que “si lo que pretendía el encartado era causar el mayor mal posible a su esposa en despecho por la que consideraba humillante ruptura de la relación matrimonial, es evidente que la solución que menos problemas podría acarrearle era la de matar a sus dos hijos y hacerlos desaparecer; contando como contaba de un amplio margen de tiempo para organizar un pequeño habitáculo para dar cabida a lo que no eran sino dos pequeños bultos con un peso no muy superior a los 30 kilos en total”.
No obstante, en dicha parcela ya se ha rastreado en numerosas ocasiones, en algunas de ellas se llegaron a tirar tabiques del interior, e igualmente se ha buscado en los alrededores de la finca. Aún así, la opción de la parcela y el habitáculo se impone al escaso margen de tiempo del que gozó Bretón en su traslado a Las Quemadillas a mediodía del 8 de octubre o en su posterior desplazamiento de allí al Parque Cruz Conde, según razona el togado en su escrito.