“Si el fuel emerge, el efecto sobre las aves será perverso”. Pascual Calabuig, biólogo y veterinario jefe del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Cabildo de Gran Canaria, ha expresado este jueves su preocupación por la evolución de la mancha de petróleo provocada por el hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov, cargado con 1.400 toneladas de combustible, a 15 millas al sur de Maspalomas, en la isla de Gran Canaria.
El centro ha recuperado durante la mañana de este jueves un ejemplar de tortuga boba impregnado de hidrocarburos. El animal había sido rescatado el miércoles por la tarde en la zona del naufragio por una patrullera del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. La tortuga ya ha sido trasladada de las instalaciones de Tafira a Taliarte.
“Ya está en la piscina y puede comer”, ha manifestado Calabuig, “de momento es el único animal que ha llegado al centro, la Guardia Civil hizo un muy buen trabajo, la tortuga llegó muy limpia y se pudo salvar, pero habrá otros animales que no tengan la misma suerte”.
El biólogo advierte del daño “tremendo” que puede ocasionar el tipo de fuel depositado en el barco (IFO 380) en tortugas, cetáceos y, sobre todo, en las aves marinas de paso que transitan por esa zona: “Es muy viscoso, se adhiere al plumaje y afecta a la impermeabilidad de las aves”. Calabuig ha explicado que especies como las pardelas, los alcatraces, los petreles o los paiños están aislados del agua por una cápsula, una especie de “burbuja caliente” que se rompe en contacto con los hidrocarburos. “Si se manchan, se mojan, se enfrían, sufren mucho y mueren”, ha aseverado.
Para el veterinario jefe, la repercusión ecológica del hundimiento del pesquero dependerá de la extensión y la trayectoria de la mancha. Tanto si las corrientes y los vientos desplazan el fuel hacia la costa africana como si lo hacen hacia el banco de pesca sahariano, “será un desastre”.
Calabuig sostiene que los medios de los que dispone el Centro de Recuperación Salvaje de Fauna Salvaje son suficientes para atender “un pequeño número de ingresos”. “Si hay una avalancha, nos veríamos desbordados”, advierte. El biólogo espera, no obstante, que el vertido no llegue a la costa de las Islas por los vientos dominantes de componente norte que soplan en esa zona.
Por otra parte, considera que las administraciones que han gestionado el accidente del pesquero ruso, que se incendió el sábado en el Muelle Reina Sofía del Puerto de La Luz y de Las Palmas, han tenido más en cuenta “valoraciones turísticas y económicas” que ecológicas.