Después de casi una semana, el barco encallado en Agaete, en el noroeste de Gran Canaria, pudo ser trasladado durante la madrugada de este miércoles hasta el muelle, donde se encuentra atracado de costado. Los operarios lograban sobre la 1:00 de la madrugada remolcarlo tras varios días de intensos trabajos.
Lo cierto es que los trabajadores tenían programado realizar ese movimiento durante la jornada del miércoles. Sin embargo, la marea llena que se produjo en la madrugada hizo que la nave tomase “vida propia”, como explicó durante una rueda de prensa Juan Ignacio Liaño, director de Flota de Fred. Olsen Express.
Pese a que no era lo previsto, este cambio de última hora no cogió al equipo por sorpresa porque “éramos conscientes de que podía pasar”, por lo que “ya estábamos preparados”, aseguró Liaño.
Para la operación, relata, no hicieron falta motores de barco ni ayuda de remolcadores, solo con la ayuda de cabos se condujo al ferry al atraque. “Recorrimos los 240 metros que había desde la posición de la baja hasta el atraque de manera relativamente rápida. Una vez que el buque quedó atracado en la posición que queríamos, sobre todo protegiendo el patín que tenemos en mejores condiciones, lo aseguramos”, detalló.
Situación “delicada”
Sin embargo, a pesar de que la situación del catamarán “está muchísimo mejor que ayer”, Liñao reconoció que sigue en una situación “delicada”, razón por la que se sigue trabajando en dar más estabilidad al ferry y “asegurar la integridad del barco”, para más tarde, desembarcar la carga que sigue dentro.
En este sentido, Francisco García Lascurain, capitán marítimo de Las Palmas, aseguró en la rueda de prensa que todavía no se puede dar una previsión de cuándo se podrán extraer los vehículos del buque. Primero, hay que seguir dándole flotabilidad, como ya han hecho durante todos estos días mediante flotadores “que se han montado en el patín dañado”, explicó.
“Las burbujas que se ven alrededor del barco es aire que estamos insuflando a los tanques”, detalló García para añadir que “la naviera está planteando taponar todo lo que se pueda para achicar esa agua” y dar más flotabilidad con el fin de que la nave vuelva a su posición normal y, posteriormente, hacer una reparación de fortuna para llevarlo al Puerto de Las Palmas para su reparación.
Vigilancia de la mancha de combustible
El jefe de centro de Sasemar (Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima), Roberto Basterrechea, explicó ante los medios que desde el primer día se tomaron medidas para hacer frente a la contaminación que podían generar las manchas de combustible generadas por el encallamiento del barco.
Se trata de un un combustible ligero, una mezcla de gasolina y gasoil, que está saliendo del ferry y ha creado manchas finas “con un tamaño máximo de 1.400 metros y una anchura de 300 y que en ninguno de los casos llegó a 50 litros”. Además, la volatilidad que tiene el producto permitirá que se evapore con facilidad y “el recorrido tenderá a desaparecer” en un máximo de dos días, aseguró Basterrechea.
Asimismo, el jefe de centro de Sasemar subrayó que se hace una “vigilancia con dos vuelos diarios” en la zona, y también se atiende a la embarcación para dispersar las manchas que pueda generar el buque. Sin embargo, Basterrechea confía en que el derrame se pueda contener de manera satisfactoria gracias a la barrera de contención que se ha colocado alrededor del muelle y a otra barrera interna de absorción que se va a disponer.
Compensación a pescadores
La alcaldesa de Agaete, María del Carmen Rosario Godoy, aclaró en rueda de prensa que ya estaba previsto que este miércoles, aunque se hubiese podido liberar el barco, los pescadores saliesen a faenar.
Ahora, detalla la alcaldesa popular, “mantendremos reuniones con todas las partes por si hay que hacer algún tipo de compensación” por todos los días en los que estos trabajadores no han podido pescar.