La empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan) ha finalizado los trabajos de restauración medioambiental y lucha contra la erosión de las zonas afectadas por el gran incendio forestal de Gran Canaria acaecido en el verano de 2019. Según informa la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, el proyecto, desarrollado desde junio de 2020, ha supuesto una inversión de 1.913.858 euros.
El gran incendio forestal iniciado en agosto de 2019 asoló gran parte de la zona de cumbres de la isla abarcando una superficie total de 9.687 hectáreas, lo que provocó una importante afección a las masas forestales, principalmente, de pinar canario y otros pinos exóticos (pino radiata o pino insigne) y matorral. También resultaron afectadas numerosas parcelas agrícolas abandonadas que habían sido ocupadas por el matorral de sustitución.
Al respecto, el consejero del área, José Antonio Valbuena, explicó que “los principales objetivos de las actuaciones llevadas a cabo han sido poner freno a los procesos de erosión y la recuperación de los ecosistemas degradados por el fuego”.
Añadió que para ello se han ejecutado diversos trabajos de restauración forestal, investigación y preservación de especies protegidas, a través de tratamientos selvícolas, labores de restauración hidrológica forestal y retención de suelos, plantaciones, control y seguimiento de la erosión tras el incendio y conservación de especies vegetales protegidas dentro del perímetro del fuego.
Mientras, el consejero delegado de Gesplan, Agoney Piñero, detalló que “esta iniciativa ha contado con una plantilla compuesta por 52 personas, entre las que se encuentran una técnico forestal, un encargado general y cinco cuadrillas de trabajo de 10 componentes cada una”.
Actuaciones de restauración
Por su parte, las actuaciones de restauración forestal se han ejecutado en un total de 50 hectáreas, en las zonas de Montaña El Capitán, Cortijo El Montañón, Cortijo de Crespo, Almaderos, Montaña La Retamilla, Comestén, Galaz, Guardaya, Monte Pavón, Cortijo Las Mesas y Tamadaba.
Algunos de los trabajos que se ejecutaron a lo largo de estos meses han sido la tala de 4.450 árboles quemados en pie sobre pinar de especies introducidas (pino radiata y pino carrasco); desrame y tronzado del arbolado apeado (6.500 m3); o la construcción de 192 albarradas de madera o mixtas de madera y piedra, transversalmente a los cauces de barranquillos o cárcavas producidas por el flujo del agua de escorrentía, aprovechándose los restos de las cortas y las piedras del lugar.
De igual modo, se procedió a la construcción de 1.538 fajinadas, longitudinalmente a la ladera para prevenir la formación de cárcavas por erosión del terreno; apilado de fustes y ramas; astillado de leña procedente del desramado; quemas controladas de restos de cortas y desrames; y retirada de fustes y ramas apiladas de mayor diámetro que no se pudieron astillar.
En cuanto a las labores relativas a las plantaciones, durante los meses de noviembre y diciembre de 2020, en la zona de Montaña El Capitán- Los Llanetes y Galaz se realizaron trabajos de recuperación de repoblaciones dañadas por el incendio, mediante la limpieza de parcelas, y se desbrozaron un total de 4,3 hectáreas, y la plantación de un total de 4.984 especies de monteverde, pino canario y cedro. Se procedió también a realizar las instalaciones de riego y la colocación de protectores plásticos y metálicos contra herbívoros.
Trabajos de investigación
Para el seguimiento del impacto producido por el fuego en las pérdidas de suelo y de la efectividad de las medidas de prevención, se desarrollaron trabajos de investigación en 36 parcelas seleccionadas dentro del perímetro del incendio, donde se instalaron trampas de acarreos, pluviómetros y sensores, a fin de recoger muestras en los episodios importantes de lluvias, para su análisis posterior.
En total, se realizaron cuatro recogidas de muestras desde diciembre de 2020 a marzo de 2021 que, una vez clasificadas y almacenadas, fueron retiradas por el técnico de la Universidad de La Laguna (ULL) encargado de la investigación.
Además, el proyecto contempló la ejecución de los vallados metálicos en cuatro parcelas ubicadas en Riscos de Chapín, Almaderos y Tamadaba, con el objetivo de que se puedan desarrollar nuevos ejemplares vegetales de las especies que se pretende proteger a partir de la germinación de semillas del suelo, sin que se vean afectadas por los herbívoros presentes en la zona.