La situación precaria que viven los bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria provocó que en la madrugada de este viernes, durante la extinción del incendio de 26 vehículos en Jinámar, todo el Sureste de la isla estuviera sin bomberos. En total más de 200.000 habitantes sin ninguno de estos recursos de emergencia básico porque acudieron hasta Telde los adscritos al parque de Arinaga en lugar de los de La Garita, en el mismo municipio en el que sucedió el incendio.
Como explica José María Monzón, portavoz y presidente de la junta de personal del Consorcio, lo sucedido en la noche de este jueves demuestra la “deriva” a la que se está llevando a este servicio fundamental para la ciudadanía. En este caso concreto aunque el parque de Telde, situado a menos de diez minutos del incendio, estaba abierto, tuvieron que acudir los de Arinaga, que están a más de 20 minutos. El motivo es que La Garita no podía trabajar porque el cuerpo no tenía operativo los equipos de protección individual (EPI), que estaban deteriorados y contaminados de otros servicios. “Si el trabajador no tiene su EPI en óptimas condiciones no tiene por qué hacer uso de ellos, hemos mandado a lavar y descontaminar y no se nos han devuelto. El personal no tiene los materiales necesarios para operar en los incendios, es como si mandas a un cirujano a trabajar con la ropa de quirófano llena de sangre de otra operación”, explica Monzón.
Por tanto, aunque la base esté abierta y los trabajadores dentro de ella, no está operativo. “Tendrían que cerrarse los parques cuando se dan estas circunstancias pero no se hace porque el político sabe que tiene mala prensa. Todos los días se informa a la sala del 1-1-2 sobre el estado del parque, ninguno en la isla está operativo al 100%, todos los días hay déficit de personal y a ello se le suma el mal mantenimiento de los trajes que incumplen la ley de prevención de Riesgos Laborales”, apunta el portavoz.
En la actualidad en Gran Canaria hay ocho parques de bomberos que pertenecen al Consorcio de Emergencias, que aglutina a todos los municipios de la isla menos a Las Palmas de Gran Canaria y a San Bartolomé de Tirajana, que tienen su propio cuerpo. Sin embargo, la base de Tejeda está cerrado desde 2011 por falta de personal. Los otro siete también tienen problemas porque hay menos trabajadores de los que debieran. Monzón señala que cada día hay unos 14 bomberos operativos cuando tendrían que ser 50 y que la plantilla debería estar en torno a los 240 efectivos, según la RPT, y la realidad ronda los 180. Estas cifras hacen que de media cada base tenga unos tres bomberos, pero algunas en ocasiones se han visto con tan solo uno, denuncia este representante.
“Desde 2005 no se ingresa personal de nuevo ingreso en el Consorcio, toda esta falta de personal ha derivado en que nosotros nos hemos visto en la obligación de hacer horas extras y servicios extraordinarios para poder cubrir la falta de déficit personal a cambio de que sacasen las oposiciones, pero ante la negativa de cubrir toda esta dotación por parte del Cabildo de Gran Canaria, los bomberos hemos hecho un plantón en el mes de mayo y desde entonces no realizamos un servicio voluntario ni horas extras. Al no realizar las horas extras empieza a salir a la luz el déficit de personal, el problema que existe es que el Cabildo al no cubrir las dotaciones no establece dotaciones mínimas, por lo que nos vemos en los parques con uno o dos bomberos. A esto se suma también que el Consorcio tiene denuncias en inspección de trabajo por no aplicar la descontaminación de los EPI”, resume.
En el caso concreto del incendio de Jinámar, Monzón cree que si hubiesen ido los trabajadores con base en Telde se habría evitado la calcinación de tantos vehículos. “Cuando se llega al servicio en vez de dos o tres coches, que es los que habría ardiendo yendo desde La Garita, habían más de 20. Esta falta de personal y operatividad del servicio conlleva a que esta situación de tantos vehículos incendiados se deba al retraso de nuestra respuesta, no es culpa de los bomberos, es de los políticos”.
En concreto en la noche del jueves al viernes el portavoz cree que debieron haber acudido a extinguir el fuego, como mínimo, ocho o nueve efectivos desde Telde apoyados desde Arinaga con cinco o seis trabajadores más, en una operación que debió contar con unos 16 efectivos entre bomberos y sargentos. “La realidad es que acudieron cuatro bomberos del Consorcio de Arinaga y tuvieron que desabastecer al municipio de Las Palmas de Gran Canaria, que tiene el mismo problema que nosotros de falta de personal y que también está denunciando la precariedad laboral”, lamenta Monzón y añade que “se nos activó Arinaga y toda la zona Sureste de la isla quedó totalmente desprovista, desde Telde a Juan Grande estuvieron sin bomberos, cero respuesta operativa”.
Pero este mismo viernes hubo otro caso en el que se demostró la falta de personal para una respuesta operativa acorde a las necesidades básicas de seguridad. Sucedió cuando un vehículo volcó en la GC-2 a la altura del desvío del Cenobio de Valerón. Por cercanía debían ser los bomberos del parque de Gáldar los primeros en desplazarse, sin embargo, al tener este centro tan solo dos trabajadores, tuvieron que acercarse también bomberos desde la base de Arucas.
La solución al problema pasa, según Monzón, porque el Cabildo dote de personal al cuerpo y que se incremente la lista de interinidad de las oposiciones de bomberos y que se finalicen los procesos selectivos de sargento, suboficial y de cabo. También solicitan el establecimiento de dotaciones mínimas, “que es importante porque así se establecen 50 efectivos diarios para toda la isla en lo que se refiere al Consorcio”, además de aplicar a los miembros del cuerpo las condiciones laborales del personal funcionario de la Corporación insular.
Por su parte, el concejal delegado de Seguridad Ciudadana y Protección Civil del Ayuntamiento de Telde, Juan Martel, avanza que el Consistorio mandará un escrito al Cabildo de Gran Canaria pidiendo explicaciones sobre este caso. También solicitarán que se abra una investigación. “Somos el municipio más grande, pero también el que más pagamos, cada año destinamos 1,6 millones de euros para este servicio y lo sucedido no puede volver a ocurrir”, protesta Martel.
La Policía pide colaboración ciudadana
La Policía Nacional señala que está investigando el origen, la causa y el motivo del incendio y el caso ya está en manos de efectivos de la Policía Científica. Así mismo solicitan la colaboración ciudadana y pone a disposición el 091 para que los vecinos den cualquier pista sobre el caso.
Desde el Ayuntamiento el concejal Juan Martel recalca que, aunque se está investigando, “está claro que ha sido un acto vandálico” que estaba “premeditado”. Así, sostiene que se quería hacer “mucho daño” porque el fuego tuvo lugar en dos puntos del barrio, en la calle Fernando Sagaseta, donde se quemaron la mayoría, y en Lotus Kunkelli, donde se incendiaron dos gracias a que un vecino pudo evitar, quitando su coche del aparcamiento, que las llamas se propagaran.