El 40% de las españolas de entre 15 y 50 años no utiliza ningún método anticonceptivo, mientras que otro 21% practica habitualmente el coitus interruptus, conocido también como marcha atrás, para evitar el embarazo, según un estudio de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Este trabajo, realizado a partir de 1.265 entrevistas personales, pone de relieve un dato “preocupante”, como es que el 60% de las españolas practican sexo sin protección, con el riesgo que ello conlleva no sólo de embarazo, sino también de contagio de enfermedades.
De hecho, un 40% no utiliza ningún método anticonceptivo, principalmente las de la franja de edad de 40 a 49 años (55%), seguida de las de 30 a 39 años (39%), las de 15 a 19 años (31%) y las de 20 a 29 años (26%).
En este grupo se incluyen tanto aquellas mujeres que quieren quedarse embarazadas como las que no utilizan ningún contraceptivo por falta de información o de acceso a estos métodos, según ha explicado la doctora María José Rodríguez, coordinadora del grupo de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de la SEGO.
Rodríguez ha alertado, además, que dos de cada diez mujeres practica el “coitus interruptus” para evitar el embarazo, lo que le convierte en el tercer método anticonceptivo más utilizado por las españolas, tras el preservativo masculino y la píldora.
La denominada marcha atrás, sin embargo, tiene “altísimos índices de fallo”, pues por cada cien mujeres que lo utilizan durante un año se producen entre 10 y 38 embarazos, mientras que con el preservativo o la píldora el riesgo se reduce a un 5 y un 0,1%, respectivamente.
“La decisión de practicar el 'coitus interruptus' como método anticonceptivo habitual suele estar relacionada con creencias religiosas o ideologías naturistas de la pareja, aunque en el caso de las jóvenes también puede vincularse a relaciones imprevistas en las que no se dispone de ningún otro método”, ha señalado Rodríguez.
Además del doble peligro que encierra esta práctica, pues no protege de las enfermedades de transmisión sexual y aumenta el riesgo de un embarazo no deseado, el uso de este método natural puede provocar la insatisfacción de la mujer y del hombre, que, en muchos casos, “ven interrumpido su orgasmo o simplemente no logran alcanzarlo”.
La experta ha recordado que no existe un método anticonceptivo ideal y que el ginecólogo tiene un papel clave a la hora de ayudar a las mujeres a escoger el método más adecuado a sus circunstancias personales y a cada etapa de la vida.