La hermana gemela separada de sus padres biológicos hubiera preferido no haber conocido la verdad, pues nada puede mitigar el dolor generado, ya que su familia legal no ha encajado la situación, no ha podido vivir con la que le correspondía y se siente en “tierra de nadie”.
Así lo manifestó su abogado, Sebastián Socorro, quien aseguró que su clienta, que ahora tiene 36 años, quiere permanecer en el “más absoluto anonimato y preservar su intimidad”.
Además, informó de que hace años sufrió leucemia y, tras haber fracasado el tratamiento con quimioterapia, se sometió a un autotrasplante de médula ósea porque no hallaron entre sus familiares un donante compatible, cuando existía la perfecta donante, pues se da la circunstancia de que el perfil genético de las gemelas es idéntico.
Socorro explicó que la joven vive sola debido a que la relación con sus padres legales se volvió “insostenible”, pues no supieron encajar el descubrimiento gemelar, que se produjo a finales de 2001 tras presentarse en un comercio donde la dependienta la trató como si la conociera y ésta le dijo que se estaba confundiendo de persona.
Las dos hermanas supuestamente gemelas se sometieron entonces a la prueba de ADN, que confirmó todas sus sospechas, pero su clienta esperó tres años por temor a la repercusión que iba a tener en el ambiente familiar, pues no deseaba la situación que padece ahora.
De hecho, después de someterse a la prueba de ADN, en 2004, fue cuando decidió abandonar su hogar y, pese al tiempo transcurrido, la situación con sus padres legales es “crítica y conflictiva”.
Se trata de dos personas mayores que nunca quisieron afrontar el problema por miedo al “ridículo”, pues es gente “muy cerrada” y de escasos recursos económicos, que pretendían silenciar el problema, aunque al parecer mantienen relación con su hija biológica, indicó Socorro.
El abogado comentó que la relación con su gemela es “artificial y esporádica”, y tampoco la considera su hermana, pues no se trata de un reencuentro querido, sino de un “cruce de caminos” entre personas desconocidas después de 28 años.
La joven siente una gran frustración por su situación familiar actual, cuya relación es inexistente, y también impotencia, porque ha perdido toda una vida por no haber crecido con sus padres y hermana.
Al padre biológico nunca lo conoció porque murió antes del descubrimiento y a su madre natural no la siente como tal, sino a la legal, que es con la que ella ha crecido.
Socorro anunció que recurrirá la sentencia que condena al Servicio Canario de Salud a pagar a su clienta 360.000 euros, porque considera que el daño causado cuantitativamente y cualitativamente “merece mayor peso”.
Señaló que la reclamación solicitada es de tres millones de euros y calificó la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 3 de la capital grancanaria de “agridulce”, porque aunque acredita la responsabilidad de la administración y el daño ocasionado, su cuantificación económica no responde a un juicio proporcional.
El letrado considera que representa a la más perjudicada y por ello es la que recibe una indemnización superior a la de su gemela que se crió con sus padres biológicos, la supuesta hermana de ésta y la madre biológica de las dos niñas sietemesinas separadas por error en el hospital del Pino de la capital grancanaria.
El abogado que representa a las otras tres perjudicadas, José Antonio Rodríguez, coincidió con Socorro en que se trata de un fallo “agridulce” porque la cantidad que se ha concedido es la mitad de lo que reclamaba y estudia reclamar la sentencia.
Aseguró que las tres, la madre biológica de las gemelas y sus dos hijas, la legal y la natural, están también “muy afectadas”, aunque la relación entre ellas se mantiene en el núcleo familiar.
Rodríguez además representa, junto con otro letrado, los intereses de los padres de la gemela que fue separada de su hogar, quienes presentaron hace varios meses una reclamación por vía administrativa al Servicio Canario de Salud, pues quieren que también se reconozca el error y el daño moral sufrido.