El presunto responsable de una red dedicada a introducir cocaína en Canarias se fugó cuando estaba en prisión preventiva en espera de juicio aprovechando una estancia en un hospital en Gran Canaria el pasado 30 de diciembre, aunque regresó voluntariamente a la cárcel pocos días después.
Reinaldo Rojas Reyns, de 37 años, natural de Málaga y con antecedentes penales, está acusado de ser el cabecilla de un grupo desarticulado en julio de 2005 en una operación llamada Bentayga, en la cual se intervinieron 19 kilos de cocaína y 140.000 euros y se detuvo a otras cinco personas, recuerda el periódico La Provincia, que publica este domingo en primicia la noticia de su fuga.
Ésta fue confirmada por fuentes próximas al caso, que detallaron que Reinaldo Rojas fue llevado el mismo 30 de diciembre al Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria, desde donde huyó, después de haberse causado a sí mismo cortes de consideración que no pudieron ser atendidos en la enfermería mientras estaba ingresado en la prisión del Salto del Negro de la capital isleña.
Problemas personales o familiares le habían sumido, al parecer, en una depresión que le llevó a auto-lesionarse, por lo que las fuentes apuntaron que no se descarta que su propósito al huir fuera, simplemente, solucionarlos.
Respalda esas tesis, según subrayaron, el hecho de que menos de una semana después, apenas comenzado el nuevo año, el fugado retornara voluntariamente, solo y por su propio pie, al Salto del Negro, donde vuelve a estar recluido desde entonces.
El diario La Provincia recuerda que la droga que traía a Canarias la red supuestamente liderada por Reinaldo Rojas era introducida en las Islas en barcos que llegaban desde Andalucía, oculta en automóviles que tenían como destino una empresa de venta de coches de Gran Canaria que -añade- usaba el acusado como “tapadera” de sus presuntos negocios ilícitos.
Por ellos -prosigue- ordenó el Juzgado de Instrucción Número 3 de Las Palmas de Gran Canaria su ingreso preventivo en la prisión del Salto del Negro.
Allí, su buen comportamiento había determinado que se le ingresara por último en el Módulo de Destinos, paso previo a la obtención de beneficios penitenciarios como permisos o rebajas de grado de reclusión, si bien su fuga, que ha conllevado ya su traslado a otra estancia de mayor seguridad, empeorará ahora su situación en la cárcel, recalcaron las fuentes consultadas.