La región de la Macaronesia se ha unido en un proyecto, “Mimar”, liderado por Canarias y financiado por la Unión Europea, con el objetivo controlar y mitigar las perturbaciones que generan en el medio marino la actividad humana y el cambio climático.
Según ha informado este viernes la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno canario, Blanca Pérez, durante la presentación de este proyecto, se trata de una acción a desarrollar en los próximos cuatro años y cuenta con un presupuesto de 1,8 millones de euros, a los que se podrán sumar fondos del Feder para el cambio climático.
El proyecto lo coordina la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno canario y en él cooperan la Dirección General de Pesca de la comunidad autónoma, así como las de Cabo Verde, Madeira, Senegal y Azores, e intervienen las dos universidades públicas canarias, el Instituto Tecnológico de Canarias, la sociedad Gestión del Medio Rural de Canarias y el Banco Español de Algas.
La viceconsejera ha subrayado que existen estudios científicos que demuestran que el calentamiento global está repercutiendo en la proliferación de especies tropicales marinas en la zona de la Macaronesia.
Además, el cambio de temperatura que se está produciendo en las aguas superficiales está promoviendo la aparición de algas y microorganismos que están modificando este ecosistema, y que ya está afectando a sebadales, sobre todo en la provincia de Las Palmas y de manera especial en las islas de Lanzarote y Fuerteventura.
Así mismo, se están detectando, por los cambios de temperaturas, determinadas especies exóticas que no se reproducen habitualmente Canarias.
Con el proyecto “Mimar” se pretende definir protocolos para combatir estas repercusiones sobre el medio marino en toda la Macaronesia, que contiene “una rica diversidad que hay que cuidar”, ha indicado Pérez, quien ha hecho hincapié en su importancia económica, tanto en el turismo como en el sector primario, así como en los efectos que puede tener en la salud.
La proliferación de nuevas algas, como las conocidas mareas rojas, pueden derivar en efectos nocivos para la salud, ha indicado Pérez, quien ha precisado que el cambio climático no siempre implica efectos nocivos, pues en las aguas de El Hierro se ha proliferado un tipo de gallo que es muy beneficioso para la pesca.
Entre las acciones a desarrollar, ha adelantado la creación de un observatorio del medio marino de la Macaronesia, que se incluirá dentro del Observatorio Cambio Climático de Canarias que está previsto constituir a final de mes en Lanzarote.
Además se pretende crear un sistema de alerta de especies exóticas nuevas en el que pueda participar aficionados y científicos para su temprana detección.
En el programa ya que han definido los objetos de estudio, el papel que desempeñará cada institución y la estrategia de coordinación de los distintos actores que participan de la Macaronesia.