“Se ha ido gente porque no cabían”. Es una de las frases más repetidas en la plaza de Rafael O'Shanahan, frente a la sede de la Presidencia regional, punto final de la manifestación convocada este domingo por el movimiento 15-M y la plataforma Democracia Real Ya (DRY) en Las Palmas de Gran Canaria. Las voces del 19-J cifran el seguimiento en más de 20.000 durante el recorrido, “unas 10.000” durante la lectura del manifiesto. “Más que el 15-M”, era la consigna. Según agentes de la Policía Local que han seguido la protesta desde su partida en el Parque de San Telmo, el número de asistentes se reduce a la mitad: “El jefe de servicio dice que 5.000”, explica uno de ellos.
Indignados de casi todos los rincones de Gran Canaria se han desplazado para marchar en la capital bajo el lema “Europa para los ciudadanos y no para los mercados”. Medio millar de personas desplazadas desde Vecindario, Agüimes o Santa Brígida se ha encontrado con el resto de manifestantes en San Telmo para recorrer León y Castillo hasta la sede del Ejecutivo como protesta contra el Pacto del Euro. Algunos han hecho un camino de 16 horas a pie.
“Durante el recorrido éramos muchos más”, explicaba Roberto, fotógrafo y uno de los organizadores. Según los cálculos de los organizadores, 20.000 personas recorrieron León y Castillo. “Puede que llegásemos a 25.000”, dice. La Policía Local, sin embargo, ha rebajado la cifra hasta la cuarta parte. “Estábamos en la Plaza de la Feria y aún estaban saliendo en San Telmo”. Entre un punto y otro hay algo más de un kilómetro. En Madrid, algunas estimaciones publicadas por varios medios cifraban el seguimiento en más de 30.000 asistentes; 50.000 el recuento más bajo en Barcelona.
Y, pese al baile de cifras, el mensaje ha quedado claro: “Queremos comunicar”, decía al micrófono Álvaro Artiles, de la Asamblea del Sur. La estampa se ha repetido en otras 56 ciudades españolas donde DRY había llamado a la manifestación pacífica. Y en otras 120 por todo el mundo, desde París a Argentina. “No a los recortes sociales” en educación, sanidad o en las pensiones, arengaban los organizadores.
Durante el camino, la manifestación ha hecho un alto frente a la Delegación del Gobierno para guardar dos minutos de silencio “por la democracia”, según los tuits que han ido narrando el acto a través de la etiqueta #GCsemueve. El objetivo de la marcha era “reivindicar derechos sociales y políticos para todos los ciudadanos” y “denunciar las injusticias” del sistema político, social y económico actual, según el colectivo 15 M-Indignados Gran Canaria, como se han rebautizado.
Las quejas iban contra los políticos, pero también contra “las entidades financieras cuyas especulaciones han provocado esta crisis” y contra organismos internacionales como el Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional. Los convocantes han insistido en que, como ocurrió el 15 de mayo, la marcha estaba “desprovista nuevamente de signo político o sindical alguno”, “suma a las motivaciones del 15-M la amenaza que suponen para el bienestar social los nuevos recortes previstos” en el pacto para la estabilidad y la competitividad que, previsiblemente, será ratificado por los mandatarios europeos el próximo 27 de junio. Será “el mayor atentado socioeconómico contra los derechos sociales y su aplicación tendrá repercusiones internacionales”, han criticado, según la agencia ACN.
Uno de los momentos más aplaudidos durante la manifestación ha sido cuando tres de los manifestantes han subido a una azotea frente al resto de concentrados para desplegar una pancarta en la que se leía: “Si no puedes pagar tu hipoteca, pierdes tu casa; si tu empresa no puede pagar, cierra; pero si un banco quiebra, lo pagamos todos”. Y la frase que ha levantado pasiones, al grito quejoso del representante de la Asamblea de Ciudad Alta: “Si los políticos no nos dejan soñar, hagamos que no duerman”.