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El intento de secuestro de una menor siembra la alarma en el municipio de Telde

La ciudad de Telde, en Gran Canaria, amaneció este domingo entre los regalos de los Reyes y el susto por el supuesto intento de secuestro de la niña Sandra D.P., una situación que recordó la desaparición de otros menores de la isla, como Yeremi Vargas o Sara Morales. El propio alcalde de la localidad, Francisco Santiago, ha llamado a su madre, María José Plaza, para informarse personalmente de lo ocurrido y para ofrecerle la ayuda del centro municial psicopedagógico, dependiente de la Concejalía de Educación, dirigida por Carmen Hernández.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno, la Policía Nacional se encarga en estos momentos de la investigación del suceso, que valoran como “creible”, atendiendo a la declaración de la niña, por lo que han puesto en marcha junto con la Policía Local, un dispositivo de búsqueda del posible sospechoso, al tiempo que toman declaraciones a los testigos presenciales del supuesto intento de secuestro.

En la tarde noche del viernes, supuestamente un hombre de mediana edad al volante de un furgón de color blanco, en las proximidades de la plaza donde se encuentra la sede del colectivo Yoñé, en el barrio costero de La Garita de Telde, preguntó a Sandra D.P., de nueve años, si sabía dónde estaba el citado recinto público y le ofreció cinco euros si le acompañaba en el coche. La niña le indicó la dirección de la plaza pero rechazó la invitación, ante lo cual el conductor se bajó del vehículo y cogió a Sandra por el cuello para intentar meterla a la fuerza en su interior, según los datos ofrecidos por fuentes vecinales.

La niña, que hace gimnasia rítmica y tiene cierta preparación física, se resistió y se puso a gritar, lo que alarmó a una amiga que estaba en las cercanías esperándola y a la madre que desde su casa, escuchó los chillidos de su hija y salió desesperada en su búsqueda. La llegada de la madre y la amiga hizo desistir al autor del supuesto fallido secuestro, que se metió en el coche y salió a gran velocidad de la zona.

Siempre según las fuentes vecinales, la niña tiene marcas en el cuello ocasionadas por la presión que sobre ella ejerció el secuestrador y se encuentra aún bajo los efectos del susto sufrido. Los datos físicos del asaltante y del coche que usaba ya están en manos de la Policía Nacional, ante la cual la madre formuló la correspondiente denuncia.