Ivonne González confiesa la existencia de abusos

Una de las monitoras condenadas por el “caso Kárate”, Ivonne González, que recibió una sentencia de 126 años por 17 delitos de abuso, ha confesado desde prisión que en la academia de Fernando Torres Baena se mantenían relaciones sexuales con los alumnos, “sin importad sexo ni edad”, informó EFE.

“No existía criterio alguno para los encuentros sexuales. Daba igual todo. (Se hacía) Lo que se le ocurriera en cada momento a Fernando sin importar sexo ni edad, siempre tratando de que todo pareciera normal y cotidiano”, asegura Ivonne González en una carta manuscrita difundida por Antena 3 Canarias.

Esta procesada, que tuvo una brillante carrera como karateka, siempre de la mano de su maestro, Fernando Torres Baena, prefirió guardar silencio cuando se la interrogó en la Audiencia de Las Palmas por lo ocurrido y, al término del juicio, solo aprovechó su derecho a la última palabra para decir que “jamás” abusó de nadie.

De hecho, mediado el juicio, el tribunal le levantó la prisión provisional y la dejó libre hasta el día en que se leyó la sentencia, en un gesto que algunos interpretaron como el anticipo de una absolución o una condena benévola.

Sin embargo, todas esas especulaciones se desvanecieron cuando se conocieron las condenas y la sala ordenó a la Policía delante de las cámaras de televisión que la arrestara y devolviera a prisión.

“No comprendo a los magistrados”, se lamenta ahora. “No me lo esperaba y menos aún desde que la sala decretó mi libertad”.

González asegura que Fernando Torres Baena también ejerció sobre ella las dotes de manipulación que le han reconocido los forenses y se aprovechó, desde joven, de su orientación sexual -“mi punto débil”, dice-, para hacerla creer que solo él la comprendía.

Cambio de actitud

Esta condenada del caso “Kárate” alega ahora que “cuando te enseñan desde tan joven que el sexo es bueno, que se pueden tener relaciones sexuales desde cualquier edad con cualquiera, sin importar el sexo o la edad, llega un momento en el que no te planteas absolutamente nada”.

“Tienes que entender que nadie se cuestionaba nada y que cuando mantenía relaciones, me gustasen o no, estaba pagando una deuda a Fernando”, argumenta.

También apunta una explicación a por qué guardó silencio durante el juicio: la lealtad a su viejo maestro de artes marciales, al que no denunció porque “era todo” para ella.

“Me decía que la única manera de salir era manteniéndonos todos unidos. Que confiara ciegamente en él como siempre. Y que él no iba a permitir que con lo que me quería me pasara nada malo”, dice.

También aprovecha esta carta para intentar apartarse de las conductas por las que ha sido condenada, de las que ahora dice sentirse “desvinculada”, porque no comparte “ese estilo de vida”.

Su abogado en el juicio, Sergio Armario, ha confirmado a Efe que esa carta es de Ivonne González, aunque ha precisado que no dispone de una copia y no conocen todos los detalles de su contenido.

El letrado sostiene que Ivonne González, a lo largo del proceso judicial, tuvo miedo “de decir lo que tenía decir, la verdad”, pero que quizás, ahora, el hecho de estar en la cárcel ha motivado su cambio de actitud y que se haya sincerado.

Sergio Armario lamenta además que Ivonne González no se dejara defender en la línea que él le planteó, la de tratar de demostrar que ella fue una víctima más de Torres Baena.