La identidad de las canarias desde una mirada feminista y decolonial: “Somos mujeres en la frontera del privilegio y la opresión”

Las mujeres canarias habitamos un espacio muy fronterizo entre tres continentes, la marginalidad y la confrontación entre el privilegio europeo y la opresión en el resto de continentes. Somos mujeres en la frontera”. Así explica la doctora en Filosofía Larisa Pérez, especializada en género, canariedad, memoria y disidencia sexual, la llamada “identidad perchero” de las mujeres canarias, un concepto en el que ahondó Cristina Sánchez Muñoz en su libro Simone de Beauvoir: del sexo al género. En esta idea, el cuerpo se concibe como un perchero en el que se colocan distintos ropajes, como el género, la clase social, la raza, la edad o la identidad sexual, entre otros. Sobre el perchero, toda esa ropa nos da una visión sobre nosotras mismas y otorga significado a ser mujeres. 

De esta manera, se entiende que la figura de la mujer ha sido construida a partir de pautas sociales y culturales que han determinado roles, expectativas y comportamientos de género a lo largo de la historia. Aludiendo a la famosa frase de Beauvoir, “no se nace mujer, se llega a serlo”.

En el Archipiélago, este concepto está atravesado por su historia de colonización, un hecho que ha marcado la identidad de las mujeres canarias. 

Canarias, un territorio con pasado y presente colonial

Larisa Pérez señala que, para entender Canarias, es necesario “leer el Archipiélago en clave decolonial”. Desde su vivencia personal, señala que fue en su estancia en el Caribe cuando empezó a tomar conciencia sobre su identidad. Allí, pudo darse cuenta de las diferencias y semejanzas que existen entre los dos territorios. Por una parte, por las dinámicas de privilegio-opresión, pues relata que se encontraba en una situación ambigua: “Ocupaba los espacios blancos, pero no era leída como una persona blanca del todo. Eso nos pasa mucho a las personas canarias: estamos en el filo de lo racializado. Por tanto, las personas se hacían muchas preguntas de quién era yo y yo empecé a hacérmelas. En tu lugar de origen no te haces esas preguntas, porque no te confrontas”.

Cuando volvió a Canarias, empezó a indagar en las semejanzas: la insularidad y el colonialismo moderno. A partir de ese momento, Pérez se percató de “la ausencia de pensamiento colonial” que existe en Canarias. Esto se puede observar en los resultados del último Sociobarómetro de Canarias, donde solo un 4,5% de las personas encuestadas se sentía solo canario/a, un 25,4% más canario/a que español/a y un 64,3% canario/a y español/a por igual.  Sin embargo, también apunta a que el Archipiélago se encuentra en un resurgimiento de la conciencia sobre la canariedad y que cada vez son más las personas canarias las que tienen inquietudes por indagar en el pasado. Un ejemplo de ello ha sido este 28M con la candidatura de Drago Verde Canarias, donde muchos jóvenes han aprovechado los espacios políticos para poner el debate sobre la mesa.

Por tanto, como también señala Daniasa Curbelo, artista transdisciplinar, activista e investigadora en torno a la memoria, la disidencia sexual, la canariedad y el género, “a las mujeres canarias se les suma un eje más de opresión”. La noción de canario/a tiene una carga histórica, pero además ser mujer es una experiencia doblemente compleja y difícil. No obstante, como explica Curbelo, hay que entender la canariedad también desde el privilegio: “Somos un territorio africano, pero tenemos derechos que la población africana no tiene. Hay que tener en cuenta las dos caras de la moneda”.

A este hecho se le suma la perspectiva decolonial de Canarias, que tiene una carga androcentrista y masculinizada como gran parte de la historia y opaca el legado de las mujeres. “Todo esto tiene que ver con una herencia de ver nuestro periodo precolonial, como es el guanche, desde una versión androcentrista que encarna la virilidad de los guanches guerreros. Lo cierto es que si una mira hacia ese mito, se da cuenta de que está eclipsando otras realidades que no están representadas y que tienen que ver con las mujeres indígenas, las mestizas o las magas y maúras. Ellas también resistieron, combatieron, cuidaron y sostuvieron la vida en estas islas y lo siguen haciendo”, explica Curbelo. Con todo ello, el feminismo decolonial canario va más allá: trata de recuperar la memoria, el valor y la importancia que tuvieron y tienen las mujeres canarias.

El origen histórico de la pobreza

La herencia colonial llega hasta nuestros días. No es coincidencia que los territorios históricamente coloniales soporten los niveles de pobreza más preocupantes en todo el mundo. Entre otras causas, la pobreza tiene un origen histórico, como señala la ONG Manos Unidas. Este hecho se puede apreciar en los cinco territorios más pobres según el Fondo Monetario Internacional: Burundi, Sierra Leona, Malawi, República Centroafricana y Madagascar, todas son naciones con historia colonial y con umbrales de pobreza que dejan al descubierto cuál es la actualidad del colonialismo. Actualmente, la realidad es que la mayoría de países que fueron colonizados están en vías de desarrollo.

