Lo dijo sobre el escenario del teatro Pérez Galdós, en la segunda ocasión de su vida que se subía a él, el cantante galdense Arístides Moreno: ante la crisis, las mejores terapias son cantar, reír o rezar. Mucho de eso hubo la noche de este viernes en el primer coliseo grancanario con motivo de la gala del vigésimo aniversario de la Fundación Yrichen, dedicada todo este tiempo a la atención de personas con problemas de drogodependencias y sus familiares.
Tres verdaderos artistas protagonizaron el acto, cada cual especialista en lo suyo: el humorista isletero Manolo Viera, el cantante Arístides Moreno y el sacerdote Jorge Hernández Duarte, Jorge el cura, presidente de la Fundación Yrichen, que hizo las veces de conductor-mantenedor de la gala con continuas muestras de gratitud a las personas que allí se congregaron.
Se vendieron todas las entradas, no hubo ni una sola invitación. Todos los presentes pagaron su localidad, incluidas las autoridades, que ocuparon asientos de palco por los que pagaron la nada despreciable cantidad de 30 euros por persona. Las 33 localidades del palco de autoridades habían sido cedidas por sus legítimos propietarios, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo de la isla, cuyos presidentes, Jerónimo Saavedra y José Miguel Pérez, estaban allí, junto al de la Comunidad Autónoma, Paulino Rivero; el director general de Drogodependencias, Fernando Gómez-Pamo, y el alcalde de Telde, Aureliano Francisco Santiago Castellano, entre otras autoridades.
A ninguno de ellos se dirigieron los dos únicos dardos políticos lanzados desde el escenario, siempre en clave de humor. En uno de sus cuentos, Manolo Vieira jugó con el verbo amamantar y su versión más básica, mamar, para empezar refiriéndose al nacimiento del ser humano y acabar hablando de algunos concejales de Urbanismo, tanto locales como peninsulares. Y cuando explicó su estancia en la mili y le tocó describir las lentejas que ponían para comer, Vieira recordó que “aquello tenía más piedras que Tebeto”. No todo el público entendió la metáfora, que el humorista lanzó no sin ciertas prevenciones.
El teatro Pérez Galdós cedió casi gratuitamente el espacio, la empresa de azafatas trabajó gratis, los medios de comunicación publicitaron gratuitamente el acto, Doble Diez Canarias hizo el vídeo promocional; ACN llevó el gabinete de prensa; Tina Pérez, la creatividad publicitaria, La Caixa prestó su servicio de venta de localidades sin cobrar comisión... y Arístides Moreno y Manolo Vieira actuaron gratuitamente. No en vano la idea del acto partió del humorista, que fue quien llamó al cantante galdense para que se sumara a la iniciativa. Y, a la sombra, moviendo todos los hilos, un amigo de todos ellos, Santiago Falcón.
Yrichen consigue de este modo dar un impulso a su financiación pero, más importante aún, darse a conocer un poco más entre la ciudadanía, que la noche del viernes tuvo la oportunidad de hacerse socio colaborador de la fundación o inscribirse en la lista de voluntarios que prestan su servicio en el centro que funciona ejemplarmente en La Pardilla, Telde.
Una de las obsesiones de Jorge el cura, presidente de Yrichen, es conseguir la autosuficiencia financiera de la fundación, de modo que su funcionamiento no esté excesivamente supeditado a las subvenciones públicas. De ahí que cuente con un amplio número de empresarios colaboradores y socios anónimos, cuyas aportaciones se complementan con galas como la desarrollada este viernes en el Pérez Galdós, que fue una versión inmensa de la que cada navidad se celebra en la Casa de la Cultura de Telde.