Un equipo científico descubre ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias

EFE

Las Palmas de Gran canaria —

El equipo científico de la campaña oceanográfica Drago 0511 ha identificado ocho nuevos montes submarinos al sudoeste de Canarias -el mayor de ellos con la altura del Teide- que son antiguas islas ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.

El descubrimientos de estos ocho montes submarinos se suma a los cinco que se conocían hasta el momento al sur de Canarias y suponen una especie “de abuelas submarinas” de las islas, casi “una Atlántida canaria”, explica en una entrevista a Luis Somoza, geólogo marino del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Algunos de estos montes “formaron islas, ahora bajo el agua, que se han hundido a más de 300 metros” y por lo tanto “son los antecesores de las Islas Canarias”, detalla Luis Somoza.

Los montes fueron identificados por el equipo de científicos que ha realizado el estudio para ampliar la plataforma continental de España al oeste de las islas Canarias, y los descubrimientos han tenido lugar después de cinco años “de detalladas expediciones cartográficas” de los fondos marinos profundos canarios.

Este descubrimiento demuestra que este área, al sudoeste de las islas, es la prolongación natural del territorio emergido del archipiélago canario.

La cima de los montes submarinos se encuentra desde los 4.000 metros hasta los 300 metros por debajo del agua y el geólogo insiste en que son antiguas islas Canarias ahora hundidas por efecto del enfriamiento de la corteza terrestre.

En algunos casos su forma recuerda a la actual de las islas de Tenerife, La Gomera y El Hierro y según los datos obtenidos de la batimetría, los montes submarinos más grandes tienen entre 90 y 35 kilómetros de largo y los más pequeños entre 6 y 20.

Estas antiguas islas se elevan más de 3.500 metros de altura sobre las llanuras profundas que los rodean y según detalla Somoza, “desde los fondos profundos se verían parecido a como vemos el Teide desde la costa”.

Los montes submarinos se han formado por el mismo proceso que las Islas Canarias, es decir, debido a un “punto caliente” debajo de las islas que genera la fusión parcial de las rocas del manto terrestre y da lugar a ascenso de magma al fondo oceánico profundo.

Una vez creados los volcanes estos formarían islas o montes submarinos que se van hundiendo progresivamente al contraerse por enfriamiento.

“Es similar a lo que le puede ocurrir a un souflé si lo sacamos fuera del horno de forma rápida”, indica Luis Somoza, quien también puntualiza que “esto no quiere decir que las Islas Canarias se hundan inmediatamente”, aunque sí lo harán con el tiempo geológico.

“Pasarán millones de años y si el punto caliente que las ha formado se traslada o desaparece, entonces progresivamente se irán hundiendo como sus antecesores, estos montes submarinos”, explica.

Además la acción del mar irá progresivamente “enrasando” las cimas de las islas y al final “nuestros futuros descendientes podrán ver un Teide raso o la caldera de Taburiente plana. Pero esto sucederá dentro de millones de años”.

Asimismo, continúa el investigador, los científicos manejan el criterio de que al tener la misma naturaleza estos montes submarinos que sus descendientes, las islas Canarias, se demuestra que esta zona es la prolongación natural sumergida del archipiélago a efectos de la ampliación de la plataforma continental jurídica española.

Añade Luis Somoza que el equipo científico ha enviado a la Comisión Hidrográfica Internacional las propuestas de 8 nombres de montes submarinos eminentemente canarios, como son Drago, Bimbache, Ico, Pelicar, Malpaso, Tortuga e Infinito y Las Abuelas.

Los nombres de los cinco montes submarinos conocidos hasta la actualidad fueron dados por sus descubridores ingleses y son Las Hijas, Echo, The Paps, Drago y Tropic.

Luis Somoza indica además que se han realizado seis expediciones científicas en el entorno de los fondos profundos canarios a bordo de los buques oceanográficos Hespérides, Sarmiento de Gamboa y Miguel Oliver.

El equipo científico ha estado compuesto por investigadores del Servicio de Geología Marina del Instituto Geológico y Minero de España, del Instituto Español de Oceanografía y del Instituto Hidrográfico de la Marina.