La Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha dado a conocer este viernes pasadas las 18.30 horas el veredicto del jurado popular que juzga el asesinato de Isabel Canino, que falleció en mayo de 2009, y cuyo veredicto ha visto probado por unanimidad que su ex pareja, Salvador Morales, es culpable de asesinato, con el agravante de parentesco.
El cadáver de Isabel Canino, vecina del barrio de El Sobradillo y trabajadora de la empresa Titsa, fue encontrado en mayo de 2009. Este viernes, el jurado popular ha presentado su veredicto por unanimidad, encontrando en Salvador Morales el culpable del asesinato de la mujer, a la que le unía un vinculación sentimental de 17 años de relación. “Queda probado por unanimidad que fue Salvador Morales quien con una brida en el cuello mató por asfixia mecánica a Isabel”.
Asimismo, el jurado ha solicitado prisión para él, que no cabe el indulto. Además, indican que no se ha demostrado que haya una tercera persona implicada en el asesinato, así como que Salvador no permitió a Isabel defenderse. “No se ha demostrado que hubiera una tercera persona en la casa, teniendo en cuenta el carácter controlador del acusado, que no admitiría una tercera persona”, ha explicado el portavoz del jurado que ha estado presente en los 10 días que ha durado el juicio.
“Queda probado que fue autor de la muerte de Isabel Canino”, ha apuntado también el portavoz, que ha indicado que la que fuera empleada de Titsa no pudo defenderse.
Aún pendiente de que se dicte sentencia al caso, el Ministerio Fiscal dice que ha habido unanimidad en que se han probado los hechos de un delito de asesinato y solicita 20 años de prisión, además de prohibir durante diez años acercarse a la familia en un radio de 500 metros, la imposibilidad de comunicarse con ellos de forma directa o por terceras personas y una indemnización por responsabilidad civil de 250.000 euros.
La acusación particular ha ido más allá y además de pedir la pena máxima, siempre por encima de los 17 años y medio de pena en prisión, ha pedido una cuantía mayor en cuanto a responsabilidad patrimonial con ejemplos que rondan los 900.000 euros. En este sentido, ha hablado de “la gravedad de los hechos”, “de la ocultación del cadáver” y asegurando que esta debería ser una “medida ejemplarizante”.
Fin de una tragedia
En mayo de 2009, dos meses después de que desapareciera, la búsqueda en una fosa séptica en una vivienda en el municipio tinerfeño de La Laguna propiedad del acusado, permitió encontrar el cuerpo sin vida de Isabel Canino. Las sospechas de una de las inquilinas de la vivienda y la búsqueda constante de la familia y los trabajadores de Titsa que distribuyeron la foto de la víctima por toda la isla, había dado resultado.
La detención del ahora culpable de asesinato causó revuelo, sobre todo por la frialdad que según la familia mostraba en los interrogatorios, su negativa a reconocer los hechos y su continuo silencio. Sin embargo, dos años después, un jurado popular ha ofrecido su veredicto y le ha declarado culpable. En primera fila la familia de Isabel Canino, su hermana Eladia, esperaba con las manos cruzadas sobre un pañuelo el veredicto.