MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto una proteína que tiene un papel esencial para evitar que las células madre adultas proliferen hasta convertirse en oncogénicas, es decir, que pueden generar cáncer.
El hallazgo, publicado en la revista 'Cell Stem Cell', podría representar una estrategia valiosa como tratamiento terapéutico frente al cáncer. En la actualidad, hay abundantes pruebas que indican que la senescencia celular es una protección natural contra el desarrollo fisiológico del tumor.
Los investigadores han hallado que la proteína Ezh1 induce a cambios epigenéticos que, según explica la jefa de Grupo del Laboratorio de Estudio del Envejecimiento de Células Madre y autora principal del estudio, la doctora Susana González, “suponen una barrera fisiológica esencial durante la transformación oncogénica”.
Así, los autores propone que Ezh1 “protege el equilibrio entre el mantenimiento y una proliferación incontrolada de las células madre hematopoyéticas [las que proceden de la médula ósea]”. Por esta razón, podría tener un gran impacto en la práctica clínica, ya que implica que “la inducción de la senescencia puede suponer una estrategia valiosa como tratamiento terapéutico para el cáncer”.
La autora apuesta por investigar y ahondar en el comportamiento de las células madre adultas, “puesto que el uso terapéutico de dichas células ya está dando lugar a tratamientos innovadores sobre ciertas patologías degenerativas agudas o crónicas”.
La razón es que las células madre adultas tiene capacidad de autorrenovarse y seguir siendo células madre o continuar la vía de diferenciación para la que están programas y, por lo tanto, inducir uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados.
“Este fenómeno exige una compleja red molecular aún muy desconocida entre diferentes reguladores celulares que controlar la autorenovación”, explica; un ejemplo de esto son las proteínas de Polycomb y su efecto sobre los supresores de tumores p16INK4 y ARF, “absolutamente necesarios para el mantenimiento de determinadas células madre”.
Además, el hallazgo identifica como la desaparición de un factor esencial para el mantenimiento de células madre embrionarias también juegan un papel clave en el control homeostático de las células madre hematopoyéticas.
“Comprender los mecanismos moleculares por los cuales Ezh1 afecta a las células madre nos proporciona nuevos conocimientos sobre la biología de células madre hematopoyéticas y sus posibles aplicaciones. Investigaciones futuras sobre el papel oncogénico de Ezh1 en trastornos hematológicos, nos van a facilitar el desarrollo de terapias específicas”, concluye.