El acusado de matar a su pareja a ladrillazos y desfigurarle la cara en un chiringuito abandonado de una playa de Fuerteventura en la madrugada del 28 de enero de 2011 ha negado este lunes los hechos que se le imputan y que la víctima fuera su novia, y ha dicho que “jamás haría algo tan atroz”.
El procesado, que se enfrenta a una pena de 15 años de prisión, ha declarado este lunes ante un jurado de la Audiencia de Las Palmas, en la primera sesión del juicio que se sigue contra él, que estuvo con la fallecida, Esther Julia A., esa noche en el chiringuito, pero que solo la golpeó una vez con un ladrillo porque se puso como “una loca” y empezó a agredirle, por lo que cogió sus cosas y se marchó. El acusado, Roberto D.A., de 48 años, ha afirmado ser una persona pacífica, pese a tener antecedentes penales, y ha dicho que a lo largo de su vida solo se ha hecho daño a sí mismo con la droga, pues ha reconocido ser politoxicómano desde los 13 años.
También ha explicado al tribunal que el día que sucedieron los hechos estuvo bebiendo vino y consumiendo droga con la fallecida, que era su amiga pero no su novia, pese a que la fiscal y la acusación formulada por la Abogacía de Estado le han recordado que en su declaración ante el juzgado de instrucción y la policía dijo que era su pareja. El acusado ha dicho que solo se “colocaban juntos” y mantenían relaciones sexuales, y ha negado que él y la fallecida utilizaran para dormir el chiringuito abandonado situado en Playa Blanca, en el municipio de Puerto del Rosario, donde fue hallado el cuerpo de la víctima con la cara desfigurada y sin sus pertenencias dos días después por un menor marroquí, según la acusación.
El procesado también ha explicado que llevaba en su mochila las pertenencias de su amiga porque cuando estaban juntos ella tenía la costumbre de dárselas.
“Intensidad, reiteración y violencia”
La fiscal de Violencia de Género Beatriz Sánchez, al igual que la Abogacía del Estado, consideran que el acusado acabó con la vida de Esther Julia, su pareja sentimental, y lo hizo abusando de su confianza y con nocturnidad en el chiringuito abandonado de Playa Blanca, un lugar apartado empleado por diversos toxicómanos.
Sánchez ha explicado al Jurado que el acusado, con un ladrillo, “golpeó una y otra vez” a su pareja, le desfiguró la cara y la dejó desnuda para que no pudiera ser identificada, y ha sostenido que las pruebas así lo acreditan. El abogado del Estado, que se adhiere al escrito de acusación de la fiscal, ha subrayado ante el Jurado que la “intensidad, reiteración y violencia” empleada evidencian una “maldad extraordinaria” por parte del procesado, que ha recalcado que actuó con nocturnidad y se aprovecho de su confianza, al igual que Sánchez.
El abogado de la defensa, Javier Zambrana, ha pedido la absolución del procesado, al que describió como un enfermo como consecuencia de las drogas. Ha dicho que su cliente reconoció en su primera declaración que estuvo con la víctima y que mantuvieron una fuerte discusión en la que se produjo un “golpe fatídico”, pero asegura que no le hizo nada más.