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La Guardia Civil sorprende 'in fraganti' dos matanzas de corderos

La Guardia Civil sorprendió in fraganti dos matanzas clandestinas de corderos en Gran Canaria el pasado 16 de noviembre, cuando tuvo lugar la conocida como Fiesta del Cordero, celebrada por la comunidad islámica, cuya tradición lleva a que cada familia sacrifique un cordero, degollándolo; celebrándolo posteriormente en el entorno familiar.

En este sentido, la Benemérita explicó en un comunicado que la problemática surge en los sacrificios de los corderos, ya que aunque el Cabildo de Gran Canaria habilitó el Matadero Insular para realizar sacrificios conforme al rito musulmán, “todavía existen matanzas clandestinas en explotaciones ganaderas o fincas particulares realizadas sin las mínimas condiciones higiénicos-sanitarias; con el consiguiente riesgo para la salud pública”.

Así, en los últimos años el Seprona ha realizado servicios específicos dirigidos a erradicar esta práctica irregular, lo que se ha traducido en que este año por ejemplo, se haya duplicado las peticiones de sacrificios en el Matadero Insular en dicha festividad.

Este año se establecieron varios servicios de vigilancia, en toda la provincia; prestándose especial atención a las demarcaciones que poseen mayor número de habitantes de origen magrebí.

Como resultado de los servicios prestados, el Equipo de Seprona de la Comandancia de Las Palmas en unión de la Patrulla de Seprona de Vecindario sorprendieron in fraganti dos matanzas clandestinas de corderos.

La primera se realizó en una explotación ganadera sita en las proximidades del casco urbano de Arinaga, término municipal de Aguimes (Gran Canaria), en la que ya se había sacrificado tres corderos. Y la segunda, que se realizaba en el interior de un invernadero en la zona de Playa de Vargas, sita en el mismo municipio.

Aquí, la Guardia Civil destacó que en esta matanza, participaban treinta personas de origen magrebí y subsaharianos, en unión de cuatro españoles; contabilizándose un total de veinte corderos ya sacrificados, teniéndose previsto sacrificar varios más en el momento de ser sorprendidos in fraganti.

Finalmente, se solicitó la presencia de un inspector veterinario perteneciente al departamento de Salud Pública del Gobierno de Canarias, que levantó acta en unión de los agentes actuantes; tramitándose varias denuncias por infracción administrativa a la Ley General de Salud Pública. Los cadáveres de los corderos incautados fueron trasladados al vertedero de Juan Grande, término municipal de San Bartolomé de Tirajana.