Aunque pase desapercibido en nuestro imaginario actual, Canarias tiene un pasado colonial. En 1982, España concedió directamente la Autonomía a Canarias, mientras otros territorios colonizados, como Marruecos, pudieron independizarse. A día de hoy, todavía hay 17 territorios catalogados como No Autónomos en Naciones Unidas, pero Canarias no figura en la lista.

En las islas, la actualidad está llena de lagunas. El Archipiélago es una de las comunidades autónomas con peores índices en materia social, política y económica. Como señala Larisa Pérez, “estos datos no son casualidad”, sino que tienen un origen estructural. No obstante, dentro de estos valores, las mujeres ocupan un escalafón aún más bajo y son las principales afectadas. “El patriarcado forma parte del colonialismo”, añade.

Según el Índice de Igualdad de Género de Canarias de 2022, el Archipiélago cuenta con 71,9 puntos sobre 100 en igualdad. Aunque pueda parecer un dato alentador, la realidad es que Canarias se encuentra 30 puntos por debajo del valor de referencia, una cifra que demuestra que aún queda mucho en lo que trabajar. 

La desigualdad se puede observar desde diferentes dimensiones, pero la más asimétrica en las Islas se da en el uso del tiempo en cuidados y actividades sociales. Mientras un 25% de los hombres se encarga de los cuidados habituales, las mujeres suponen un 34%. Esta cifra se dispara si hablamos de cuidados del hogar, donde las canarias representan el 71% frente al 46% de los hombres, datos que revelan los grandes retos de igualdad. En cuanto a las actividades sociales, si bien es cierto que los espacios de deporte, cultura y ocio son algo más equitativos que los cuidados, los hombres canarios usan más tiempo que las mujeres canarias en estas actividades (27,1% frente al 21,5%).

De igual modo, la desigualdad se puede observar en diferentes espectros de la sociedad, como por ejemplo en las cifras de pobreza. Los últimos datos apuntan a Canarias como la tercera comunidad autónoma con mayor tasa de riesgo de pobreza y/o exclusión social con un 37,8%. Sin embargo, la situación se acentúa sobre las mujeres, quienes representan un 39,2%. Esto supone tres puntos más que el porcentaje de los hombres, datos del XII Informe del Estado de la pobreza en España. Seguimiento de los indicadores de la Agenda UE 2030. 2015-2022.

La tasa de desempleo también se ceba con las mujeres. Además de seguir en la cola nacional, las mujeres canarias tienen una tasa de desempleo del 18,6%, mientras que los hombres representan un 15,9% según el Instituto Nacional de Estadística. En cuanto al salario medio, Canarias es la segunda Comunidad Autónoma con el menor salario medio en España, según Comisiones Obreras. Aunque la brecha salarial sea de las más bajas del territorio nacional, sigue existiendo una diferencia notable entre el sueldo de un canario y una canaria: las mujeres cobran 2.235 euros menos que los hombres.

La ausencia de referentes femeninos en el espacio público de Canarias

Leticia Delgado Godoy, doctora en Ciencia Política y canaria afincada en Madrid, lleva en la capital desde los 17 años. Sin embargo, nunca se ha desligado de Canarias y, desde fuera, identifica rasgos del patriarcado en el Archipiélago. “Canarias es un entorno machista en prácticamente todos los entornos, que están fuertemente masculinizados. Yo hablo de techo de hormigón armado en lugar de techo de cristal, porque al menos en este último hay transparencia, pero la realidad es que no es así”, señala Leticia sobre las oportunidades de las mujeres.

Sin embargo, como mencionó con anterioridad la activista Daniasa Curbelo, la representación de mujeres en nuestro imaginario es imprescindible. Tener mujeres referentes en los distintos ámbitos de la sociedad significa que las perspectivas femeninas tienen voz y voto, pero la realidad es que aún faltan muchas mujeres en espacios públicos y políticos. Leticia Delgado remarca la trascendencia de este escenario: “Necesitamos más perspectivas de mujeres, porque es necesario escuchar a personas con procesos similares y las mujeres no tienen esa posibilidad. A fin de cuentas, lo personal es político”.

Este hecho se puede observar sobre todo en los medios de comunicación. Las firmas de opinión son principalmente de hombres: la tendencia es que solo una mujer o ninguna aparezca entre las autorías, un dato desolador que demuestra que no hay perspectiva de mujeres. Delgado afirma que es a través de los medios de comunicación en lugar de mediante la Administración Pública donde verdaderamente se pueden llevar a cabo cambios feministas: “Los medios crean pautas de comportamiento y agendas, es necesario que las mujeres estén en los espacios públicos para hablar, proyectar, dialogar y expresar(nos)”.

Responder a la pregunta qué significa ser mujer canaria no es tarea fácil. Los roles de género han reservado un lugar para las mujeres en la sociedad, pero gracias a la lucha feminista deconstruir la llamada “identidad perchero” puede ser tanto un acto de empoderamiento como de resignificación. El perchero de las canarias tiene género, colonialidad, pobreza, invisibilización y todo condicionante individual de cada mujer. Como explica Larisa Pérez, “las mujeres canarias habitamos un espacio muy fronterizo entre tres continentes, la marginalidad y la confrontación entre el privilegio europeo y la opresión en el resto de continentes. Somos mujeres en la frontera”.