Un círculo vicioso al que hay que poner fin. Así califica Miguel Cabrera, portavoz del movimiento vecinal Jinámar en Marcha, la situación que vive el barrio desde hace muchos años.
La maltrecha situación económica del municipio de Telde, con una deuda que asciende a casi 142 millones al cierre del pasado año, provocó que el equipo de gobierno capitaneado por la alcaldesa del Partido Popular María del Carmen Castellano decidiera echar el cerrojo de las cuatro guarderías municipales con las que contaba la localidad, una de ellas en el Valle.
Para Jinámar en Marcha esto ha supuesto relegar a las mujeres del barrio a quedarse en casa: “Con una población tan joven como la de Jinámar las madres no pueden dejar a sus hijos con sus abuelas porque ellas también tienen que trabajar. De esta forma lo que están consiguiendo es apartar a las mujeres del mercado laboral”, afirma Miguel Cabrera.
Que se reabran estas cuatro guarderías es una de las reivindicaciones del colectivo que el pasado domingo se manifestó en las calles del barrio para reivindicar una mejora en las condiciones de la zona y de la situación personal de muchos vecinos.
El centro de salud de Jinámar es otro de los motivos de protesta. Sus instalaciones se han quedado pequeñas para atender a una población tan grande. El ambulatorio recibe a los habitantes de Jinámar que pertenecen a Telde, a Las Palmas de Gran Canaria, y además es el centro de referencia para los reclusos de la prisión de Salto del Negro.
Los vecinos piden una mejora en las dependencias, la instalación de un servicio de radiología que evite que personas sin recursos y mayores tengan que desplazarse a Telde o a la capital para una “simple” radiografía, y una ambulancia permanente para hacer frente a las urgencias que surjan durante todo el día.
El asfaltado de las carreteras, el acondicionamiento de jardines y parques, la reposición de farolas, que el colectivo asegura que han caído hiriendo a gente, y la mejora de las aceras son otras de las reivindicaciones de los habitantes de Jinámar.
“La situación social de muchas personas que viven aquí es crítica. No tienen dinero para pagar el agua y la luz y mucho menos para pagarse el transporte para ir algún centro para pedir ayuda”, relata el portavoz de Jinámar en marcha.
Es por ello que solicitan a las administraciones públicas implicación y compromiso para solucionar estos problemas y que ningún vecino del barrio vea como le cortan el agua y la luz por no poder hacer frente a la factura.
Una concentración para despertar conciencias
Jinámar en Marcha ha buscado con la manifestación de este domingo despertar a la gente para que se una a la lucha vecinal. Y es que la elección del 23 de noviembre como día para la protesta no es casual.
Precisamente esa misma fecha pero hace 30 años tuvo lugar una gran marcha desde Jinámar hasta Las Palmas de Gran Canaria para pedir a las instituciones una mayor atención a la zona.
“Nosotros nos reunimos cada quince días y nos dimos cuenta de que la situación del barrio tampoco ha cambiado en los últimos años, más bien estamos igual que hace 30 años”.
Miguel Cabrera no ha querido adelantar futuras acciones pero sí confirma que en la próxima reunión vecinal tratarán de consensuar nuevas protestas para tratar de implicar al mayor número de vecinos posibles.