Norwegian Airlines, que vio amenazada su supervivencia tras el estallido de la pandemia, sopesa reabrir bases en las Islas Canarias y hacer que la de Barcelona, que vuelve a funcionar este año pero solamente en la temporada estival, opere durante todo el año.
Así lo explica en una entrevista el consejero delegado de la compañía, Geir Karlsen, que esta semana ha visitado las oficinas corporativas que la aerolínea tiene en Cornellà de Llobregat (Barcelona).
Tras alcanzar una situación límite por sus problemas financieros y la crisis de la COVID-19, Norwegian sigue recuperando músculo y utilizará este verano 77 aviones para su operativa.
En el caso de España, Karlsen indica que “el mercado está funcionando muy bien”: “Es un mercado muy importante para nosotros, especialmente los destinos de playa”, añade.
El 1 de mayo Norwegian reabrirá su base en Barcelona, cerrada a raíz de la crisis del coronavirus, que operará durante la temporada estival: contará con dos aviones y con este fin ha incorporado a unos 70 trabajadores.
La de El Prat se sumará a las bases permanentes que la aerolínea ha mantenido en Alicante y Málaga, con tres aviones cada una, y Karlsen señala la voluntad de la empresa de hacer que la de Barcelona opere en un futuro próximo durante todo el año -en un inicio, probablemente, con un solo avión para la temporada invernal-.
La base de El Prat será de corto radio, dado que esta aerolínea ya no ofrece rutas intercontinentales: antes operaba seis rutas que conectaban España con Estados Unidos, cinco de ellas en Barcelona y una en Madrid.
Antes de la COVID-19 Norwegian contaba con bases permanentes también en Tenerife Sur y Gran Canaria -más atrás sumaba otras dos en Palma de Mallorca y Madrid-, de modo que recuperar las bases de las Islas Canarias puede ser otro de los pasos que la compañía dé en el medio plazo, admite el consejero delegado de la firma.
En España, Norwegian emplea a cerca de 700 personas: 130 en sus oficinas de Barcelona -que dan servicio a toda la operativa junto a las de Oslo (Noruega) y Riga (Letonia)-, unas 210 dedicadas a trabajos de 'handling' -operaciones en los aeropuertos- y 350 tripulantes -un tercio de ellos pilotos-.
Para este verano, Norwegian ha programado 49 rutas entre España y los países nórdicos (Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia), que ascienden a 62 durante todo 2023, y oferta 4 millones de asientos para todo el año.
El pasado 20 de abril la aerolínea cumplió 20 años en España, un período durante el que ha transportado a 50 millones de pasajeros, 3,14 de ellos en 2022.
Por el momento no prevé ofrecer conexiones internas en España ni hacia otros países europeos, pero Karlsen no cierra del todo la puerta: “Es posible que lo veamos en un futuro”.
Norwegian llegó a ser la tercera aerolínea de bajo coste de Europa, pero una acumulación de crisis llevaron a la empresa al borde de la bancarrota: llegó la pandemia cuando ya atravesaba una complicada situación financiera, lo que se sumó a la prohibición temporal de vuelos de los Boeing 737 y a problemas con los motores Rolls Royce.
Esos importantes contratiempos hicieron que la aerolínea dejara de apostar por los vuelos intercontinentales y se adelgazara hasta el punto de cerrar sus bases de fuera de los países nórdicos, con la excepción de España, donde mantuvo las de Alicante y Málaga. En este país, sin embargo, en el que llegó a tener una plantilla de 1.285 personas, llevó a cabo un ERE que afectó a 975 empleados.
Por otro lado, Karlsen destaca cómo están cambiando los hábitos de sus clientes: los billetes para viajes de fin de semana dejan cada vez más espacio para períodos de tiempo más largos, posiblemente debido al auge del teletrabajo.
Además, cada vez hay más interés en volar durante todo el año y no sólo en verano.