La fiscal, la acusación particular y el Instituto Canario de Igualdad (ICI) han reclamado este martes al Jurado un veredicto de culpabilidad para Ángel M.C., de 68 años, por considerar probado que asesinó el 8 de junio de 2018 con un cuchillo a su mujer, Soledad Álvarez, cuando estaba en la cama porque no aceptaba su petición de divorcio.
En la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Las Palmas contra el acusado, tras finalizar la prueba pericial y testifical, y concluir los informes las tres acusaciones y la defensa, que pide la pena mínima por el delito de asesinato, el procesado, que se enfrenta a una condena de entre 20 y 25 años de cárcel, ha pedido perdón a sus hijos y a la familia de la mujer.
“Soy culpable de haberle quitado la vida a mi esposa, de haber arruinado la infancia a mis dos hijos y de causarle a toda la familia una amargura y un dolor tan grande que jamás podrán arrancar de sus corazones, por lo que pido perdón a la familia. Aquella desgraciada mañana solo entiendo que sufrí un trastorno mental”, ha dicho el acusado en su derecho a la última palabra.
Las acusaciones han coincidido en sus informes finales que el acusado cometió un delito de asesinato con el agravante de parentesco y de género y que sabía lo que hacía porque así lo ha corroborado ante el tribunal la médico forense María José Meilán, quien elaboró el informe sobre su estado mental.
Las acusaciones y la defensa han reclamado también una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los tres hijos de la víctima y la ejercida por la hija mayor ha desestimado finalmente acusar por el delito de daños.
La fiscal delegada de Violencia de Género en Las Palmas, María Luisa Ordóñez, ha manifestado al Jurado que el Ángel M.C. quería matar a su mujer porque no aceptaba la ruptura de su matrimonio y la libertad y capacidad de autodeterminación de la víctima y lo hizo sin preocuparse de los dos hijos de ambos y de la hija mayor de la víctima fruto de una anterior relación.
Ordóñez ha recalcado que la negativa del acusado a aceptar el divorcio queda probada por la declaración de la hija mayor y de una sobrina y hermana de la mujer que han incidido este martes también en su oposición a la separación y a marcharse de la casa.
La fiscal ha llamado la atención al tribunal sobre la frialdad del acusado reseñada por la forense Meilán, como consecuencia de la conducta evitativa del procesado como mecanismo de defensa, pues es del tipo de persona que prefiere “no ver las cosas”.
Ordóñez ha manifestado al Jurado que la víctima quería desde hacía tiempo separarse de Ángel y que él mismo ha reconocido que ella se lo había dicho hasta en tres ocasiones y que, ante su negativa a separarse y a irse de la casa -propiedad de la madre de la fallecida-, aceptó que se quedara por sus dos hijos.
El día de los hechos, según ha indicado la fiscal, el acusado se despertó y llevó a los dos niños al colegio y a su regreso entró en la casa, situada en el barrio de La Matula, y con intención de matarla fue a la cocina a por un cuchillo y acabó con su vida.
La fiscal sostiene que el ataque fue en la cama y se inició boca abajo y al darse la vuelta le clavó con fuerza el cuchillo en el tórax, donde se originaron las lesiones vitales, la mayor una herida de 17 centímetros y medio cuya comisión requirió de “gran violencia y fuerza”, y ha remarcado que las dos forenses que hicieron la autopsia han indicado que es posible que fuera de ese modo por las heridas que presentaba.
“Todo pasó muy rápido y no hubo forcejeo ni discusión, como dice la defensa” y “está claro que la mató por sorpresa”, ha concluido la fiscal, quien ha pedido además al Jurado que se oponga en su veredicto a que en el futuro el acusado pueda recibir el indulto.
El abogado de la acusación particular ha compartido la versión de la fiscal y ha indicado que Ángel M.C. “tenía un plan plenamente trazado” para acabar con la vida de Soledad Álvarez porque no aceptaba el divorcio y que tuviera amistad con otro hombre, unas circunstancias en las que también ha incido la abogada del ICI.
La letrada Begoña Santana entiende que el acusado no “iba a consentir que se divorciara y que rehiciera su vida” la fallecida y “es obvio que quiso causarle la muerte” por las lesiones dirigidas al corazón y “cuando estaba durmiendo y en su casa”, según ha remarcado al Jurado, al que el magistrado presidente del tribunal entregará mañana, miércoles, el objeto del veredicto para que comience a deliberar.